Se cumplió el pasado lunes un año del gobierno multicolor que estuvo pautado por ser prácticamente un año “pandémico”. “Estamos preparados” fue una de las frases que disparó en campaña el presidente Lacalle Pou para ganar adeptos ¿Estaban preparados? preguntó 20Once a los diputados elegidos por el departamento.
Cecilia Bottino (FA)
Un año del país de “Casi, casi. Pero no”.
Se cumple ya el primer año del gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou y el panorama de nuestro país se plaga de mayor incertidumbre y preocupación. La crisis económica y social que transitamos impacta de lleno en la sociedad y el Gobierno sigue sin dar señales claras de que medidas efectivas tomará para atenderla. Quienes hoy ocupamos el lugar de oposición hemos intentado apelar al diálogo pero las autoridades nacionales se obstinan en querer hacer a toda costa y a como dé lugar, según parece.
Un año marcado por la instalación de la pandemia provocada por el COVID-19 generó una profunda crisis a nivel mundial de la que, por supuesto, nuestro país no escapa. A contra marcha de las tendencias mundiales, Uruguay se instala en un escenario donde el gobierno se empeña en sostener metas fiscales, apelando a recortes sin reforzar el gasto social ni la inversión del estado como posibles herramientas que traccionen hacia la salida de la crisis.
Al día de hoy se concreta la demorada llegada de las vacunas para enfrentar el virus, no sin antes atender a un enredo mediático de marchas y contramarchas. Más allá de esto, la gestión de la crisis sanitaria tuvo un primer y un segundo tiempo claramente marcados.
En un primer momento, el Gobierno se apoyó fuertemente en la estructura de políticas previamente existentes y fue a partir de las mismas y con un fuerte compromiso de las y los uruguayos que se generó un relativo clima de buena gestión de la pandemia. El último trayecto del año en que se generó un aumento superlativo de los casos implicó también el avance de los indicadores de que la crisis económica y social se agudizaba.
Tenemos un panorama de suba del desempleo, aumento de las personas en situación de calle, baja de salarios y aumento de tarifas que posicionan el cotidiano de las familias en un plano netamente negativo. Frente a esto el Gobierno optó por generar mensajes con una sobrecarga de responsabilidad hacia los individuos por sobre la puesta en práctica de acciones efectivas que ayuden a contener la situación.
En materia económica nos encontramos frente a un Ministerio que informa sobre el cumplimiento de metas fiscales esperadas y de un gasto del entorno del 2,3 de PIB en respuesta a la pandemia mientras se suman voces que plantean lo engañoso y poco claro de las explicaciones brindadas. En los hechos, seguimos sin respuestas claras para los sectores más vulnerables y para aquellos más afectados por el impacto de la crisis.
Seguimos asistiendo permanentemente a hechos que marcan que la preparación y la acción no van de la mano, que el gobierno no disimula amistades y que muchos y muchas se ven perjudicados por los aumentos y ajustes que se han dado sin miramientos. Los cambios en el IRPF, la suba de tarifas públicas, el encarecimiento de productos de consumo cotidiano impactan en las economías domésticas de miles de hogares.
Otro de los hitos del 2020 fue la aprobación de la Ley de Urgente Consideración a la que como fuerza política hemos manifestado rechazo, ya no únicamente por su contenido sino también por lo inoportuno de su presentación. Actualmente nos encontramos en fase de recolección de firmas a fin de derogar 135 artículos de los que la componen. En este comienzo de 2021 comenzamos a ver claramente los efectos negativos que la aprobación de la LUC genera. En el ámbito educativo el inicio del año lectivo nos encuentra en un panorama de pérdida de autonomía y representatividad en la ANEP, mayor injerencia del MEC en la educación pública, recortes en secundaria y UTU, entre otros.
El Presupuesto Nacional confirmó la tendencia hacia el recorte y con su puesta en funcionamiento veremos en el transcurso de este primer año de ejecución, cómo lo planteado repercute para las diferentes reparticiones del estado.
Para cerrar estas reflexiones reiteramos que aquí seguimos abiertas y abiertos al diálogo, al intercambio, seguros de que este puede ser la mejor opción para todas y todos.
Un primer año de mucho ruido, pocas nueces y nueces reservadas para los “malla oro”.
