Oldemar Chacón

El día que Quebracho se olvidó de los sueños colectivos y le ganó el individualismo y la privatización.

Coleque fue un sueño colectivo, loco y un flotador para tantos productores rurales que vieron en su momento la caída del agro como producción en la zona (por productividad, bajos precios, etc)

Cuando insistimos en que no hay liderazgos colectivos e interinstitucionales fuertes en nuestra localidad es por algo. No descubro nada nuevo si digo que cada cual mira la chacra de su institución, de su empresa o de su partido político y estas son condicionantes porque no se puede lograr absolutamente nada y esto queda una vez más en evidencia con la perdida de un bien que fue colectivo y que los quebrachenses y los políticos TODOS podían hacer pasar a la orbita de lo público para generar alternativas a los quebrachenses de sectores menos privilegiados y que al menos se apuntale la autogestión de grupos, cooperativas, medianos y pequeños productores, etc.

Porque después vemos a sectores políticos defendiendo a las empresas públicas, pero no fueron capaces de defender ni de visualizar oportunidades en este mal llamado “interior”, “interior profundo”, del tercer de nivel de gobierno donde “desembarcan políticas públicas” cual colonizadores y donde se jactan de ser los abanderados de la “descentralización”.

No es extraño perder o desestimar esfuerzos de procesos de autogestión. Estamos acostumbrados. Sino veamos lo sucedido con COSOLIQ, que fue desarticulada para precarizar salarios mediante una fundación.

Lo más preocupante es el funcionamiento del sistema político, que supuestamente es el órgano de contralor y quien regula las políticas del departamento. Y no es de ahora.

1) En Quebracho hubo gastos en anterior periodo cuyas obras no aparecen, la JUNTA DEPARTAMENTAL lo constató pero lo dejó pasar; 2) se votaron por unanimidad dos proyectos culturales de interés departamental por el mismo organismo pero se volvió hacia atrás para minimizarlos y entregarles una mención, hecho histórico, un atentado. 3) y por último como broche de oro otra vez la Junta ¿Departamental o capitalina? votando a favor de la compra de Coleque por parte de la Intendencia pero que fue desestimada.

La planta y su alrededor pudo haber tenido mecanismos increibles para que el Municipio se hiciera del bien, desde condonar la deuda y regalarla con un moño, expropiación o compra. No lo vio la gente, no lo vieron la mayoría del sistema político, se pensó que detrás de la insistencia había otros intereses. ¿Que intereses podría haber si iba a ser del MUNICIPIO y PUBLICO?
¿Qué importancia debería tener que la propuesta fuera de un sector político cuando los intendentes fueron de otro? ¿Entonces los intereses politicos priman sobre lo público? Y, hoy sí.

Y en esta lucha estupida gana el privado, pierde lo público y la posibilidad de generar acciones colectivas que beneficien a los sectores menos privilegiados de la sociedad. Después no me vengan con discursos en defensas de las empresas públicas y descentralización porque estamos entre 400 y 60km de distancia.

En términos de éxitos y fracasos hoy perdimos el sueño colectivo y nos olvidamos de la historia. Volvimos a ser desmemoriados. Una lastima.

Muchos éxitos a los privados que ojalá repartan un poco de torta y no migajas.

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