Paysandú en su mutación pasó, entre otras cosas, a ser una ciudad universitaria. Miles de estudiantes caminan las inmediaciones de sus centros educativos, se utilizan casas para alquilar a esta población y se mueven miles de dólares, en salarios, becas, adquisiciones, que movilizan una alicaída economía. Pero desde los administradores de la ciudad se debe, no solo pensar esta realidad, sino ver como adecuarla a las nuevas demandas. La construcción de una Residencia, más allá de la ubicación, camina en tal dirección, pero es insuficiente, aunque no se requieran ingentes recursos económicos. Por ejemplo, ¿es posible desarrollar bicisendas?, ¿Es viable peatonalizar o semipeatonalizar Zorilla entre Soriano y Artigas? ¿Se podrá armar un paseo en ese tramo incluyendo los ambulantes? Hay demandas de nuevos usos para la ciudad, equipamiento, servicio y recreación. Culturalmente se suceden los eventos, sin mayor hilo conductor con falta de liderazgo de la IDP.
El Departamento tiene suficiente masa crítica para pensar estas cuestiones que se pueden asociar a la generación de puestos de trabajo, más que necesarios. El Plan Local de Ordenamiento da un marco apropiado para ello.