Las fotos que circularon el fin de semana fueron realmente estremecedoras. Una de ellas, en especial en la que una señora pedía conocer a su nieta, quizás resuma a cabalidad lo que viven muchas familias a los que la pandemia dividió. Ya es hora de facilitar el protocolo a esas familias que están separadas y que parece demencial que tengan que pagar PCR para recorrer unos pocos kilómetros cuando en la frontera de Uruguay con Brasil, es otro mundo mucho más accesible e integrado. Creemos que el tránsito fronterizo debe normalizarse cuanto antes, al menos para aquellas familias que están divididas. Gente que ha perdido un familiar, que no ve a sus padres, a sus nietos y que no puede pagar. Un allegado a este medio comentó que su hijo que vive en Buenos Aires recientemente debió gastar 28 mil pesos para poder cruzar. Las dos dosis deberían bastar para aquellas personas afectadas al tránsito fronterizo.