*Juan Andrés Pardo / politólogo
Por más de siete mil votos de diferencia, el Partido Nacional se quedó con el triunfo en Paysandú en la reciente elección desarrollada el 27 de setiembre. A continuación realizamos algunas puntualizaciones que arrojó el resultado final, ya escrutado el 100% de los votos e incluidos los observados.
El “efecto arrastre” de la elección nacional fue notorio en lo que, en líneas generales, fue un amplio triunfo de la coalición multicolor en las recientes elecciones departamentales. Al igual que en Rocha y Río Negro, Paysandú volverá a ser gobernada por el Partido Nacional, que además consolidó su hegemonía en la mayoría de los departamentos del interior (en algunos casos por diferencia abrumadora). La izquierda solo logró retener sus bastiones principales (Canelones y Montevideo) y Salto con el peso de la figura del candidato a la reelección, Andrés Lima.
¿Cómo se explica el amplio triunfo del PN en Paysandú?
Ya mencionamos que el efecto arrastre parece haber tenido incidencia en los resultados del pasado 27 de setiembre. Paysandú no fue la excepción. Cada vez está más claro que la tendencia es (y seguirá siendo) un sistema bipartidista conformado por el Frente Amplio y la coalición multicolor (PN, PC, CA, PI, PG). En 1996, blancos y colorados promovieron una reforma constitucional con el objetivo político principal de postergar el inminente triunfo del Frente Amplio, que implicó básicamente la separación de la elección nacional de las departamentales y la aparición del sistema de balotaje. Si bien en 2004, 2009 y 2014, el FA logró el triunfo (incluso con mayoría absoluta) lo cierto es que la tendencia al bipartidismo se fue evidenciando en cada elección aunque en el último ciclo electoral con una particularidad diferente a las anteriores: el elector percibió claramente que su opción estaba entre el FA y el partido integrante de la coalición con real competencia al FA. Esto fue en líneas generales lo que primó, a excepción de Salto donde no se concretó la coalición electoral pero además la figura de Andrés Lima, después de cinco años de una gestión de cercanía logró entusiasmar a la mayoría de los salteños.
La coalición multicolor que gobierna al país, cuenta con una aprobación popular importante, otorgada sobre todo a partir de las medidas adoptadas frente a la pandemia. Ello no hay dudas se vio reflejado en los resultados del 27, también en Paysandú.
Comencemos por analizar algunos hechos que sucedieron previo y durante a la campaña.
Una primera señal fuerte de lo que se concretó el 27 de setiembre, ocurrió en la elección interna realizada en junio de 2019. En aquella contienda, a nivel departamental, el PN fue el partido más votado obteniendo 13 mil votos más que el Frente Amplio. Al igual que como ha ocurrido históricamente en esta contienda, el PN movilizó a sus electores porque es en esta instancia donde los liderazgos locales entienden que marcan sus votos para participar luego en la elección departamental. Por el contrario, el FA siempre ha priorizado esa instancia meramente para elegir candidatura presidencial para representar a la fuerza política en octubre.
El segundo dato interesante de aquella instancia, es que dentro del Partido Nacional, las listas que apoyaron la candidatura presidencial de Jorge Larrañaga, fueron las más votadas. De hecho, Larrañaga obtuvo unos 13 mil votos frente a unos 5.700 de Lacalle Pou. Aquí hay un elemento más que clave: Larrañaga sigue teniendo en Paysandú un liderazgo fuerte y el electo intendente, Nicolás Olivera ha sido consciente de ello. Vale recordar que en aquella elección, las listas de Olivera fueron por lejos las más votadas dentro del PN. No es casualidad que durante toda su campaña (iniciada en junio de 2019) Olivera haya basado la misma relacionándola a la figura de Larrañaga de forma constante.
El error de ciertos sectores del FA es haber creído que el “Larrañaguismo” estaba muerto en Paysandú. El amplio triunfo en la interna 2019 del actual ministro y el triunfo de Olivera (tan ligado a su imagen) el pasado 27, dejan en evidencia que Larrañaga sigue siendo un peso pesado a nivel local. También queda en evidencia que nadie ha logrado consolidarse como líder político departamental después de Larrañaga: desde la primera elección departamental del año 2000, ningún candidato logró ser reelecto.