Carlos Moreno (PC)
Buen comienzo pero queda mucho por hacer
El primero de Marzo se cumplió el primer año desde la asunción de Luis Lacalle Pou como Presidente de la República, año que sin dudas, quedará para la historia por todo lo que sucedió en el país y en el mundo. A menos de dos semanas de asumir, la crisis sanitaria alcanzó el país y obligó a cambiar la agenda de prioridades del gobierno entrante para adaptarse a la nueva realidad impuesta. Al comenzar, la coalición de gobierno llegaba con lineamientos claros, los cuales estaban enmarcados en ese “Compromiso por el país” que firmaron todos los integrantes de la misma. El primer gran objetivo era una reducción del déficit fiscal, ya que en los últimos gobiernos había crecido de forma desproporcionada, y si bien el presupuesto reflejó un ahorro considerable, la situación de la pandemia obligó a realizar gastos. Sin embargo, es indudable que el manejo de la misma fue ejemplar y efectivo, a pesar de todos los cuestionamientos realizados por la oposición, aciertos como la creación del GACH para colaborar con el gobierno durante la crisis, los criterios de comunicación utilizados durante la misma, y fundamentalmente, lograr mantener en todo momento la movilidad social alivianando el impacto económico, que sin dudas existió.
Otros de los grandes objetivos era la aprobación de la LUC que incluía varios artículos con impactos en diferentes temas fundamentales, la misma se aprobó y contó con el apoyo de la oposición en más de la mitad de los artículos. También mejoraron los números en la seguridad pública, algo que preocupaba de sobremanera a la ciudadanía.
No obstante también hubo errores durante este primer año, luego de los primeros meses donde la cancillería brilló por la gestión de Ernesto Talvi, no sólo por el servicio humanitario, sino por el rumbo comercial con el que se perfilaba el ministerio, ante su renuncia y con la asunción del nuevo ministro Bustillo, la cartera se desdibujó rápidamente. Con la llegada de las vacunas y la reapertura del mundo, es necesario comenzar a encarar políticas que nos reinserten rápidamente en los mercados internacionales y lo más importante, empezar a trabajar en políticas de fronteras que solucionen los graves problemas que acarrean los desajustes económicos regionales, realidad que en Paysandú conocemos de primera mano.
También entendemos que hay sectores que necesitan especial atención del estado por ser los más afectados por esta pandemia, por eso el Partido Colorado lanzó una batería de propuestas que incluía la extensión de los seguros de paro, apoyo a las PYMES y los sectores de servicios relacionados al turismo y eventos.
Otro tema en lo que no se ha podido hacer hincapié es en la reforma de la educación, que aunque enfrentó un desafío muy grande y dio buen uso a las herramientas como el Plan Ceibal (logro del FA), aún no se ha caminado hacia una transformación del sistema educativo uruguayo. En esta tarea la figura de Robert Silva será fundamental y confiamos que el representante Colorado pronto comenzará a echar mano en el asunto.
Finalmente, los números de aprobación de la gestión del presidente hablan por sí sólo, siendo el presidente que más aprobación ha tenido al inicio de su gestión en el siglo XXI. Aunque aún queda mucho por hacer, el camino es el correcto.
Nancy Nuñez (PN)
Mejor preparados “de lo que hubiese pensado”
Mas preparados de lo que yo misma, que voté y aposté por este gobierno nacional, hubiese pensado.
Todos hemos sido informados con exhaustividad de las acciones del gobierno en pandemia.
Y está bien, es lo correcto porque fue el escenario más imprevisto que se pudiese imaginar.
Y el gobierno dio respuestas claras, contundentes, acertadas. Insuficientes tal vez si pero hay un rumbo claro marcado hacia la recuperación económica que se debió pensar en forma paralela a cada decisión tomada. Había metas económicas que, a pesar de la situación sanitaria, se alcanzaron. Por ejemplo, la credibilidad fiscal.
Pero detrás hubo un equipo de gobierno con orientaciones claras que se hizo cargo de sus responsabilidades que aunque tienen perfiles y formación diferente ha consolidado vínculos con organizaciones variadas y en aspectos que hacen a la coyuntura social.
Lo actuado en el área de salud, de educación y de seguridad son valoradas por la población en forma muy satisfactoria. Son los Ministros que tienen la mayor aprobación del gabinete. Se han atrevido a efectuar cambios de fondo que en primera instancia pueden generar resistencias pero que seguramente muestren resultados a mediano plazo. Que ya lo están exhibiendo.
En todos los ámbitos, incluido el parlamento nacional, se trabajó con austeridad cuidando el dinero de todos.
Hubo una política internacional de apertura comercial y de reactivación del Mercosur, Nuestro país fue reconocido en el mundo por una característica casi genética, diría, de los uruguayos que es la solidaridad de la que nos sentimos tan orgullosos.
Satisfecha del gobierno que voté, y que volvería a votar, sin ninguna duda, hoy con más certezas que dudas.