Escribe Cr. Emiliano Molinari
En nuestro país la evolución de precios y salarios ha tenido etapas dispares, en lo referido al salario real, que es el aumento de salarios considerando el aumento de precios, se han dado gobiernos que han tenido aumentos importantes, otros con descensos marcados. En el Uruguay los periodos de mayor recuperación salarial se dieron entre 2004 y 2018, alcanzando un periodo histórico de 16 años consecutivos de crecimiento salarial por arriba de los precios (aumento del salario real) y los de mayor caída del salario se dieron entre el 1999 y 2002.
Yendo al centro del tema, desde el 2020, un nuevo gobierno es quien ha llevado adelante la política económica del país, y desde entonces, se ha marcado que en este año, por primera vez en mucho tiempo se dio una caída del salario real, donde los salarios aumentaron en un entorno del 7,7% y los precios un 9,4%, caída que se acentuó en el sector privado. Esto sumado a las proyecciones para el 2021, que dan señales de nueva perdida del salario de los trabajadores, debido a aumentos de precios por sobre los salarios.
Apuntando a la evolución de las tarifas, las señales desde el gobierno no son alentadoras, dado que estas han marcado evoluciones de precios similares a la inflación o en algunos casos por arriba, todas, por sobre los aumentos de precios, cortando notoriamente una racha histórica de 15 años de aumentos de tarifas, siempre por debajo de la inflación y por ende por debajo de los salarios. Esta realidad hace pensar de que nuevamente, las tarifas se están utilizando como herramienta para disminuir el déficit fiscal.
Esta situación de Precios Tarifas y Salarios, sumados a un desempleo que alcanzó un 11,2% con una importante caída del empleo y de la tasa de actividad, ponen al país en una situación preocupante, donde es necesario apuntar a la reactivación, apuntando tanto al sector privado, como a la inversión pública, en ese sentido, este aumento de tarifas llega en un momento totalmente inoportuno, y va a contramano de las acciones necesarias para atender la situación de crisis económica y social.
A nivel mundial todas las economías han apuntado a expandir su gasto para atender las necesidades más urgentes de sus ciudadanos, el FMI y el BID han manifestado que es imprescindible adoptar medidas contra cíclicas para reactivar las economías internas, el Ec. Enrique Iglesias, manifestó que será imprescindible contar con más estado. En nuestro país, la expansión del gasto ha sido mínima, no llegando al 1% del PBI, insignificante si vemos las necesidades reales de los uruguayos, lo que hace pensar que el gobierno está realizando un Ajuste Fiscal y un Recorte en plena pandemia.
Este 2021 comienza con mucha incertidumbre, con un Turismo en su peor temporada a causa de la pandemia, con una economía que no despega, con niveles bajos de inversión, con aumento latente del desempleo y con niveles marginales de Inversión publica. Esta incertidumbre se traduce en el bolsillo de los trabajadores en señales de mayor pérdida de salario real, esperándose para este año niveles de ajustes de sueldos bajos, comparados con proyecciones de inflación, todas superiores a las previstas por el gobierno.
Un gobierno estático en términos socioeconómicos, sin aportes de ningún tipo, una vacuna que se hace esperar, una economía que no se reactiva, hacen pensar un quinquenio difícil, donde la inmensa mayoría de las proyecciones esperan una recuperación más lenta de la economía de lo esperado, y con ella, un salario real que en el quinquenio no recuperara lo que perdieron los trabajadores en entre 2020-2021.