Interior adverso para la izquierda
En ediciones anteriores de 20Once, nos referimos a la dificultad del Frente Amplio como partido de captar votantes en el interior, principalmente por errores propios relacionados a desconocer las culturas locales y el peso de los caudillos locales. En lo que hace al interior departamental y respecto a 2015, el Frente perdió cerca de 850 votos si se toman en cuenta los datos de la votación por alcaldías.
Durante el actual periodo las principales obras ejecutadas se realizaron en la ciudad, lo que pudo haber tenido incidencia en la decisión de los votantes del interior que en esta ocasión relegaron al Frente Amplio a ser la tercer fuerza política más votada fuera de la ciudad -por debajo del PN y PC respectivamente- que consiguieron aumentar su diferencia en una cifra similar a los votos perdidos por el FA (850).
Localidad | FA 2015 | FA 2020 | PN+PC 2015 | PN+PC (2020) | |
Porvenir | 517 | 430 | 1408 | 1675 | |
Piedras Coloradas | 269 | 202 | 855 | 915 | |
Guichón | 1150 | 527 | 3412 | 3853 | |
Lorenzo Geyres | 206 | 251 | 627 | 628 | |
Quebracho | 466 | 546 | 1798 | 1660 | |
Chapicuy | 135 | 59 | 402 | 593 | |
Tambores | 193 | 95 | 515 | 542 | |
TOTAL (Interior) | 2936 | 2110 | 9017 | 9866 | |
Fuente: Elaboración propia en base a Datos Elección municipal Corte Electoral | |||||
También en la ciudad
Otro dato preocupante para la coalición de izquierda, es que pese a haber sido en octubre y también en el balotaje el partido más votado en la ciudad, en esta ocasión sufrió también una derrota que estuvo en el entorno de los 600 votos de diferencia.
El recorrido hacia setiembre
Sin dudas la campaña hacia las elecciones departamentales estuvo signada por la particularidad que marcó la aparición de la pandemia por Coronavirus en el mes de marzo. Pandemia que por otro lado, con los resultados a la vista, significó un hecho positivo para la coalición multicolor y en el caso de los frenteamplistas que iban a la reelección, como el caso de Caraballo en Paysandú, un elemento en contra ya que fueron varios meses de hacer campaña defendiendo una gestión que quedó un tanto perdida en la percepción de la ciudadanía. Tradicionalmente los tiempos electorales marcan que la memoria de los electores a la hora de definir su voto es cada vez más corta.
Desde el punto de vista de las candidaturas que presentaron los partidos con posibilidades reales de triunfo fueron notoriamente favorables para el PN. Quien a la postre resultó electo (Nicolás Olivera) obtuvo una votación muy importante particularmente de su lista (la 51) que fue votada por casi 14 mil sanduceros, esto a nuestro entender es un fenómeno que va de la mano con haber sido percibido como el candidato de Larrañaga por parte de la ciudadanía.
Por otra parte, Mario Bandera aportó casi 12 mil votos al Partido, una cifra muy importante más teniendo en cuenta lo cualitativo de su electorado, muy fuerte en varias localidades del interior como por ejemplo Quebracho y Lorenzo Geyres. Anteriormente habíamos anticipado que la presencia de Bandera podría tener fuerte incidencia en el interior, y así parece haber sido.
Bertil Bentos era el tercer candidato nacionalista que si bien aparecía como un liderazgo debilitado, aportó algo más de cuatro mil votos que en definitiva no tuvieron incidencia directa en el resultado favorable al PN, pero que permitieron al partido sobrepasar los 40 mil votos totales.
Vale destacar que la candidatura de Olivera recibió el apoyo de Cabildo Abierto y de sectores del Partido Colorado, por ello quien resultó electo, contó en su plancha con referentes de ambos partidos.
