“Transición inacabada”
El pasado jueves la sede de AEBU fue el escenario donde el periodista de Brecha, escritor y docente universitario, Samuel Blixen, acompañado del militante social e integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, presentó el libro Desaparecidos. En busca de la Verdad. Ya el año pasado, ambos autores, con el mismo sello editorial (Ediciones Brecha) dieron a la luz Intrigas Cruzadas: mafia y terrorismo en las Fuerzas Armadas.
Tanto Blixen como Patiño son parte del proyecto Cruzar-Facultad de Información y Comunicación (FIC-UdelaR) Los expositores comentaron que “nuestros trabajos explican las poco conocidas estructuras de gobierno, inteligencia, control y represión de las Fuerzas Armadas antes, durante y después de la dictadura”. Para ello, están “construyendo un sistema de información de archivos del pasado reciente desde el trabajo conjunto” entre las Facultades de Información y de Ingeniería. Hay una fuerte participación de estudiantes de grado. El proyecto tuvo su origen en el denominado “archivo Berrutti”; archivo que tiene unos 3 millones de imágenes y luego sumó a las Facultades de Ciencias Sociales y Derecho.
Consultado sobre las posibilidades que hay en Uruguay para investigar, Blixen fue preciso. “No es sencillo investigar. Este es un país donde todo es secreto. Todo está reservado, no se puede, etc. En segundo lugar, en materia de derechos humanos se aplica una ley de datos personales que hace difícil investigar. En la Justicia los jueces muchas veces, en expedientes archivados, aplican restricciones por esto mismo”.
El periodista destacó que Patiño “ha tomado con gran seriedad el asunto. Su ocupación, en mi opinión personal, ha permitido conocer una cantidad de cosas. Yo me aproveché de ese conocimiento. Sin la participación de Nilo no hubieran sido posible estos textos”. Blixen especificó que “no somos superman, no tenemos fuentes militares, políticas, no tenemos individuos que nos brinden información. Lo que hicimos es trabajar con los materiales que existen. Esto ha sido casi una primicia porque nadie lee”.
Por su parte, Nilo Patiño expresó que hay “una madeja que se va desarrollando de a poco. Cuesta todavía mucho. Hay muchísimas cosas que están por conocerse; increíblemente a 40/50 años de la dictadura. No solo en relación a los desaparecidos. Cree que “ha habido un intento de minimizar los efectos de la dictadura”. Razón por la cual se hace difícil acceder a documentación, fundamental, que verifique información obtenida.
Rol de los gobiernos
Al explayarse sobre el posicionamiento de los gobiernos sobre el asunto, Blixen señaló que en “los dos gobiernos de Julio María Sanguinetti los militares se abroquelaron en torno a la impunidad y al secreto. Sanguinetti en ningún momento hizo algo para obtener la información sobre los delitos de la dictadura” tanto económicos como sobre los derechos humanos. En su segunda presidencia negó que hubiera niños desaparecidos en Uruguay. Al poco tiempo el poeta Juan Gelman reveló que su nieta había sido traída de Argentina. “Sanguinetti estuvo jugado con la impunidad”, en cambio “Batlle tuvo una actitud ambigua”. Con la constitución, en ese periodo, de la Comisión para La Paz admitió, como Estado, que hubo desapariciones forzadas en el país. “El gobierno de Lacalle Herrera tampoco hizo nada” refresca Blixen. “Tapó todo. Respaldó a los militares, sobre todo de la marina, que habían sido procesados por delitos económicos, después tuvo el asesinato acá, en Uruguay, del agente de la dictadura chilena Berrios”. Por dicho episodio el hoy dirigente de Cabildo Abierto, coronel Eduardo Radaelli, fue preso en Chile.
En materia de derechos humanos “el gobierno que más hizo fue el primero de Tabaré Vázquez cuando ordenó entrar en los cuarteles para buscar a los desaparecidos y de alguna manera aplico el artículo 4 de la ley de Caducidad. Después lo hizo el Pepe Mujica”-
De todas maneras, marca limitaciones, “debilidades”, en los gobiernos frentistas. “Pero de ninguna manera podemos equipararlos con los otros gobiernos que fueron obsecuentes con los militares”.
Blixen está convencido que fruto del pacto del Club Naval, -no en sus aspectos formales-, si en “las negociaciones a escondidas con los militares de Sanguinetti” se fraguó la impunidad. La ley de Caducidad la legaliza. Esto empañó la democracia.
Desde ahí, a “nuestro juicio implica que la transición de la dictadura a la democracia no se completó. Es una transición inacabada. Es una democracia amputada”.
Hoy formalizado el partido militar, hay un empuje regresivo para revertir avances en América Latina.
Finalmente, con matices, reitera la debilidad de los gobiernos para enfrentar los privilegios de los militares. En la campaña electoral “se va a visiblizar eso” por que Familiares harán ronda con los candidatos a la presidencia preguntándoles si están dispuestos a dar la orden, como comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, para que los militares entreguen la información sobre los desaparecidos”.
El libro, un material necesario, nos adentra en parte del pasado reciente, que sigue interpelando en busca de verdad y justicia.