Por María Estela Almada
Cuando la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, presentó el libro “ 68 años de la FAO en Uruguay “, se destacó en él las capacidades técnicas, institucionalidad y la distribución de la riqueza del país, pero alertó sobre el índice de sobrepeso y obesidad que existe en la nación.
A nivel regional el 60% de la población padece alguna de estas enfermedades. En tanto, en Uruguay el porcentaje de personas con obesidad y sobrepeso asciende a 65% y la mayor afectación está en las mujeres. Algunas áreas apuntadas a trabajar y controlar, tienen que ver con la fiscalización de alimentos altos en azúcar y grasas o el apoyo para el consumo de productos saludables. El aumento del sobrepeso y la obesidad en Uruguay es atribuido a razones culturales, lo cual hace que el tema no sea percibido como un problema de salud por parte de la población, y alertó de los factores de riesgo asociados a las enfermedades crónicas no transmisibles, como la mala alimentación.
La obesidad, definida como el exceso de tejido graso en el organismo, es una enfermedad de múltiples causas. El sedentarismo y el consumo de alimentos de alta concentración en calorías (ricos en grasas y azúcares), son los factores ambientales más importantes para su desarrollo.
Se ha convertido en una epidemia a nivel mundial, aún en países no desarrollados. Es una de las principales causas de muerte prevenibles, constituyendo un problema de salud pública en todos los países con disponibilidad de alimentos. Afecta a adultos y niños, hombres y mujeres y se presenta en todos los estratos sociales.
Así entonces fue creado en 2012 el Programa para la Atención de la Obesidad, por parte del Fondo Nacional de Recursos, así apoyar desde el Estado, el descenso de peso de pacientes obesos vinculados a ésta institución recibiendo financiamiento para actos médicos o medicación. Uno de los principales cometidos del programa esiniciar el cambio cultural necesario para detener el sobrepeso y la obesidad, en esta epidemia que afecta en Uruguay a ese 65 % de las personas adultas ya comentado, y a casi el 40 % de los niños, según un estudio realizado por el Ministerio de Salud Pública.
La Obesidad Infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. En nuestro país las cifras son impactantes. Según un estudio divulgado por la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular (CHSC), 40% de los niños de las escuelas públicas de la capital tienen sobrepeso u obesidad. 10.5% de los niños de hasta 5 años están por encima de su peso ideal. 15% de los niños escolares, muestran cifras alteradas de presión arterial. Son cifras que obviamente preocupan muchísimo. La población del estudio además consume exceso de sal, grasas y azúcares, además de tener una vida muy sedentaria.
Nuestro gobierno ha resuelto que alimentos procesados y ultra procesados, incluyendo bebidas, deban presentar un etiquetado frontal, que garantice al consumidor el derecho a la información que necesita para tomar decisiones más críticas, protegerlo de engaños y desestimularlo de la compra de productos no saludables.La etiqueta es una herramienta práctica que permite identificar más rápidamente alimentos con perfil nutricional desfavorable.
En Uruguay, uno de cada dos adultos presenta algún grado de sobrepeso u obesidad, y es una afección que se incrementa rápidamente además en niños y adolescentes.La importancia del tratamiento de la obesidad radica en que es un factor de riesgo para desarrollar otras enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial y otras enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades óseas y articulares. Se asocia con algunos tipos de tipos de cáncer y con mayor riesgo de complicaciones cuando se realiza una cirugía.
Hay cuatro categorías de pacientes obesos que integran los distintos grupos de tratamiento:
– personas pertenecientes al Programa de Prevención Secundaria Cardiovascular, que han aumentado su peso en el último año o que presentan una obesidad de difícil evolución.
– pacientes con cáncer de mama en tratamiento coadyuvante.
– pacientes obesos con falla renal que aspiran la realización de un Trasplante.
– usuarios en preoperatorio de prótesis de rodilla o cadera.
Quienes sean asistidos en el Programa para la Atención de la Obesidad, experimentan una mejora en cuanto a su calidad de vida y los riesgos que pueden provocar las afecciones presentes se ven minimizados.
Aquellos que son programados para una cirugía y logran reducir su grasa corporal, tendrán menos riesgo de infección en la operación y seguramente la rehabilitación será más simple.
Para las pacientes con Cáncer de Mama, es importante alcanzar un peso saludable, reducir el consumo de grasas, aumentar la ingesta de verduras y frutas y realizar ejercicio físico,parareducir los riesgos de recaídas.
El Programa tiene una duración de 12 meses, dividido en dos fases:
– Fase I: Encuentros quincenales durante 4 meses. Se realiza asistencia personalizada para la indicación del Plan de alimentación y eventualmente fármacos. Se realizan talleres grupales que promueven la motivación, el aprendizaje y el inicio de cambios de conducta.
– Fase II: Controles telefónicos sistemáticos y visitas presenciales cada tres meses. Se revisa nivel de cumplimiento y se reajustan indicaciones. Se entrega medicación para quienes son tratados con Orlistat.
En todos los casos se recomienda acompañar las medidas de tratamiento con ejercicio adaptado a su capacidad física.
El sobrepeso y la obesidad constituyen un factor de riesgo muy importante para enfermedades no transmisibles. Las consecuencias no se limitan tan sólo a su salud física, sino también a cambiosde conducta y problemas emocionales como la depresión.