Escribe Raúl Campanella
Es necesario ejercitar la imaginación calculando que suerte le puede corresponder al Gobierno de coalición policolor si es derrotado en el referéndum del año que viene. Incluso si existe un empate técnico, o victoria a lo Pirro, como la del ballotage de hace dos años.
Porque restarán tres años de Gobierno en una etapa acelerada de la historia universal, donde las secuelas de la crisis estructural del capitalismo se une a secuelas de la pandemia, en todos los planos de la vida social de la región y el mundo.
No basta afirmar como se ha hecho de que el Gobierno continuará como si nada haya pasado, cuando las firmas se vean confirmadas con nuevos peldaños que subirá el pueblo trabajador del Uruguay en su lucha para recuperar el Gobierno para el Frente Amplio basado en el movimiento sindical y la central obrera, fundamentalmente.
¿Qué dirá la población trabajadora? Es más importante, hoy por hoy, que lo que digan las direcciones políticas y /o sindicales. Lo primero es lo primero, diría Tabaré, y lo primero es que el Gobierno encontrará una oposición fortalecida en la aplicación de un programa que conduce a profundizar la desigualdad, cuando lo “mejores cinco años de vida” comprometidos, solo lo son para un porcentaje de la población.
Es necesario una estrategia donde el Frente Amplio y el PIT CNT necesita elaborar una propuesta política y programática para el hoy, para mañana, para hoy y para el pos referéndum. Cerrada hace rato la campaña por la renta básica universal, se hace imprescindible que las interpelaciones parlamentarias comiencen a decir que hacer. Qué haríamos nosotros desde el Gobierno, con la seguridad social, las cárceles, la desocupación y bajos salarios, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, la vivienda y la alimentación, o el servicio de cuidados.
Esperar nuevos Congresos de la central obrera o del Frente Amplio, no responde al hoy, ni tan siquiera al mañana. El Frente Amplio agotó la aplicación de sus planes de Gobierno, justamente, aplicándolos desde el Gobierno nacional. Los que critican logros y frustraciones, no miden que la política y el programa “dentro de la Constitución, todo” significó concesiones tales como no poner en cuestión la concentración de la propiedad, y la renta. No se trató, no se trata, de un mejor capitalismo, de un capitalismo bueno, sino de potenciar un programa transformador que se sostiene en definiciones históricas del Frente Amplio, que la mayoría, diríamos total, de la conducción actual del Frente, niega considerar.
En cambio, un futuro triunfo del referéndum, incluida la posibilidad de un exclusivo triunfo político y social que no logre anular una parte de la LUC, nos colocará en la necesidad de extremar la democracia directa, participativa, convocando a un nuevo referéndum consultivo sobre la necesidad de convocar una Convención Nacional Constituyente. Levantar frente al poder de decisión concentrado de la alianza oligárquico-burguesa, tras nacional- mediática un poder institucional indiscutible, al igual que otras naciones de la región, un instrumento democrático, participativo, contra cara del poder de la minoría encaramados al aparato del Estado.
El Frente Amplio, el PIT CNT no van a ser instrumentos de contención o desvío, y/o postergación de la lucha por transformar la dura vida de cientos de miles de compatriotas, con todas sus consecuencias sobre el conjunto social. Todos los actos electorales institucionales, sindicales, muestran una tendencia irreversible critica de las teorías del derrame de los malla oro.
La historia no se repite, sino apenas algunas de sus circunstancias. Algo importante de ha gestado y sigue su curso en la conciencia del pueblo trabajador. Es necesario ponerse a su altura.