Los primeros 100 días de gobierno son casi el 5% de un mandato de casi cinco años, en realidad 4 años y 8 meses que tendrán las intendencias en este período especial. En tan corto plazo, no es mucho lo que puede lograrse en términos de concretar objetivos estratégicos de política ni lo que puede decirse sobre el futuro desempeño del gobierno. Pero esos primeros días tienen un significado simbólico y son interpretados muchas veces como un termómetro del poder de un presidente entrante. Lo vamos a usar para el gobierno del Intendente Nicolás Olivera. Opinan referentes locales sobre los intensos 100 días de gobierno del Partido Nacional.
Matías Casco, joven del PC sector Ciudadanos
Han pasado 100 días desde la asunción del Intendente Nicolás Olivera, quién logró hacerse del gobierno por una diferencia mayor a la esperada en las elecciones de Setiembre pasado. Desde este medio, se nos invitó a hacer una evaluación de cómo ha sido este período inicial de un nuevo gobierno blanco. El eslogan que utilizó el Intendente durante su campaña fue “Paysandú de Pie” y enfatizó la necesidad de formar un equipo de profesionales con una visión ejecutiva de las políticas departamentales, integrada por personas de “diferentes” partidos.
En este inicio, han habido cosas positivas, cómo la activación de actividades acuáticas en la costa. Una buena idea que fue bien recibida por la población sanducera y trajo vida a la playa. A su vez en lo que va de su gestión se hizo tratamiento bituminoso a más de 100 calles de la ciudad, atendiendo a uno de los principales reclamos de los ciudadanos sanduceros.
Sin embargo, no podemos decir que estamos conformes por el inicio de gestión de este gobierno departamental, primero porque hubo decisiones unilaterales por parte de la intendencia que son más que cuestionables. Comenzando por la de dejar de gestionar los recursos humanos de los Centros CAIF de la IDP, adjudicándole la tarea a una fundación relacionada al Partido Nacional, en un llamado exprés. El caso tomó relevancia nacional y hace pocos días INAU ratificó la decisión de la intendencia. Sin embargo entendemos que el procedimiento no fue nada adecuado y se pudo haber actuado de otra manera. También el asunto de la contratación de Sergio Escobar, quien ingresó a trabajar en el área de servicios por intermedio de una fundación. Estamos hablando de un ex presidiario que cumplió condena por delitos violentos, de proxenetismo, lavado de activos, entre otros y a quién durante la campaña se le vio muy cercano al intendente. Esto haría suponer que no se trata de una contratación fortuita y si digitada. A pesar de los reclamos de los colectivos femeninos y de prácticamente todo el sistema político y de que no es claro el rol que cumple dentro de la intendencia, la persona continúa en funciones.
Otra de las malas decisiones fue desmantelar la casa de la mujer, ocupada hoy por uno de los directores de la comuna. Paysandú es uno de los departamentos dónde mas delitos de violencia de género se cometen, el espacio que se destinaba para alojar a las víctimas y sus hijos, permitía brindar una solución de seguridad para aquellas quienes muchas veces no tenían ninguna opción. Durante la campaña, todos los candidatos, incluido el actual intendente, hablaron de la importancia de llevar políticas de género, este particular, entiende que con esta decisión se dio la espalda a todas.
Finalmente, observamos un gobierno departamental donde el diálogo político (algo fundamental en la tarea) se ve bastante reducido, no sólo con actores de la oposición sino también con actores de su mismo partido, en este poco tiempo hemos visto entredichos entre la intendencia y representantes de otros organismos del estado (como por ejemplo el Ministerio del Interior), lo que hace pensar que los canales de comunicación no son tan fluidos como deberían de ser. Máxime, teniendo en cuenta de que estamos en un contexto de pandemia donde se necesita trabajar en conjunto. En lo que respecta a la situación actual del departamento, no podemos desconocer que se podría hacer mucho más desde la dirección departamental de salud para colaborar en esta lucha que todo el país lleva adelante. Decisiones como las de llevar adelante un espectáculo que derivó en aglomeraciones e incidentes, no parece ir en consonancia con lo que pregona el gobierno nacional de mantener el distanciamiento social.
Han sido unos primeros cien días curiosos, de mucha repercusión política y mucha exposición pública. Estoy convencido de que la actual administración necesita ser más abierta, más transparente y empezar a bajar el perfil de las decisiones que toma, porque de lo contrario podría aislarse (si es que ya no lo está) políticamente. No hay que olvidarnos de lo que sostuvo el pensador Nicolás Maquiavelo: “La naturaleza de los pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerlos de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos”.