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A partir de las expresiones vertidas en las últimas horas por el Sr. Director de Cultura de la Intendencia de Paysandú, siento la necesidad de expresar una visión diferente, desde lo político y desde lo artístico.

En primer lugar debo decir que el Director de Cultura, sin dudas es carnavalero, y ese no es el punto que a los carnavaleros nos disgusta, sino que por el contrario, lo que nos duele, es que siendo un carnavalero la máxima autoridad cultural de nuestra ciudad, el apoyo, la organización, la valoración al artista de carnaval, entre otras cosas, hayan sido de las peores de la historia.

El carnaval es una fiesta que tiene varias categorías, más que disciplinas, como se manifiesta, término este último, utilizado con otras acepciones, comúnmente más asociado al deporte. Cuando el término se relaciona con la cultura, las disciplinas de las artes serían, la música, el cine, el teatro, la danza, la fotografía, la gastronomía, la lengua, la artesanía, el carnaval, las artes visuales, etc.
Las agrupaciones de carnaval participan de 5 categorías en el concurso oficial, parodistas, murgas, humoristas, revistas y comparsas de negros y lubolos, todas ellas tienen su atractivo y sus seguidores, generando emociones y expectativas en el público de carnaval, mas allá que una u otra categoría puede atrapar a diferentes grupos de espectadores en mayor o menor medida, pero no por eso se puede afirmar, que no cubren las expectativas.
Lo que necesitan las 5 categorías que engalanan la fiesta, es un verdadero respaldo gubernamental, desde lo económico, pero también desde lo logístico, un plan de promoción, una organización con anticipación, y que la fiesta de Momo, forme parte de la agenda cultural y turística del departamento con una política de proyección a la región a través de intercambios culturales nacionales e internacionales, donde la Dirección de Cultura es un actor fundamental para el desarrollo de la fiesta.

Los desfiles de carnaval sin dudas son un componente tradicional de la fiesta, pero no es el espacio principal para el desarrollo artístico de todas las categorías que lo componen. El ámbito natural para las murgas, los parodistas, los humoristas y las revistas no es un desfile, donde solo se limitan a mostrar el vestuario y simplemente presentarse en sociedad. El ámbito de estas categorías, es el tablado, donde expresan su mensaje que refleja sin dudas la voz del pueblo, porque esa es la esencia del carnaval uruguayo.

Si la Dirección de Cultura potencia los desfiles y no es promotor e impulsor de espacios para que las agrupaciones desarrollen sus espectáculos, está desconociendo, ignorando o escondiendo la voz de los artistas. De nada sirve potenciar solamente el desfile, que sin dudas es bienvenido, como el lugar habitual de comparsas y lubolos, pero no de todas las categorías.

Se implementó un carnaval de niños, donde nosotros sí tenemos otra visión, y está muy lejos de lo que se organizó por la comuna sanducera bajo este título, nosotros concebimos un carnaval de los niños y adolescentes que comience con un trabajo de promoción y motivación, con talleres coordinados con las escuelas y liceos de nuestro departamento, motivando a la “gurisada” a juntarse y a formar agrupaciones de carnaval, las que deben ser apuntaladas y acompañadas con talleres de formación, motivación y apoyo, implementados por la Dirección de Cultura en todos los barrios y pueblos del departamento.

El director de Cultura, afirma que debemos ir mejorando la fiesta año a año, idea que compartimos sin lugar a dudas, pero que debe ir acompañada con una decisión política de respaldo, de proyección a futuro y de un trabajo organizado en conjunto con los involucrados, cómo se realiza en Montevideo, por parte de la Intendencia de Montevideo, que ahora no solo incluye a los directores asociados en DAECPU (Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay), sino que también da participación a todas y todos los carnavaleros sindicalizados en SUCAU (Sindicato Único de Carnavaleros del Uruguay), potenciando cada vez más a un carnaval inclusivo sin distinción de género, raza o clase social.

Supongamos que es cierto lo que se afirma por el director, que desde la Dirección de Cultura, se generaron 35 noches de tablados, pero de nada sirve tal organización, si no se respalda con una planificación de promoción y motivación para que los sanduceros concurran y disfruten de la fiesta. De nada sirve desarrollar una noche de tablado sin que se de el objetivo, el hecho artístico en sí mismo, donde el ingrediente primordial, es el ida y vuelta del artista con el espectador. Para los carnavaleros y todos los artistas, ese intercambio, es como el aire que respiramos, compartir nuestro canto y nuestro mensaje con la gente, es la esencia de nuestro trabajo, por el que tanto ensayamos, por eso reitero, necesitamos un gobierno que apoye, promocione y proyecte la fiesta a futuro.

Se afirma por parte del Director, que hay pocos grupos, y que convocan poco, quitándose la responsabilidad que ese hecho responda al aspecto organizativo. Por el contrario, yo sí creo, que la situación está referida a la prioridad e importancia que el gobierno departamental le da a la fiesta, porque cuando hablamos de organización, no es solo organizar un concurso y un par de tablados. La organización es más global, es un todo, que incluye un trabajo de formación, motivación, respaldo, etc, por ejemplo con la decisión política de la implementación de la secretaría de carnaval, que funcione todo el año en coordinación con los carnavaleros, organizando talleres y actividades que relacionen la fiesta con la sociedad.

Cabe destacar que pese a pensar diferente a la Dirección de Cultura y al accionar de esta administración, me reuní con el Director, y me puse a la orden para ayudar y colaborar, presente ideas concretas, como por ejemplo el registro de artistas y agrupaciones y la reglamentación de la fiesta por decreto departamental, entre otras cosas.

No especule a esperar a que haya un cambio de línea política en la Intendencia, porque consideré que eran temas que nos involucran e importan a todos, pero pese a la respuesta positiva que recibimos en esa instancia, y que se hizo pública por el Director en canales locales, pasan los años y los aportes duermen en algún cajón.

También me ofrecí ante la Dirección de Cultura, honorariamente, para brindar talleres de información a los artistas sanduceros sobre la Ley del Artista, que permite que los colegas se registren ante el MTSS y se puedan jubilar, pero esta iniciativa a la cuál también se nos respondió positivamente, duerme en el freezer.

El carnaval que soñamos, es posible si verdaderamente forma parte de la agenda cultural y turística de nuestro departamento, es posible con voluntad política, de lo contrario, solamente forma parte de una larga lista de expresiones de deseos prometidas a los sanduceros en el programa de gobierno de la actual administración.

Pablo Miranda Ponce
Artista Nacional
Integrante de la Comisión de Cultura del FLS – FA

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