Escribe Licenciado Hermann Schreck

Presenciar una de las charlas de Jorge Bucay en Paysandú fue una oportunidad única. Poder compartir unos minutos de conversación con él en el camarín, previamente a su presentación, fue un regalo para el alma.

Bucay estuvo el pasado viernes 5 de octubre, en una oportunidad inédita en nuestra ciudad. Las personas que colmábamos el teatro Florencio Sánchez, pudimos reencontrarnos con historias y anécdotas que transcurrieron con fluidez, entre risas y emociones.

En la fila para entrar al teatro, se intercalaban personas que aparentaban tener más de 40 años, abrazados a ejemplares de libros para firmar, con jóvenes que seguramente han conocido al autor por sus últimos libros o por referencias de padres o abuelos seguidores de Bucay.

Jorge Bucay es médico especialista en enfermedades mentales y le gusta definirse como un “ayudador profesional”. Si bien su formación inicial fue en el Psicoanálisis, su orientación humanista lo llevó a convertirse en un referente de la Terapia Gestalt en el Río de la Plata.

Publicó su primer libro en el año 1986, “Cartas para Claudia, que fue el comienzo de una exitosa carrera que lo llevó a editar sus libros en más de 50 países, traducidos a más de 30 idiomas.

En los últimos años de la década del 90 y a comienzos del nuevo siglo, Bucay era sinónimo de “autoayuda” y de “crecimiento personal”.

A través de sus libros, en especial sus “Hojas de Ruta” y de su programa de televisión “El Buscador” (Canal 13 de Argentina), Bucay compartía experiencias e historias con la gran habilidad de explicar de manera sencilla conceptos psicológicos complejos.

Su sello de distinción es sin dudas la utilización de cuentos e historias, provenientes de varios países, como soporte de los conceptos que nos transmite.

Y en esa noche de octubre no faltaron las historias, los ejemplos didácticos y la invitación a reflexionar sobre “La Felicidad Posible”. Esa felicidad que no necesariamente está acompañada de alegría. “…Tiene que ver con la paz interior, con la serenidad espiritual, y de hecho se puede ser feliz en momentos tristes”, nos dice Bucay.

El espectáculo, parecido a una clase magistral, transitó a través de los esperados cuentos, historias de vida, conceptos teóricos y el apoyo de dibujos animados y otras imágenes proyectadas en una pantalla o utilizando cajas de cartón.

Al escribir estas líneas vuelvo a confirmar lo que tanto aprendí de la Terapia Gestalt. No se puede transmitir con palabras lo que se vive desde la experiencia. Y sin dudas que este encuentro con Jorge Bucay fue una experiencia inolvidable y nutritiva para quienes nos dimos cita en el Teatro.

En la actualidad y según me contó en el encuentro previo, Bucay vive en un pequeño pueblo de España, donde continúa escribiendo.