Por Juan Andrés Pardo – Magister en Consultoría Turística egresado de la Universidad Europea del Atlántico /  juan.pardo.uy@gmail.com

La primera vez que el turismo generó un hecho de relevancia en el Uruguay, fue en el año 1927, cuando en Montevideo se realizó el Primer Congreso Nacional de Turismo. Aquel episodio, años después, dio paso a la creación de la Comisión Nacional de Turismo, primera institución formal que reunía a actores públicos privados con el objetivo de fomentar el desarrollo turístico en el país. En Paysandú fue recién en 1949 cuando comenzaron a aparecer espacios institucionales desde los cuales comenzaron a desarrollarse acciones para impulsar al sector. A continuación les presentamos un repaso por la historia del turismo en tierras sanduceras, abarcando los hitos más relevantes desde aquel momento hasta hoy.

En su edición del 30 de diciembre de 1927, el diario El País hacía referencia a la importancia que tuvo el Primer Congreso Nacional de Turismo. El Dr. Alfredo Arocena, impulsor del balneario (y luego barrio) Carrasco, realizaba algunas reflexiones sobre aquel evento. Entre sus comentarios, mencionaba la inminente y necesaria creación de una Comisión que trabajara en pro del desarrollo turístico.

Pues bien, algunos años después, puntualmente en 1933 se crearía la Comisión Nacional de Turismo, una primera apuesta a la institucionalización del sector que funcionaría dentro de la órbita del MRREE y que nuclearía a representantes de otras carteras, miembros del Cuerpo Legislativo, BROU y Consejo de Salud Pública, además de referentes del sector privado.

Claudio Quintana, en su trabajo académico “Medio siglo de turismo termal en Uruguay 1957-2007” destaca que Uruguay tuvo así un rol pionero en la región, ya que recién tres años más tarde en Argentina y Brasil se instauraron organismos similares.

En 1967 se creó el Ministerio de Transportes, Comunicaciones y Turismo. Bajo esa órbita se inauguró la Dirección Nacional de Turismo (sustituyendo a la Comisión Nacional). En 1974 dicha Dirección pasa a la órbita del Ministerio de Industria y Energía. En 1986 al fin se crea el Ministerio de Turismo que en 2005 se fusionaría con el Ministerio de Deportes (creado bajo el gobierno de Batlle). Durante el segundo mandato de Tabaré Vázquez, Deportes pasaría a ser una Secretaría y Turismo volvió a ser una única cartera.

Y por casa ¿cómo fue?

En 1927, el único hito (que a la larga iba a considerarse “turístico”) fue la creación del postre Chajá elaborado por Orlando Castellano. De hecho, varias décadas después, la consigna de que “cada turista que llega es un Chajá que se va” continúa siendo un clásico de Paysandú.

Pero en materia de institucionalidad, recién en 1949 llegarían las primeras noticias. Con la finalidad de fomentar el turismo en la región, según consigna El Telégrafo en su edición del 31 agosto de 1949, se crea la Comisión departamental de fiestas y turismo. Los primeros temas para trabajar fueron la generación de actividades culturales y la elaboración de un registro de hoteles, restaurantes y pensiones. El 6 de noviembre de 1949, según consta también  en  nota de El Telégrafo, dicha Comisión presentó una moción para que Paysandú fuera declarada ciudad de Turismo y a la Comisión Nacional de Turismo se le solicitaron recursos argumentando que no podía ser que los mismos “fueran solo destinados al este del país”. También propusieron fomentar a la Meseta como destino turístico y trabajar por lograr la creación de un centro turístico en la Cascada del Queguay, objetivo que aún por estos días algunos demandan, pero que nunca se ha concretado[1].

Señala Quintana en su trabajo que, en ocasión de realizarse la Exposición Feria Internacional del Río Uruguay en 1964, se colocó una caseta de información turística que luego de la misma se trasladó a la Plaza Constitución. En esa misma zona (en otro edificio) hoy funciona la Dirección de Turismo departamental.

