“Por Juan Andrés Pardo – Magister en Consultoría Turística egresado de la Universidad Europea del Atlántico / juan.pardo.uy@gmail.com
La Meseta
La Guía de Turismo de Shell en su edición de 1954, destacaba como un atractivo principal en Paysandú a la Meseta de Artigas. Aquella publicación sugería visitar este lugar por la riqueza de su paisaje y su relevancia histórica por estar ubicada “frente a la Estancia El Hervidero”, lo cual es un dato erróneo. Posiblemente desde antes incluso, también haya sido mencionada en otras guías o publicaciones turísticas, ya que el monumento se inauguró en 1899.
Lo más importante con respecto al desarrollo en este espacio, comenzó a gestarse en 1994. En edición del 6 de agosto, El Telégrafo informaba que el MINTUR destinaría 25.000 dólares para impulsar el desarrollo turístico en ese lugar. El entonces intendente Larrañaga señalaba como prioridad “desarrollar tareas de limpieza del monte indígena para delinear zona de camping”, buscando impulsar el ecoturismo como posibilidad de complementar la oferta sol y playa nacional. Ese mismo año se inauguraría el “Encuentro con el Patriarca” uno de los eventos más promocionados -luego de la Semana de la Cerveza- que desde su inicio ha tenido a la Meseta como epicentro. Esta celebración tuvo también a Larrañaga como uno de sus máximos impulsores.
Mención aparte merece uno de los eventos náuticos con más historia del Uruguay, se trata de la Regata que une la Meseta con la ciudad de Paysandú. La actividad cuenta con más de 70 ediciones y es organizada -desde sus origen- por el Yacht Club Paysandú.
La Fiesta principal
En la semana de turismo de 1966, se realizó la primera edición de lo que es hasta nuestros días, la principal fiesta tradicional del departamento: la Semana de la Cerveza. Dicha celebración surgió a partir de un empleado de Norteña, Jorge “Chino” Gavary, quien luego de vivir una fiesta popular durante unas vacaciones en Argentina, decidió importar la idea a Paysandú. La antigua Cervecería y Maltería Paysandú era la proveedora de una de las mejores cervezas del país y la ciudad entera sería el centro de diversión para los visitantes que llegarían desde diversos puntos de la región.
Tradicionalmente la Semana de la Cerveza ha funcionado a través de un Comité organizador que en realidad en las últimas décadas quedó reducido básicamente a recursos económicos financiados u obtenidos por la Intendencia, lo cual en cierta medida ha hecho perder la esencia de la celebración, ya que se ha convertido en un karma con posibles costos político para cada administración de gobierno.
Año a año la atención para los sanduceros se ha centrado en la cartelera de espectáculos, sin embargo, durante la gestión Caraballo se generaron iniciativas muy novedosas relacionadas con la profesionalización del patio de los artesanos, el predio ferial y la realización de una novedosa agenda para disfrutar durante toda la semana en diferentes punto de la ciudad (circuitos culturales e históricos, ferias callejeras, visitas a cervecerías artesanales, etc.)
Guaviyú: Termas pioneras en Paysandú
Quintana ha realizado un detallado análisis de la evolución de la planificación de políticas turísticas ligadas específicamente al turismo termal y señala que entre mediados de los ´70 y década del ´80, se realizaron diversos estudios donde se concluía “en la importancia de destinar esfuerzos principalmente a los Centros Termales de Guaviyú y Arapey”, que por aquellos años eran los que contaban con mayor desarrollo en infraestructuras y servicios.
En Paysandú las primeras termas descubiertas fueron precisamente las de Guaviyú. Allí comenzaron, en 1957, las excavaciones de ANCAP en busca de petróleo. No se encontró “oro negro” pero sí el agua termal que años después (1965) llevó a la Intendencia de Paysandú a adquirir predios en la zona, con el objetivo de explotar allí un complejo turístico. El primer entubamiento del pozo termal ocurrió en 1972.
De la caza indiscriminada a lo sustentable
En ocasión de realizarse la Semana de turismo de 1999, la revista Preguntas publicaba una guía turística en su edición número 9, donde destacaban lugares para visitar en Paysandú más allá del Anfiteatro y predio ferial. En esa misma publicación, en una nota aparte, el periodista Danilo Maidana manifestaba su preocupación por la agresión a la naturaleza durante esa semana: “Semana santa: camping, monteadas y cacerías”. En el desarrollo del artículo, Maidana señalaba que “algunos uruguayos no saben convivir con la naturaleza” y alertaba sobre las diferentes especies de fauna que estaban extinguidas y/o en peligro de extinguirse en Uruguay, demandando a la misma vez la construcción de una “cultura de armonía entre el humano y lo natural”.
