Vecinos de Colón y organizaciones ambientalistas entrerrianas se movilizaron en rechazo al proyecto de combustibles sintéticos sobre el río Uruguay

Unos cien vehículos y varios centenares de pobladores participaron de una caravana y asamblea en la cabecera del Puente Artigas. Denuncian falta de transparencia y advierten que no quieren “una zona de sacrificio”. Reaparecen ecos del histórico conflicto por Botnia.

La cabecera argentina del Puente Internacional General Artigas volvió a ser escenario de una protesta ambiental. Ayer domingo 2 de noviembre, varios centenares de vecinos de Colón y sus alrededores se manifestaron en rechazo a la instalación de la planta de combustibles sintéticos de la empresa HIF Global, que proyecta operar en la ribera sanducera del río Uruguay. La convocatoria reunió a más de un centenar de vehículos y fue el primer acto público del lado argentino desde que trascendió la inminente aprobación de la Viabilidad Ambiental de Localización (VAL) por parte del gobierno uruguayo.

La movilización, organizada por la Comunidad Tierra de Palmares y encabezada por la Multisectorial Somos Ambiente de Colón, culminó en una asamblea abierta y la lectura de una proclama. En el cierre, los participantes entonaron “Río de los pájaros”, de Aníbal Sampayo, como símbolo de unidad regional.

“Denunciamos la decisión inconsulta y arbitraria de elegir el emplazamiento de la planta industrial de HIF Global sin considerar las necesidades y preocupaciones de nuestras comunidades. No queremos que nuestro lugar se transforme en una zona de sacrificio”, expresó el documento. Las organizaciones también cuestionaron la “ausencia de transparencia y diálogo” durante el proceso de aprobación y acusaron a la empresa de “mentir sobre reuniones con la sociedad civil”.

La proclama, firmada por veinte entidades sociales y ambientales, contó con el respaldo de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, lo que reeditó la histórica alianza entre ambas localidades entrerrianas durante el conflicto por la planta de celulosa Botnia en Fray Bentos.

Las agrupaciones recordaron que el propio presidente uruguayo, Yamandú Orsi, se manifestó a favor de relocalizar la planta y preguntaron “si su palabra no tiene valor”. Exigieron además “acciones concretas, efectivas y en diálogo con la comunidad” de los gobiernos locales, provinciales y nacionales de la Argentina, en defensa de los derechos ambientales y la sustentabilidad regional.

En paralelo, los legisladores entrerrianos Guillermo Michel, Marianela Marclay y Adán Bahl enviaron una carta al presidente Orsi solicitando la creación de una Mesa de Diálogo Binacional, conforme al Estatuto del Río Uruguay, para abordar la controversia. Por su parte, el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, se comunicó con el canciller argentino Pablo Quirno y anunció un viaje a Montevideo para tratar el tema con las autoridades uruguayas.

Un conflicto que revive viejas tensiones

La movilización del domingo evocó inevitablemente los años del conflicto por las pasteras. En 2001, ya se había conformado la Red de Organizaciones Socioambientales de Entre Ríos y Uruguay, con el objetivo de proteger el río Uruguay y coordinar acciones contra los proyectos industriales que amenazaran su equilibrio.

En 2003 se produjo la primera marcha desde Gualeguaychú hacia el Puente San Martín, y en 2005, tras la autorización del proyecto de Botnia por los gobiernos de Jorge Batlle y luego de Tabaré Vázquez, comenzó la etapa de los cortes de ruta y los masivos “abrazos al puente”. Aquellos episodios marcaron una década de tensiones diplomáticas entre Buenos Aires y Montevideo y dejaron una huella profunda en la conciencia ambiental de ambas orillas.

Hoy, veinte años después, los activistas temen que la historia se repita. “Las decisiones sobre el río Uruguay deben tomarse con consulta y respeto a las comunidades que vivimos en su entorno”, remarcaron los organizadores en la proclama final. Mientras tanto, el gobierno uruguayo continúa evaluando los últimos pasos administrativos antes de aprobar la instalación de la planta de HIF en Paysandú, una inversión clave dentro de su estrategia de transición energética.