Escribe Darío Rodríguez
El Fideicomiso Paysandú II, aprobado en la pasada administración casi que, por unanimidad, tenía el propósito de ejecutar obras y generar empleo. Se definió antes de la pandemia y de la crisis laboral departamental.
El mismo planteaba 25 millones de dólares y tenía, entre tantas propuestas, tres, a saber: estudio de la faja costera (Puente hasta Washington) con 1.5 millones de dólares, Distrito Park, 7.5 millones de dólares y cartera de tierra con 2.4 millones de dólares.
De las tres, es sabido que la primera se canalizó mediante la contratación de la renombrada Oficina de Arquitectura Metropolitana (OMA) a quien se le encargó cuatro productos. Un master plan para la costa (350 hectáreas); un proyecto específico para una parte del espacio, (26 hectáreas); cómo debería ser la costanera y pensar construcción icónica con sello del arquitecto Rem Koolhaass. El diario oficialista El País, primero siempre, informó días pasados, que “el afamado arquitecto holandés, tiene listo el plan para transformar Paysandú”. El intendente en sus vacaciones neoyorquinas lo vio y dejó trascender que se presentaría el próximo mes. Meses atrás un equipo del estudio, encabezado por Jason Long, estuvo en Paysandú dialogando con técnicos municipales, autoridades y recibiendo alguna organización social.
El uso de la Costa y su transformación, más allá del rellenado (también debatido) y aceptación del Paseo Costero es controversial. Existen instrumentos de ordenamiento territorial que demarcan posibles intervenciones.
Con tal marco, el pasado lunes la organización Movimiento Ciudadano Costa Paysandú (MCP), -que la integran una variedad de colectivos-, elevó a la Intendencia un pedido al amparo de la Ley de Acceso a la Información Pública 18.301. Se requirió información variada, que va desde costos erogados hasta estudios realizados y compromisos asumidos.
Se espera que, tras la futura presentación, se pueda dar discusión, respetando instrumentos, viendo posibles transformaciones y que las iniciativas cuenten con amplio respaldo ciudadano; no basta solo con excelencia técnica. Adicionalmente, y no es asunto menor, es menester conectar cuidado ambiental con generación de puestos de trabajo en una ciudad con 6.900 desocupados. Hay quienes creen que todo terminará en una ramblita.