Juan Acosta, ganador del Premio Nacional de Literatura 2022

Juan Andrés Acosta es Contador Público y acaba de ganar el Premio Nacional de Literatura 2022. Es de Paysandú y este viernes presenta su novela Atahualpa en la Biblioteca José Pedro Varela. Intentamos hacerle una entrevista diferente, al escritor, y al amigo.

-¿Desde cuándo identificás tu interés por la lectura?

Desde bastante chico. Siempre tuve muchos libros infantiles. Por supuesto que el primer interés fue por los dibujos para después ingresar a las letras.

-¿En tu casa se leía?

Si, mis padres siempre leyeron, sobre todo cuando sus hijos fuimos más grandes y tuvieron tiempo de dedicarse a la lectura.

-¿Cómo fue tu acercamiento?

Recuerdo que a los 7 años mi padre me regaló una edición juvenil de “La vuelta al mundo en 80 días”. La leímos juntos. A partir de allí nunca abandoné la lectura.

-¿Qué cosas leías?

En general ediciones juveniles de novelas de aventuras clásicas: Robinson Crusoe, La isla del tesoro, Robin Hood, La isla misteriosa, Moby Dick, son algunas que recuerdo haber leído. Más adelante me empezó a interesar el género policial, ahí recuerdo haber leído a Conan Doyle.

-¿En qué te marcó Paysandú?

En muchas cosas, algunos cuentos que he escrito los ambiento pensando en Paysandú, donde viví hasta los 18 años. Porque como dijo el poeta Rilke, “La verdadera patria del hombre es la infancia”, frase que cita Carlos Caillabet en una de sus novelas.

-¿Considerás que para escribir hay que leer mucho más de lo que se escribe?

Si, Borges decía que leía mucho más de lo que escribía, y eso era motivo de orgullo. Y leer es sin duda una forma de aprender a escribir.

-¿Quiénes son tus autores favoritos?

Ya que mencionamos a Borges podríamos empezar por él. Y siguiendo en el Río de la Plata podría mencionar también a Cortázar, Onetti, Morosoli, Quiroga y Paco Espínola. Si nos alejamos hacia el norte, me gusta García Márquez, Hemingway, O´Henry, Poe, Jack London. En poesía podríamos citar a Emily Dickinson y a William Carlos Williams.

-Normalmente ¿qué promedio de libros lees al año?

Depende del tiempo que tenga para la lectura. Y también de la extensión del libro. Leo mucho en el ómnibus, en el trayecto de mi casa al trabajo y viceversa.

-¿De qué género?

En general cuentos, de los autores que nombré antes. También me gusta la novela negra norteamericana. Y ahí puedo mencionar a Mc Cain, Chase, Chandler.

-¿Cuál es tu género favorito?

Me gustan mucho los cuentos, las historias breves es lo que más leo. Debe ser por lo difícil que resulta escribirlos, es como fabricar un reloj sofisticado, por la precisión que requiere.

-¿Has leído en otro idioma?

Algunas novelas breves en inglés, pero no más que eso. Como no soy un gran dominador del idioma, me cuesta más. A veces es difícil entender algo que está en idioma español.

-¿Cómo fuiste perfeccionando la escritura? Se me ocurre que es un don que hay que ir puliendo.

Si, puliéndolo mucho. Creo que hay que escribir mucho y llenar los cajones de cosas escritas, aunque sean muy malas. Más adelante pueden resultar útiles y uno tendrá más armas para mejorarlas gracias a que ha ido mejorando su escritura.

-Con este reciente premio nacional ¿se te abren puertas para que la editorial te apoye en futuros proyectos?

Sí, claro. La obtención del premio me ha permitido por primera vez publicar algo que íntegramente escribí yo. Antes tenía muy poco publicado, sólo unos pocos cuentos y poemas en ediciones colectivas.

-Cuándo te fuiste a estudiar a Mvd, una carrera que es diferente digamos, ¿tu idea siempre fue seguir en este camino?

Siempre me atrajo mucho la literatura, pero no fue mi actividad principal, aunque sin duda siempre la tuve presente y en mis ratos libres nunca me olvidé de ella. Lo que pasa que la vida de estudiante te absorbe, luego el desarrollo de la profesión, luego la familia, entonces hay momentos que la literatura queda a un costado.

-¿Exige mucha soledad la escritura?

Si bastante. por más que haya gente a tu alrededor, cuando uno entra en una historia, el resto del mundo desaparece, uno está sólo frente al papel o la computadora, y no existe más nada, salvo los personajes de la historia que vas creando, que en definitiva se vuelven reales y caminan a tu lado.

-Atravesaste una enfermedad importante en estos últimos años al tiempo que recibiste la noticia del premio. ¿Qué cosas pasaron por tu cabeza?

Alguien me dijo que mi vida se había vuelto una montaña rusa. Por un lado el riesgo de la operación, en la que los médicos me dijeron que tenía un 50% de morirme. Es como poner en un bolillero dos pelotitas, una blanca y una negra, y extraer una. Por otro lado vino el premio. Cuando me avisaron que había ganado ya no recordaba que había mandado la novela. Eso sin duda me ayudó mucho en la recuperación.

-El fútbol es una de tus pasiones también.

Yo diría que lo fue hace hasta algún tiempo. De chico y de joven lo seguí muchísimo. Ahora lo miro con más distancia. Como un fumador que está dejando el cigarrillo. Tal vez sea por el odio que uno percibe en cada partido, el odio hacia el rival. No puede ser que luego de finalizado un partido no puedan salir todos los hinchas juntos, no puede ser que en algunos partidos no puedan ir los hinchas visitantes, como pasa en Argentina. Y si a eso le sumamos que todos pretenden ganar de cualquier manera, aún con trampa, creo que se va por mal camino. Por eso ahora lo sigo un poco más de lejos.

-¿Por qué escribís?

Creo que la mejor respuesta a esa pregunta la dio el poeta griego Odysseas Elytis: “Escribo para que la muerte no tenga la última palabra”.

-¿Por qué leer Atahualpa?

Porque puede resultar entretenida. Y en una de esas a alguien le gusta.

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