Por Juan Andrés Pardo

Paysandú tiene eventos con historia, identidad y potencial. “Flor de Ciudad”, que acaba de celebrar su 16ª edición, es uno de ellos. A lo largo del tiempo, este encuentro ha sabido consolidarse en el calendario local, ganando público, atractivos y sentido de pertenencia. Lo más interesante es que lo ha hecho más allá de los cambios de gestión, manteniendo una línea de crecimiento sostenido y un espíritu que lo identifica.

Durante la administración de Guillermo Caraballo, el evento amplió su propuesta incorporando el Patio Gastronómico, espectáculos e intervenciones artísticas, convirtiéndose en un paseo para toda la familia. En el primer período de Nicolás Olivera, el traslado a Plaza Lavalleja significó un impulso clave: revitalizó el entorno, generó movimiento comercial en el barrio y ofreció un marco más amplio para los más de sesenta expositores de plantas, flores, árboles y artículos de jardinería que año a año participan.

“Flor de Ciudad” es, ante todo, un evento novedoso y alegre, donde los aromas, los colores y los sabores transforman el paisaje urbano y contagian entusiasmo. En una ciudad con fuerte tradición en eventos —como la histórica Semana de la Cerveza o la más reciente Cata del Tomate—, esta feria floral se distingue por su estética, su frescura y su capacidad de conectar naturaleza y comunidad.

Por eso, su potencial para seguir creciendo es enorme. Así como “Luna Llena en el Palmar” logró consolidarse en Guichón como una propuesta identitaria del territorio, “Flor de Ciudad” podría aspirar a trascender fronteras locales. Su posicionamiento regional o incluso nacional requeriría fortalecer la difusión —por ejemplo, con lanzamientos en Montevideo y otras ciudades— y generar alianzas con eventos similares, como “Atlántida Jardín”, que comparte espíritu y temática.

La oportunidad está servida. El evento podría integrar nuevas experiencias turísticas, como los city tours en bus de Viví Paysandú que el año pasado tuvieron muy buena aceptación, e invitar a comercios y servicios de la ciudad a sumarse decorando sus espacios o creando promociones especiales. ¿Por qué no imaginar hoteles, restaurantes y empresas de transporte ofreciendo beneficios durante los días de la feria?

Los colores, los aromas y los sabores son siempre un buen motivo para encontrarnos. “Flor de Ciudad” ya tiene raíces fuertes en el corazón de los sanduceros; ahora, solo falta seguir regando esa semilla para que florezca con más fuerza, llevando el nombre de Paysandú a todo el país.

Incluso, podría explorarse la posibilidad de que el evento se desarrolle de forma paralela en dos plazas, lo que permitiría beneficiar a distintos barrios y, al mismo tiempo, desconcentrar la masividad que suele registrarse en las horas pico. Aunque implica una doble logística, sería una forma innovadora de descentralizar y mejorar la experiencia tanto para el público como para los expositores y el sector gastronómico.

Foto de Marcelo Sorondo, de posteo en facebook