Aporte breve pero no por ello menos interesante. Un tema sobre el cual ya algo habíamos adelantado algo en Radar Musical por Facebook: el canto americano. “Yo soy el callado silencio que abraza,/ la voz de una raza mestiza, ancestral;/ persigo una estrella con luz en la sangre/ el destino grande del hombre total”, pinta Aníbal Sampayo en “Soy río, árbol, canción”. Los poetas y trovadores populares de este gran país que es América Latina, los comprometidos con la realidad han tomado conciencia, precisamente en el momento de trovar, la realidad de un pueblo que transita por las mismas esperanzas y por los mismos sueños. “Existe un territorio donde la sangre se mezcla”, canta Daniel Viglietti. “Salgo a caminar/por la cintura cósmica del Sur”, primer verso del clásico latinoamericano “Canción con todos”, de César Isella y Armando Tejada Gómez. Es fecunda la creación en torno a una suerte de solidaridad internacional, o mejor dicho “vecinal”. Aún en épocas muy difíciles y en cada nación, el canto afloró, se las ingenió para “esquivar” censuras, hasta llegar a convertirse en eficaz aliado de los pueblos. Vale entonces reiterar lo del compromiso. Cantar al amor, al paisaje, ¡vaya si es válido y precioso!. Pero también importa hubo y hay creadores que no olvidan que, en cada territorio, existe el hombre que merece ser considerado en la literatura y en la musicalidad. José María Brunini