Es interesante destacar que, en la revista oficial de dicho evento, cuya inauguración contó con presencia del entonces Vicepresidente argentino (Dr. Carlos Perette) y el Presidente del Consejo Nacional de Gobierno (Ing. Luis Gianattasio)hay un artículo de Miguel Ángel Pías titulado “Paysandú, colmena junto al río”. El autor hace referencia allí a la rica historia de la ciudad y la relevancia del río, pero no menciona otros lugares ni actividades turísticas. También llama la atención una fotografía del balneario que ilustra la nota, donde Pías menciona que “el balneario municipal no tiene nada que envidiar a las playas montevideanas”, los que nos da a entender que en esos tiempos dichas playas tenían más relevancia que las de Maldonado, Canelones y Rocha.

En cuanto a atractivo turístico, debemos resaltar la importancia que el Balneario Municipal ya tenía (y tiene hoy) para los sanduceros y también visitantes. Introducida por el arquitecto Oscar Garrasino, su entorno es considerado como un ejemplo de arquitectura moderna de la década de 1940.

Siguiendo con la costa, es importante destacar una pintoresca anécdota de la cual muchos sanduceros aún tienen recuerdo. El Escribano Álvaro Lamas, siendo intendente durante el periodo 2000-2005, después de algunos años de encontrarse inhabilitada la playa del balneario municipal, generó una movida mediática en la cual él como primer ciudadano, se zambulló en el río con la intención de demostrar que las aguas del Balneario volvían a estar aptas para baños. Es que  durante un periodo de casi diez años las playas de la ciudad se encontraron inhabilitadas por contaminación de deshechos fabriles.

Punto aparte merece la inauguración del Anfiteatro del Río Uruguay, en 1997. Desde su aparición ha sido siempre uno de las infraestructuras que ha estado presente en la promoción turística de todo lo que concierne a la ciudad.

La costa logró también su destaque con la creación del Plan de la Costa, una apuesta logística y administrativa de la Intendencia desde la que se impulsaron propuestas específicas para esa zona: organizar calendarios de actividades recreativas, deportivas, etc. Para la población sanducera  esto ya se ha convertido en un clásico en cada verano.  En la gestión Caraballo aparecieron nuevos servicios en esta zona que durante varios años careció de los mismos, hablamos de paradores, servicios gastronómicos y propuestas de entretenimiento. Vale resaltar la reciente aparición de propuestas de entretenimiento náuticas (juegos inflables, alquiler kayak) a partir de una licitación que realizó la Intendencia.

En 1972 el turismo ingresa oficialmente a la administración departamental. En el presupuesto de ese año (que en esa época solo incluía aspectos financieros) aparece como una unidad ejecutora con dependencia directa del Intendente. En 1978, se crean los departamentos dentro de la estructura IDP. Uno de ellos fue el de Administración del cual pasaron a depender Turismo y Termas de Guaviyú. Se crearon entonces cargos de Directores en ambas y en el presupuesto se incluyó la contratación de cuatro informantes turísticos.

Recién en el ejercicio presupuestal 1990-1994 se establecieron objetivos y metas en el presupuesto departamental. Los objetivos por entonces fueron incrementar la actividad turística de Paysandú, lograr financiamiento para obras, capacitar al personal, confeccionar material informativo y promocionar el turismo social. Para Guaviyú el objetivo era generar mayor capacidad locativa mediante construcción de cabañas, hoteles y adecuación de camping.

En 1992 se publicó una de las principales guías turísticas nacionales (que hace unos años dejó de editarse). Hablamos de la guía Guambia que por aquellos años solamente mencionaba como atractivos turísticos de Paysandú, realizar camping en las termas o en el balneario municipal y lo que puede resultar  hoy una novedad, se recomendaba también visitar el Parque Sacra.

