“En Guichón tenemos un basurero, un tiradero, donde se mezclan residuos sólidos con los del vertido de la barométrica, donde también se depositan envases de agrotóxicos y otros residuos, situación que nosotros hemos denunciado en varias oportunidades a los organismos competentes, el Ministerio de Ambiente, la Intendencia de Paysandú y el Municipio de Guichón, pero no hemos obtenido respuestas a nuestras inquietudes”, dijo Marcelo Fagúndez, referente del Colectivo de Guichón por los Bienes Naturales.
“La situación es preocupante, especialmente porque no somos una ciudad grande, tenemos entre 4.000 y 5.000 habitantes, todo el Municipio tiene unas 7.000 personas, quiere decir que generamos unas seis toneladas diarias de residuos. Y si no podemos hacer una buena gestión de esos residuos, ¿qué dejamos para una ciudad grande como puede ser Paysandú?”, inquirió en diálogo con La Tribu.
Fagúndez cuestionó el rol que desarrolla la Unidad de Gestión Ambiental de la Intendencia “que no tiene presencia en el territorio, no da respuesta, no escucha los reclamos de la sociedad civil” y reivindicó la necesidad de “concientizar a la ciudadanía para lograr la clasificación en nuestros domicilios”, práctica a la que visualiza como “la base” para conseguir un manejo óptimo de los residuos.
“Hoy el basurero de Guichón es un caos total en estado de abandono”, sentenció el activista y contrastó ese panorama con la intención de una ciudad “que pretende ser turística”.
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