El artículo es interesante porque Paysandú históricamente ha sido un destino elegido por quienes practican esa actividad, hoy regulada. A manera de ejemplo, en la Guía de turismo de Uruguay 1954 editada por Shell se sugería visitar Paysandú para practicar la caza de “loros, perdices, palomas, liebres y aves de rapiña”.
Cuando comenzó a reglamentarse la actividad la promoción de esta propuesta turística, se dejó de lado. Muchos de los que ofrecían el servicio readecuaron la apuesta (como el caso de los guías guichonenses) para comenzar a ofrecer alternativas relacionadas al ecoturismo tales como el senderismo interpretativo de fauna y flora y el avistamiento de aves, entre otras opciones.
Más allá de la ciudad y las termas
Como hemos visto a lo largo de este artículo, el desarrollo turístico de Paysandú ha tenido su mayor impulso en el producto termal y Paysandú ciudad. Fue recién en el periodo 2015-2020 cuando comenzó a trabajarse desde lo institucional (Dirección de Turismo) a través de proyectos -que contaron con apoyo económico de la OPP- en otras localidades del interior nunca antes incluidas en la promoción turística.
En este sentido es importante destacar el proyecto “La Estación más linda del país” en Lorenzo Geyres y el proyecto “Rescatando la identidad de Piñera Beisso”, que implicaron en ambos casos un proceso de trabajo articulado entre actores públicos y las comunidades locales con las que se trabajó en torno a riquezas culturales y paisajísticas de sus pueblos con la finalidad de integrarlas a distintas rutas turísticas. En el caso de Queguay, vinculado a la ruta termal (Paysandú, Guaviyú y Salto). Mientras que a Piñera-Beisso se lo integró al circuito Guichón, Almirón y Montes del Queguay. Además se concretó la creación del primer escenario para espectáculos al aire libre y se inauguró la primera fiesta del pueblo denominada “La vuelta al pago”.
Se potenció también la promoción de la oferta de Guichón generando también eventos y promociones sobre lugares que antes no habían sido difundidos, como los palmares, los menhires y las actividades de aventura en el río Queguay (canotaje y flotadas).
En Pueblo Esperanza se estrenó (con buen resultado) el circuito “Tierra de Esperanza” con pobladores locales actuando de guías. Dicha propuesta contó con asesoramiento técnico de la Dirección de Turismo y hoy se ofrece a través de agencias de viajes sanduceras que a partir de la pandemia están promocionando paquetes con atractivos locales que se venden básicamente a público sanducero.
Durante el periodo 2015-2020, otra cuestión no menor, fue la fuerte presencia que Paysandú adquirió en guías turísticas y otras publicaciones nacionales e internacionales. En el primer caso, con completa información que abarca a todo el departamento en la guía Pasaporte, la guía En Foco y el portal del MINTUR. Pero también ganando presencia en medios internacionales importantes como la revista Weekend y Página 12, a partir de instancias (viajes de familiarización con prensa) que en su momento organizaron la Dirección de Turismo y el MINTUR.
Mucho potencial, poca creatividad e inversión privada
Desde el punto de vista de las experiencias turísticas, debemos decir que ha habido poca capacidad para emprender ofertas que permitan desarrollar el gran potencial que Paysandú tiene, particularmente relacionado al patrimonio histórico y acervo cultural. Una experiencia que resultó innovadora en su momento fue la aparición del Camino de Leandro Gómez, en 2014. Un recorrido guiado por lugares emblemáticos de la Defensa que se sigue realizando de manera ininterrumpida desde ese entonces.
Si bien se han realizado valiosas investigaciones sobre el patrimonio histórico y cultural de Paysandú, no ha habido capacidad de emprender servicios turísticos que puedan significar incluso una herramienta económica complementaria para ciudadanos sanduceros.
Todavía hoy hay sanduceros que siguen soñando con volver al pasado glorioso industrial, lo que en muchos casos implica un estancamiento respecto a pensar en otras posibilidades para desarrollar en estas tierras.
Lo cierto es que en materia de potencial turístico, Paysandú tiene derecho a soñar en grande. Quizá solo sea cuestión de hacer más y hablar menos, porque lo cierto es que aquí hay riquezas históricas, naturales y culturales que requieren creatividad e inversión para ser explotadas turísticamente.
Cuando uno repasa en líneas generales la historia del turismo en Paysandú, con luces y sombras, debemos decir que el desarrollo del sector se ha dado mayormente gracias al esfuerzo de gobiernos de turnos (tanto nacionales como departamentales).
Hoy también siguen habiendo sanduceros que comparan la pobreza turística de Paysandú respecto al desarrollo de Colón, que incluso cuenta con mucho menos potencial. Pero en Colón hace más de 30 años apuestan al turismo y a diferencia de Paysandú, el sector privado ha sido pieza clave para que ello ocurra, siendo creativo y apostando a la inversión logrando que el turismo se haya convertido en el motor principal que mueve a dicha comunidad.