Escribe Libia Leites

Año a año recordamos porqué ésta fecha no es de celebraciones sino de reivindicación de los derechos de las mujeres hacia una sociedad igualitaria.

En 1911 y tras incendiarse una fábrica Cotton en Nueva York, Estados Unidos donde se hacía una huelga con permanencia en su lugar de trabajo, reclamando entre otras cosas un salario igual al que percibían los hombres mueren 129 mujeres trabajadoras que cumplían sus tareas en forma absolutamente inhumana.

Este hecho trascendental marcó la historia de las luchas de las mujeres. Un año atrás, en 1910 en Copenhague, la Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas había instituido el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.

Muchos años y muchas luchas después, en 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designa ésta fecha como el Día Internacional de las Mujeres.

Son muchas las fechas que enmarcan esta lucha en todo el mundo y desde mucho tiempo, que hace que los logros que se han obtenido no se visualicen como tales, sino como lo que es justicia social y un empoderamiento de derechos que se nos han negado sólo por ser mujeres.

Se siente el retroceso

La protesta, la sensibilización y la unidad son necesarias. Al estar padeciendo la pandemia del Covid 19 y tras informes internacionales que confirman lo que se ve en el territorio, constatamos que las más perjudicadas hemos sido las mujeres.

Los femicidios, abusos sexuales, violencia doméstica, desocupación han aumentado entre otras problemáticas cómo lo son la Trata y la Explotación Sexual en niñeces y adolescencias. También se confirma que se nos sigue encuadrando en los roles de los cuidados y trabajos no remunerados de nuestros hogares. Todo esto es violencia hacia las mujeres algo que nos afecta en forma desmedida.

Los preparativos

De todas las formas posibles nos haremos sentir. Si bien la pandemia nos permite visualizar barreras para que este 8 de marzo no sea de muchas movilizaciones, las mujeres tenemos demasiados reclamos que llevar adelante y nada nos podrá detener.

En Paysandú particularmente son muy emotivas las marchas y los preparativos, un gran trabajo llevado adelante con actividades que llevan más de un mes entre reuniones, ensayos, pintadas, algo que se lleva adelante a través de Asambleas de Mujeres y de ahí a través de intercambios se toman las decisiones de cómo nos haremos ver y escuchar. Algo es seguro: éste 8 de marzo estaremos reclamando, reivindicando y luchando por nuestros derechos.

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