Por estos días, hablar de fútbol femenino en Paysandú es hablar inevitablemente de Litoral y de Diego Ifrán, su entrenador desde hace ya una década. Exfutbolista del club, Ifrán cambió los botines por la libreta de apuntes y se convirtió en una pieza clave del crecimiento del fútbol femenino en la región. A los 44 años, repasa una trayectoria marcada por el esfuerzo, la constancia y una cosecha impresionante de títulos. Verdaderamente impresionante.

“Cuando dejé de jugar al fútbol, hace 10 años, me metí de lleno en el femenino. Entré en la red de técnicos y desde entonces estoy en Litoral”, cuenta con la serenidad de quien sabe que el tiempo y el trabajo le dieron la razón. En aquellos primeros días, recuerda, el fútbol femenino era todavía una rareza, algo que debía abrirse paso entre prejuicios y resistencias. “Hace diez años el fútbol femenino no era muy aceptado. Había mucho egoísmo, mucho machismo. Muchos pensaban que el fútbol era solo para hombres. Pero nunca bajamos los brazos, ni yo ni las jugadoras”, afirma con convicción.

Desde su llegada al cuerpo técnico, Ifrán dirigió siempre en la categoría absoluta. “Siempre fue primera, nunca hubo inferiores cuando arrancamos. Hoy, en cambio, hay seis o siete categorías femeninas. El crecimiento fue enorme”, celebra. Ese desarrollo no solo se nota en la cantidad de equipos, sino también en la calidad de la competencia. “Año a año los equipos van creciendo, hay técnicos de gran nivel, la competencia es cada vez más fuerte”, explica.

De la resistencia al dominio

El recorrido de Litoral bajo su conducción es digno de un destaque, de algún documental inclusive. En estos diez años, el equipo obtuvo 20 campeonatos locales, una cifra que impresiona incluso a su propio técnico. “Tenemos apertura, clausura, y finales ganadas… en total, 20 títulos. Llegamos a tener una racha de 145 partidos sin perder. Y casi todos los años tuvimos a la goleadora del campeonato, la valla menos vencida y el equipo más goleador”, enumera con orgullo en la conversación telefónica previamente concertada.

Pero Ifrán no se queda solo en los números: lo que más valora es el proceso. “Nos costó mucho, pero el esfuerzo dio frutos. Hoy las chicas entrenan con un compromiso tremendo”, dice. Y ese profesionalismo no es casual: el cuerpo técnico de Litoral incluye preparadora física, quinesiólogo, delegado y coordinación semanal. “Entrenamos de lunes a viernes a las cinco de la tarde. La profe organiza la parte física y los días de gimnasio. Es un trabajo serio”, detalla.

El salto al interior y las Copas OFI

Más allá del dominio local, el equipo también se ha hecho fuerte a nivel nacional. Desde 2017, Litoral participa en la Copa OFI, el máximo torneo de clubes del interior. En su primera experiencia, el equipo sanducero sorprendió al avanzar de fase y medirse de igual a igual con rivales mucho más experimentados. “Fue durísimo. En el interior hay equipos que se preparan todo el año, algunos se refuerzan para jugar la Copa. Pero aprendimos muchísimo”, recuerda Ifrán.

Los años siguientes consolidaron esa evolución. En 2019, Litoral llegó a su primera final del interior, cayendo ante el poderoso Nacional de Florida. “Fue una experiencia enorme, perdimos 2-0 allá y 3-2 acá, pero nos enseñó mucho”, afirma. Desde entonces, el crecimiento ha sido sostenido: semifinales en 2021, campeonatos del interior en 2022 y 2023, y una nueva semifinal en 2024. “Nos propusimos metas cada año y las fuimos cumpliendo”, dice con una sonrisa.

Una pasión que rompe barreras

Dirigir un plantel femenino siendo hombre, reconoce, fue un desafío al principio. “Me costó adaptarme, pero siempre hubo respeto mutuo entre jugadoras y cuerpo técnico. Eso hizo todo más fácil”, cuenta. Y celebra que cada vez haya más mujeres entrenadoras: “En formativas y en el interior ya hay muchísimas que dirigen. Eso también es parte del crecimiento del fútbol femenino”.

Hoy, Litoral es un referente en Paysandú y más allá. Con diez equipos compitiendo en la liga local, la exigencia crece año a año. Pero lejos de relajarse, Ifrán mantiene la motivación intacta. “Cada temporada buscamos ser mejores. No se trata solo de ganar, sino de seguir formando jugadoras, de seguir dándole prestigio al fútbol femenino”, asegura.

En 2024, además de los títulos con Litoral, Ifrán tuvo la oportunidad de dirigir la selección de Paysandú, con la que ganó el primer Campeonato Nacional de Selecciones Femeninas. “Fue un orgullo enorme, algo que nos marcó a todos”, recuerda.

Diez años, un legado

“Esto es un proceso que nunca termina. Lo más lindo es ver a las chicas disfrutar, ver cómo el fútbol femenino se ganó su lugar”, concluye.

Diez años después, Diego Ifrán sigue siendo el mismo hincha que un día se animó a dirigir. Solo que ahora, además de hincha, es el arquitecto de una era dorada en el fútbol femenino sanducero.