Julián Blejmar: “En lo económico, el gobierno de Milei no tiene nada que mostrar, salvo la inflación”

El periodista económico argentino Julián Blejmar analizó en profundidad la situación económica del país tras casi un año de gestión de Javier Milei. Con más de 16.000 empresas cerradas, 250.000 empleos destruidos, salarios en baja del 9% y jubilaciones que retrocedieron un 25%, sostiene que el único punto de apoyo oficial es la desaceleración de la inflación. Sin embargo, relativiza ese logro: “Un 2% mensual sigue siendo altísimo”. Blejmar repasó la evolución de los principales indicadores, comparó la coyuntura con gobiernos anteriores y advirtió sobre los riesgos de cara a las elecciones legislativas nacionales.

Una economía en retroceso

La Argentina atraviesa una recesión profunda que impacta en el empleo, la producción y los ingresos. Según Julián Blejmar, los números hablan por sí solos: desde diciembre de 2023, cuando Javier Milei asumió la presidencia, cerraron 16.000 empresas, se destruyeron 250.000 puestos de trabajo, los salarios reales cayeron un 9% y las jubilaciones perdieron el 25% de su poder adquisitivo.

El Producto Bruto Interno retrocedió un 1,7% en 2023 y muestra en 2024 una nueva contracción, estimada en 1,3%. “De los últimos seis meses, cuatro dieron negativos en el EMAE, el indicador que mide la actividad económica mensual. Y la producción industrial se ubica un 7% por debajo del nivel de inicio de gestión”, explica Blejmar.

La conclusión, a su juicio, es clara: “Prácticamente no hay variables que permitan mostrar una mejora para la población. La única excepción es la inflación, y aun allí hay matices que conviene analizar”.

La inflación: logros y límites

El descenso inflacionario es la carta de presentación del oficialismo. Tras la mega devaluación inicial, que llevó la inflación mensual al 25%, y meses posteriores de 20%, la dinámica se estabilizó en torno al 2%.

Sin embargo, Blejmar advierte que no se trata de un nivel bajo. “Un 2% mensual equivale a más del 25% anual. Es un número que en los estándares internacionales sigue siendo altísimo. Además, si se lo compara con la historia reciente argentina, no es un fenómeno nuevo: durante más de una década convivimos con inflaciones del 2 al 4% mensual. Lo excepcional fue 2023, cuando la sequía y la incertidumbre electoral dispararon la inflación a niveles inéditos”.

En ese sentido, señala que el “logro” debe ser relativizado: “Hoy la inflación volvió a los valores altos, pero habituales de la Argentina. No es que estamos frente a una baja estructural”.

Impacto social: ingresos y empleo

Los indicadores sociales completan un panorama desalentador. “El salario promedio cayó 9% en menos de dos años, y eso se suma a los 20 puntos perdidos durante el macrismo y a los 5 puntos que se achicaron con Alberto Fernández. La pendiente descendente es constante”, analiza Blejmar.

El empleo formal también se resiente: el cierre de miles de empresas dejó un saldo de 250.000 trabajadores sin ocupación, mientras que la precarización laboral avanza sobre los sectores más jóvenes. “El mercado laboral se achica, y eso repercute en el consumo, que es la base de la economía argentina”, puntualiza.

Comparaciones históricas: de Kirchner a Milei

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Para dimensionar la situación, Blejmar revisa los últimos tres gobiernos. Durante la gestión de Alberto Fernández, la economía atravesó la fuerte caída de la pandemia (10 puntos del PBI), que luego se recuperó con un rebote del 5% y terminó con una contracción global de entre 2 y 3 puntos en cuatro años. “En definitiva, la economía quedó estancada, sin crecimiento y con pérdida de salarios, aunque no tan grave como en la actualidad”, resume.

Con Mauricio Macri, el balance fue aún más negativo: “Hubo un retroceso de 20 puntos en los salarios, caída sostenida del PBI y un endeudamiento externo masivo. Ahora, con Milei, se combinan nuevamente la recesión, la pérdida de ingresos y el retorno al endeudamiento, ya que el gobierno renovó créditos con el FMI y organismos multilaterales por unos 20.000 millones de dólares”.

Política y economía: las elecciones como termómetro

La provincia de Buenos Aires, donde se concentra casi el 40% del padrón electoral, funcionó como un anticipo de lo que podría ocurrir a nivel nacional. El triunfo de Axel Kicillof en las elecciones desdobladas marcó un golpe al oficialismo. “No fue solo un termómetro: fue un índice muy claro de que el humor social está en retroceso para el gobierno”, señala Blejmar.

El impacto se sintió también en la economía: el dólar llegó al techo de la banda acordada con el FMI, lo que obligó al Banco Central a vender reservas en un contexto de fragilidad externa. “La tensión política se traslada rápidamente a los mercados y amplifica los problemas”, explica.

El rol de Kicillof y la interna opositora

La decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales, resistida por Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora, se convirtió en un punto de inflexión. “Cristina temía que se transformara en un plebiscito nacional sobre Milei, pero Kicillof apostó y ganó. Su victoria lo posiciona como un nuevo referente dentro del peronismo, incluso en tensión con el kirchnerismo tradicional”, afirma Blejmar.

El presupuesto 2025: supuestos poco realistas

El gobierno presentó su proyecto de presupuesto con metas de dólar a $1.500, inflación del 10% anual y crecimiento del 5% del PBI. Para Blejmar, se trata de cifras improbables: “Hoy el dólar ya está en $1.500, pensar que se sostendrá un año entero es inverosímil. Con una eventual devaluación, la inflación difícilmente pueda bajar al 10%. Y un crecimiento del 5% carece de sustento, viniendo de dos años de recesión”.

El periodista señala que estos supuestos quitan seriedad al plan económico: “Si las variables centrales son tan poco realistas, todo lo demás se vuelve dudoso. Son anuncios más políticos que técnicos”.

La economía y las elecciones de medio término

El gran interrogante es cómo impactará la economía en las legislativas nacionales. “Macri logró ganar las elecciones de medio término, y aun así terminó con la economía descarrilada. Milei ni siquiera tiene asegurado ese triunfo. Eso refleja el nivel de debilidad que enfrenta su gobierno”, sostiene Blejmar.

En ese sentido, subraya que lo económico seguirá siendo central en la definición política: “El ciudadano ideologizado puede priorizar que no vuelva el peronismo, aunque su situación personal empeore. Pero el votante que no está atravesado por esa disputa observa que su salario rinde menos, que su familia sufre el desempleo, que no puede proyectar un futuro. Y allí la economía pesa más que cualquier relato”.

Conclusión: un país en tensión permanente

Argentina enfrenta una combinación de recesión, pérdida de ingresos y fragilidad externa que condiciona el presente y el futuro. El gobierno apuesta a sostener el discurso de la baja inflacionaria, pero los datos duros marcan un deterioro sostenido en todos los demás frentes.

Para Blejmar, la pregunta clave es cuánto tiempo podrá el oficialismo mantener su legitimidad política en medio de este retroceso. “Lo económico explica la lógica del voto: cuando todas las variables son negativas, es difícil que un gobierno conserve apoyo. El desafío de Milei es doble: estabilizar la macroeconomía y, al mismo tiempo, mostrar mejoras concretas en la vida cotidiana de la gente. Hasta ahora, eso no aparece en ningún indicador”.