Acompañando la candidatura de Gonzalo Civila para presidir el FA a nivel nacional, la dirigente y politóloga Constanza Moreira dialogó con 20Once, indicando en un principio que “la realidad política está complicada. Hay una sensación de resaca, un después de la pandemia. Una resaca de la caída de la actividad económica, resaca del sistema sanitario que recién está funcionando. De todas formas hay previsiones de crecimiento económico”.
Asimismo indicó que “el impacto en los sectores pobres se ve, ahora lo vemos porque empezamos a salir. Pero la resistencia tiene músculo y lo mostró con las firmas. La campaña del referéndum fue muy espectacular, muy garra charrúa, fue como ese impulso de los uruguayos cuando lo pierden todo. Fue muy emocionante, con todo en contra”.
A Moreira no le cierran las cifras de popularidad del gobierno. “El presidente tenía 60% de popularidad y había 30% que firmaron para derogar la LUC, eso sirve para mostrar el músculo que tiene la resistencia, es como el 40% de los votos, en ese gesto de firmar sirvió para mostrar. Es el primer referéndum que hay que poner la huella”.
“Yo igual tengo mis dudas que la popularidad del presidente sea tan alta. Además ganó por poco margen, por 30 mil votos. Es la primera pulseada que le gana el FA al gobierno que ahora está en retaguardia, tiene que hacer campaña por la LUC, y eso ha atrasado la reforma de la seguridad social y otras”.
Para el FA “la elección sirve para hablar con la gente, recorrer el país, puede aprovechar para refundarse y salir de su duelo. La movilización es músculo militante. La primera mitad del gobierno la ganó el FA es un primer round”.
Coincide en que “será una elección de medio término, hay que jerarquizar pero cualquier consulta popular a mitad de período es plebiscitaria”.
Sobre la región opinó, siguiendo al chileno Ominami que habrá un ciclo corto de progresismo. “Brasil con Lula ganando, Bolivia, Perú, hay que ver qué pasa con Alberto Fernández en Argentina. Es un progresismo variopinto, de Castillo, de López Obrador. Un ciclo progresista corto pero no hay un fin de ciclo progresista. Hay vientos de esperanza socialista en la región”.
Sobre la posibilidad de hacer TLC indicó que “países como Uruguay no tendrían que celebrar TLC, nosotros tenemos que negociar con otros. Su nivel de dependencia aumenta notoriamente además los chinos son la fábrica del mundo Uruguay tiene que hacer política a medida por el tamaño que tiene. Es negativa la solución por una cuestión dogmática y doctrinaria. La diferencia de escala hace desaconsejable firmar tratados para Uruguay”.