La cultura debe ser democratizadora del conocimiento y “rascar allí donde pica” donde niñas, niños, jóvenes, madres solas, familias vulnerables, necesitan “hacerse de saberes” para construir un mundo habitable, humano y poder encontrarse en él, en horizontalidad e igualdad de oportunidades con los demás. Y así encontrar un lugar y celebrar la vida todos los días, alimentar su pensamiento y llegar a formar “corazones inteligentes” para aprender desde la niñez a querer el mundo y hacerse responsables de él. Para esta revolución social necesitamos de una política cultural seria y pensante, como la que viene desarrollando desde hace más de una década el CECAP Paysandú. (Centro Educativo de Capacitación Profesional). Reconocido por el Sr Director de Educación del MEC – Lic. Gonzalo Baroni- cuando estuvo en la Junta Departamental, al destacarlo como un “centro referente al Cecap Paysandú, por su excelente propuesta educativa. Pensamiento que avalo y defiendo desde años.
Más hoy, cuando luego de arrebatarles arbitrariamente el derecho a la inauguración del Proyecto “Candombeando vamos…” los protagonistas estuvieron a la talla de los objetivos y metas que persiguen “llegar a su casa” a diario, a construirse como buenos ciudadanos y ciudadanas. En un ambiente donde la horizontalidad y el respeto han hecho mella y nadie mira raro a nadie, porque son como hermanos de una gran familia. Con educadores referentes que marcan la diferencia porque tienen amplitud de miradas y corazón ancho. Todos/as en la sociedad sanducera supimos “algo por lo menos” de lo que significa ese Proyecto nacido en el año 2018. Y además por el simple y enorme nombre de “El puño de Mandela” ya debíamos suponer que se trata de un Proyecto transverzalizado por los DDHH. Nadie dudaba que es un Proyecto que irradia educación, igualdad de oportunidades, búsqueda de nuestra cultura, rechazo a cualquier forma de discriminación y violencia…Solo con oír Mandela estaba el discurso hecho para la inauguración. Sin embargo- el Sr Intendente de Paysandú Dr. Nicolás Olivera- que debía ser invitado a la inauguración y sin embargo fue él quien invitó (salteándose por ejemplo a la Comisión de Cultura de la Junta Departamental, que hizo mucho moviendo para llegar a tiempo al 10/12), prefirió hacer alarde de su gestión centrando su discurso en que está llevando el agua potable a pueblos del interior, sonaron Buricayupí y otros más. Por suerte –por decisión personal- no fui…me lo contaron “fuentes oficiales”. Y no tan oficiales, porque fue muy comentado el momento: sin los verdaderos protagonistas –los jóvenes, los colectivos que sumaron, las familias, el barrio…El sombrero ajeno volvió a levantarse al aire. Una vez más, de tantas.
Pero el puño quedó instalado, y nadie va a creer que es un monumento al agua potable en el interior departamental. No ¡nadie! ni el más ingenuo o la más ingenua. Cualquiera que pase por Avda Bulevar y Antonio Estefanell, se deslumbrará ante tan magnífica escultura y recordará la lucha del líder sudafricano, por la libertad y la paz en el mundo entero. Por eso de nochecita en el patio del CECAP, estuvo ese ideal presente y los/as jóvenes con la cercanía de cientos de personas festejaron al calor del tamboril, del rap, de los poemas, de la música, del color, de cabezudos típicos de la cultura afro, de la lectura ¡de la palabra libre! una verdadera fiesta de pueblo, que pretendió ser desmerecida, por quienes a veces tienen viva voz para destacar a “talentos sanduceros” que nos representan y otras veces prefieren no reconocer talentos tan sanduceros como los otros, porque no huelen a elite, huelen a Mandela. Y eso les molesta.
Maestra Mabel De Agostini Pinna
Edila FA/ VA