Mauro Goldman
Lo último que uno sabe es por dónde empezar me decía un amigo hace un tiempo. Tenemos la costumbre de hacernos intercambios recíprocos vinculados a frases y definiciones que nos hacen pensar.
Aunque no lo parezca, lo más complicado de hacer “algo” es empezarlo, inclusive una nota periodística.
La introducción viene a colación para referirnos al precioso estadio que tenemos que cumpliera el año pasado 40 años, el estadio 8 de junio. Un buen documento que recuerda los inicios de la obra, con textos y fotos es la edición de Segunda Mano.
Una obra realmente vanguardista para su tiempo que hoy sigue siendo un escenario de primerísimo nivel con la yapa de ser el de mayor capacidad del país.
En otro orden un buen disparador también podría ser ponerle nombre de alguna personalidad del deporte al estadio. Pero eso es harina de otro costal.
Vayamos “a las cosas” como decía Ortega y Gaset.
Hace pocos días recabábamos información sobre el actual estado de situación de nuestro estadio.
Se anunció que en enero empezaban las obras de refacción pero hasta ahora nada.
En su momento con buenos reflejos el intendente se movió muy bien para conseguir aportes del Ministerio de Obras y de la Secretaría Nacional de Deportes.
Ese impulso inicial de alguna forma se enfrió.
El proyecto del gobierno departamental es ambicioso, además de arreglar el techo se apuesta a agrandar la cancha para que sirva para fútbol de salón y mejorar la acústica para poder tener espectáculos importantes.
Hace unos días escuchábamos que 82 millones de dólares costaba el Antel Arena, el doble de lo presupuestado. Sorprende y da cosita saber que por estos lares no podamos conseguir 300 mil.
Pero es la realidad y quizás no sea bueno comparar. Montevideo es una suerte de oasis y allí está la mitad del país y algo más con la zona metropolitana.
Lo que sí decimos y un poco nos duele es que nos estamos perdiendo la posibilidad de tener partidos de la Liga de basket o de que Uruguay juegue algún partido por eliminatorias y quizás frente a Argentina.
Sabemos y conocemos la teoría de la frazada corta, todo no se puede, es cierto. Y aquella frase que los recursos para un gobernante siempre están o se pueden conseguir, no es cierto. Hay que agotar las posibilidades.
El gobierno departamental hizo una apuesta fuerte en el Presupuesto Participativo, haciendo un cambio realmente revolucionario. Ya lo veremos pronto a esos dineros en ladrillos de nuestras instituciones.
De todas formas ojalá aparezcan los recursos necesarios para que se acondicione el estadio y q podamos tener espectáculos de primer nivel.
El deporte es de las cosas más importantes dentro de las menos importantes.