En octubre, Cabildo Abierto consiguió casi 7 mil votos en Paysandú, mientras que el Partido Colorado obtuvo 12 mil (en esta ocasión solo 3 mil). Podríamos decir que casi la totalidad de votos cabildantes y unos cuantos colorados fueron efectivamente a parar al Partido Nacional. También haya sido así posiblemente los 700 votos del Partido de la Gente (no participó en setiembre) también. Los demás partidos presentes en la contienda no tuvieron ni cerca la votación de octubre (PERI y AP).
En el Frente Amplio, tal como es de prever cuando se presentan figuras a la reelección, Guillermo Caraballo concentró el 60% de la votación del partido, aportando más de 20 mil votos, con un dato interesante que es, la lista de Caraballo (77) si bien fue la más votada del FA, obtuvo solo 7 mil sufragios.
La segunda candidatura más votada fue la de Cecilia Bottino, que apenas superó los 9 mil votos y con datos llamativos como por ejemplo que el sector de la candidata (MPP) votó muy por debajo que en 2015 (-2000) y también que octubre 2019 (- 7000). Esto da la pauta de que los votos del MPP, como ocurre en varios departamentos, son votos al liderazgo de José Mujica.
Por último, aparece la figura de Marco García que tuvo también una más que magra votación, obteniendo menos de 2.500 votos.
Los resultados no solo significaron una dura derrota para el FA, sino que también la magra votación de los candidatos significará un desafío importante a futuro para la fuerza política. Las bajas votaciones de García y Bottino hacen pensar que son figuras que difícilmente puedan ser tomadas como renovación para el electorado sanducero, más cuando ya son referentes que han tenido participación en cargos políticos de relevancia (García en gestión, Pintos y Caraballo y Bottino como legisladora).
En el caso de Caraballo, si bien por lejos fue el candidato más votado en el FA, corre ahora con el estigma de ser otro de los intendentes que perdió la reelección. Hasta el momento ello ha significado un peso difícil de cargar para quienes lo han padecido (Julio Pintos y Bertil Bentos), por lo cual tendrá el desafío de superar ese difícil fenómeno.
Lo que dejó la campaña
Tuvimos una campaña muy especial debido a la pandemia, con poca actividad abierta al público y de mucho jugar en medios y redes sociales.
No hubo grandes hechos a lo largo de los meses previos al acto electoral. El Partido Nacional y particularmente Olivera, realizó una campaña muy prolija desde el punto de vista publicitario pero con pocas grandes propuestas, posiblemente atendiendo que las pocas encuestas previas lo daban como eventual ganador.
En el Frente, si bien con algunos mensajes de unidad de los tres candidatos, una campaña también de poca propuesta y por momentos más volcada a hablar de Olivera que de lo realizado en estos cinco años al frente de la Intendencia. Un ejemplo de ello fue cuando Olivera realizó comentarios acerca de la existencia de “mimosos del Carnaval” en Paysandú, apuntando claramente a conjuntos carnavaleros que según el electo intendente contaron con apoyo constante del gobierno departamental frenteamplista. En las redes durante días, algunos militantes frenteamplistas dedicaron publicaciones a Olivera relacionadas a dicho episodio, lo que inconscientemente haya podido ser una victimización del candidato nacionalista que a la postre le resultó favorable.
El otro elemento de análisis en la campaña frenteamplista, es la poca alusión que hicieron los candidatos García y Bottino a eventuales gestiones o hechos destacables del gobierno departamental 2015-2020, algo que llama la atención teniendo en cuenta que la Mesa departamental del Frente Amplio apostó a una campaña de unidad que en hechos como éste, no parece haber sido tal.
Horizonte favorable al PN
Nicolás Olivera asumirá el gobierno departamental con la posibilidad de hacer uso de 25 millones de dólares del fideicomiso que fuera aprobado recientemente en la Junta departamental con votos de ediles de todos los partidos. Tendrá también siete municipios gobernados por alcaldes de su partido, además de contar con viento favorable a nivel nacional, con un gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou, con quien el mismo Olivera ha señalado “tendrá línea directa”.
Por el otro lado, un Frente Amplio que queda debilitado por la magra votación, pero además en un contexto político nacional, departamental desfavorable que también trasciende lo municipal, donde ha perdido concejales en algunas localidades luego de esta elección.