Durante 1995-1999 se buscó promover inversiones públicas y privadas en turismo y se mantuvieron los mismos objetivos antes planteados. Como nuevas metas la Intendencia se propuso impulsar turismo histórico y ecológico, promover el desarrollo de la Meseta de Artigas, Saladero Guaviyú y las islas del río Uruguay (en el periodo 2000-2005 también hubo intentos en impulsar propuestas en ellas, pero tampoco hubo resultados). Para el Centro Termal Guaviyú se proyectó la inversión de generar una piscina cerrada a través de concesión de obra pública, que recién al finalizar el periodo de Julio Pintos se concretaría.

Durante ese periodo, en edición del 23 de enero de 1997, El Telégrafo informaba de la adjudicación de obras para concretar la piscina cerrada en Almirón, la cual efectivamente se hizo y que años después –durante la gestión Caraballo- se le realizaron obras de mantenimiento.

En 2001, la Dirección de Turismo pasó a la órbita del Departamento de Promoción y Desarrollo. En ese presupuesto una vez más se apostaba a generar inversiones privadas, diversificar productos y generar servicios de calidad. Se planteaba también impulsar la vinculación conjunta con actividades productivas, fomentar ecoturismo y turismo histórico. Para centros termales se planteaba el Plan de Regulación y Desarrollo de Centros termales que buscaba potenciar el crecimiento de inversiones público privadas como posibilidades de generación de empleos directos e indirectos. Se planteó ampliar capacidades y generar propuestas de infraestructura para disfrute de niños así como también en atención a la salud.

En el presupuesto 2005-2010, con el primer gobierno de izquierda en Paysandú, la apuesta fue que el turismo sea un complemento que permitiera mejorar los niveles de desarrollo económico y social de la población. Se buscó generar una mejor articulación con la administración nacional y lo departamental (tanto en lo público como privado) asumiendo un fuerte rol en lo promocional. Apareció por primera vez el concepto desde la Intendencia de desarrollo turístico sostenible.

En el caso de termas, por primera vez se apuntó a generar políticas de manejo sustentable del agua termal, así como planes de ordenamiento territorial dentro de los centros termales, organizando sus RRHH y también desarrollar mejora en infraestructura y equipamiento turístico. También se apostó a la integración regional del producto termal lo que tiempo después se materializó con la marca “Destino Termas” (conjuntamente con Salto) y que por estos días la Dirección de Turismo y el MINTUR han vuelto a reflotar.

Aparición de la marca y apuesta al Corredor

Uno de los hitos más relevantes en materia de promoción turística, ocurrió con la aparición de la primera marca turística en la historia del departamento, durante el periodo 2015-2020. Descubrí Paysandú fue el sello con la que se promocionó el destino Paysandú a través de folletería, portal web y redes sociales. Sin dudas esto generó un mejor posicionamiento del departamento como destino turístico en medios digitales, lo cual no es menor teniendo en cuenta la importancia que ello implica hoy a la hora de vender un producto o servicio al mundo. También se creó la primera guía turística del departamento en formato papel y digital.

SI bien hoy la actual Dirección de Turismo mantiene el portal y la cuenta Facebook Descubrí Paysandú, desde el propio gobierno departamental surgieron nuevas marcas (tierra heroica, agenda Paysandú, entre otras) que suponen un retroceso en lo que refiere a la difusión y promoción del destino, ya que la saturación de marcas genera mensajes confusos.

Por otra parte, durante el período Caraballo hubo una apuesta muy importante al trabajo en clave de región a través del Corredor Pájaros Pintados. Vale la pena leer algunas editoriales de la década de los ´90 del diario El Telégrafo en los cuales se planteaba la necesidad de que Paysandú generara acuerdos de integración regional como el que finalmente esta política significó.

