Escribe Alejandro González
¿Nunca te has preguntado por qué sufrimos? ¿Por qué nos duele la vida?, obviamente el dolor físico tiene una explicación lógica y natural que cualquier médico te lo puede aclarar, pero aún así, ¿por qué transformamos un dolor físico, en un dolor psicológico dándole vida incluso después de que el dolor físico se termine?, ¿Por qué nos angustiamos cuando alguien nos abandona, o nos lastima de algún modo?
Para abordar algún tipo de respuesta, debemos primero comprender la impermanencia de todas las cosas físicas y no físicas; como una gran Ley Universal, que es inexorable y se cumple siempre y en todos lados: TODO CAMBIA. Todo en este Universo vibra y nunca está quieto, y esa vibración genera cambios constantemente; por ejemplo, la física cuántica ha demostrado que la silla en la cual estas sentado, se está moviendo, de hecho sus electrones están girando constantemente y por múltiples razones su núcleo va perdiendo fuerza centrífuga, haciendo que la fuerza centrípeta libere electrones que con el tiempo se notan y ves una silla “más vieja”. En tu propio cuerpo se mueren millones de células por segundo y van naciendo nuevas, o sea que no eres el mismo cuerpo que dejaste descansando la noche anterior; y podemos pasar describiendo muchos ejemplos de cómo la vida está en constante cambio.
La forma de ahorrar energía es con las rutinas, y es por eso que nos sentimos tan cómodos con ellas, una plácida zona de confort; pero lo que ese cerebro detesta porque le implica un enorme gasto de energía, y lo evitará a toda costa es: EL CAMBIO.
Pero tenemos un asunto a comprender, resulta que por más que todo a nuestro alrededor cambie, nuestro cerebro hace unos esfuerzos enormes para no detectar esos cambios, y pretender que todo sigue igual, de hecho nos sucede que notamos un cambio en nuestro cuerpo cuando alguien nos lo dice, o cuando es tan evidente que no lo podemos ocultar, pero aún así preferimos la misma rutina de siempre, aunque aburridora, pero es lo que conocemos y eso nos da tranquilidad.
Al parecer, tenemos tres cerebros y no uno solo; el más primitivo se llama reptílico (por su parecido al de un cocodrilo) que es el de los instintos; el límbico que maneja las emociones; y el neo cortex, que es el más moderno y es que el que quiere justificar las decisiones tomadas por los otros dos. Lo importante de este cerebro, sobre todo el primero; es que tiene un fuerte instinto de supervivencia y tratará por todos los medios de mantenerte con vida, y para eso necesita ahorrar mucha energía, porque el gasto de energía significa la muerte, y él quiere evitar eso; y cuanto más envejecemos, mas energía ahorramos.
La forma de ahorrar energía es con las rutinas, y es por eso que nos sentimos tan cómodos con ellas, una plácida zona de confort; pero lo que ese cerebro detesta porque le implica un enorme gasto de energía, y lo evitará a toda costa es: EL CAMBIO. Y es por eso que el cerebro trata de anular toda posibilidad de cambio, limitando tus sentidos, y por eso tu jardín, tu perro, tu pareja, tus hijos, etc; todo te parece igual todos los días, y te niegas a ver sus cambios. Pero la verdad es tan fuerte que te golpeará en la cara de vez en cuando, obligándote a ver que algo ha cambiado en tu mundo, y eso nos decepciona y nos trae sufrimiento, porque nos apegamos a las cosas evitando que cambien.
La verdad única del Universo es que todo cambia, y desapegarte de las cosas es vivir disfrutándolas, pero sabiendo que todo lo que tiene un principio, tendrá un final; debes adaptarte al constante cambio y no permitir que el cerebro utilice sus dos grandes herramientas que son: EL TEMOR para evitar que cambies algo, y EL SUFRIMIENTO, por estar apegado y te recuerde que no debes cambiar nunca.
Si deseas hacer preguntas, con todo gusto te contestaré por este mismo medio.



