Escribe Juceda
Nos fuimos al estadio Artigas pensado en el Litoral de 1972. Por primera vez se jugaba en Sub 18.
La fecha final ante los salteños aquí en el entonces parque Artigas, el de taludes sin asientos. Se imaginan la cantidad de público. Nada menos que antes los eternos rivales deportivos de toda la vida.
En Sub 18 dirigía Bitín Nóbile con Leonardo Campos en la parte física.
En los dos partidos ante los salteños, los gurises hicieron 13 goles, 6 a 0 y 7 a 0. Fueron campeones invictos. Por allí entonces andaban Ramón de los Angeles, Jorge Russi, Manga Cernicchiaro, el negro Carrizzo, Caballero entre otros.
En mayores dirigía Julio César Coiro y la Blanca también ganó y fue campeón.
No olvidamos la nota gráfica en el diario en el abrazo entre ambos entrenadores.
Fue una noche de mucha alegría.
¿No podremos repetir? , pesábamos. No nos olvidamos que los tiempos han cambiado mucho, que Paysandú ya no es el espejo de aquellos años donde siempre se miraban los adversarios de entonces. Esto nos lo confirmó Ramón Rivas el entrenador salteño, el mas exitoso en estos tiempos, que él copió lo de Paysandú para cambiar la imagen salteña que con muy buenos jugadores generalmente quedaba por el camino.
Cuando ingresamos vimos que el público respondió y apoyó. Había no menos de siete mil personas. No sabemos cuantos de ellos pasaron por boleterías.
Mucha gente rionegrense con los años más explosivos del torneo regional.
La mesa estaba servida para una fiesta litoraleña entre tres grandes y había que ver que pasaba al final.
Los partidos fueron como un calco. En Sub 17 ante Salto y absoluta ante Fray Bentos.
Paysandú terminó jugando con uno más. Se jugaron alargues y ambos debieron definir por penales porque fue inamovibles los 1 a 1.
Y en los penales fallamos feo. Fue un resignar en nuestra propia casa el darle una alegría a esa gente que concurrió masivamente.
¿Paysandú no supo ganar o no pudo? Aclaremos, salteños y fraybentinos tienen buen equipo y fueron justos campeones. Pero aun así creemos que Paysandú no supo. No tuvo inteligencia y contundencia para aprovechar un hombre de menos. Y en mayores, por ejemplo, los últimos minutos contó con más de una chance de gol que era el título. Pero por el gran golero visitante y la mala definición, no hubo pelota al fondo de la red.
Nos fuimos tristes del estadio. Por todos los que soñábamos con una sonrisa.