El Corredor fue una apuesta conjunta impulsada junto al MINTUR y los gobiernos de Artigas, Salto, Soriano, Río Negro y Colonia cuyos esfuerzos se volcaron a la promoción turística regional, en una búsqueda de generar complementariedad a las ofertas de cada departamento, unificando criterios en la difusión de destinos. También implicó una importante apuesta a la generación de nuevas infraestructuras tales como Centro de Visitantes y Centros de Interpretación, que en el caso de Paysandú abarcaron a la Meseta de Artigas y Montes del Queguay.

Lamentablemente, pese a los buenos resultados y a que el Corredor contaba con la participación de más de 230 operadores de toda la región, las actuales autoridades MINTUR decidieron dejarlo de lado.

Durante este periodo, también se estableció un acuerdo de trabajo integrado en materia de turismo y cultura con la municipalidad de Colón, que para el turismo sanducero significó mejorar y aumentar la promoción de Paysandú del lado argentino (presencia permanente de folletería en oficinas de Colón e instancias de familiarización turística en Paysandú con informantes turísticos de aquella ciudad).

Guichón, Almirón y Montes del Queguay

Muy posiblemente el primer hito turístico en la ciudad de Guichón, haya sido la apertura de del primer hotel, a instancias de un maquinista del ferrocarril de nombre José Mendiburu. Aunque según consigna José Firpo en su libro sobre “Historia de Villa Elisa”, previo a esos años, en el pueblo Piñera (por entonces con mayor relevancia como localidad que Guichón) ya existían más de dos hoteles u otras modalidades de alojamiento para los visitantes.

En 1949, la Comisión Departamental de Fiestas y Turismo propuso expropiar bosques en la zona del Rincón de Pérez, lugar donde hoy se encuentra el acceso principal al Área Protegida Montes del Queguay. El edil Adolfo Mac Ilriach fue quien presentó dicho proyecto (elaborado por el Dr. Alberto Roldán) a la Junta departamental, con el fin de convertirlo en centro turístico y en un área de protección de fauna y flora autóctona. En 1991, el guichonense Héctor Urruty retomó dicho proyecto volviéndolo a presentar en la Junta. En 1994, se logró incluirlo como Área Protegida en el recientemente creado MVOTMA. En el 2000 se promulgó la Ley de creación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, la cual se reglamentó en 2005 y finalmente en 2009, se designa Área protegida a Montes del Queguay.

Con respecto al Centro Termal Almirón, en 1975 inauguró sus primeras dos piscinas además de un servicio de bar y restaurante. En este lugar, en 1958 ANCAP había comenzado la búsqueda de petróleo que no tuvo resultados positivos pero que tuvo igual sus frutos con la extracción de agua termal salada, única en la región. Es importante destacar que previo a dicha inauguración, en los años setenta, hubo una activa participación de la comunidad guichonense que se organizó a través de una Comisión de Turismo para trabajar por la inauguración de un centro termal. Había por aquellos años un diario local “El Terruño” desde el cual se llamaba a la población local a participar de las instancias.

En setiembre 1999, se anunciaba en una edición del suplemento “Domingo” de El Telégrafo la generación de un nuevo emprendimiento sobre turismo aventura en Guichón, desarrollado por el Club Queguay Canoas con el apoyo de la Agrupación Creativo, un grupo auto organizado integrado por diferentes actores locales que surgió con la finalidad de impulsar el turismo relacionado a las riquezas naturales e históricas de la ciudad. Algunos de aquellos nombres siguen trabajando en el turismo por estos días, como el caso de Carlos Urruty. En principio ofrecían propuestas de turismo de caza, básicamente apuntado a turistas extranjeros dispuestos a pagar interesantes sumas de dinero, pero con los años fueron modificando la iniciativa hacia un turismo de naturaleza alejado de aquella opción.

[1] Es importante señalar que dese hace ya varios años, los predios por los cuales se accede al lugar son propiedad privada, por lo cual el acceso público solamente puede realizarse por el río Queguay.

Ver parte 2 – Historia del Turismo en Paysandú

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