Escribe Fernando Sollazo Pons

Sandro Damico fue un basquetbolista que se destacó jugando como centro o pivote. Alto, de un físico exuberante, cuando ganaba la posición en la zona pintada era muy difícil marcarlo. Dejó una huella muy positiva en nuestro baloncesto por sus grandes condiciones y persona de bien. Fue entrenador, hasta que un día se retiró del deporte del cesto. Dialogamos con él y de esta entrevista se puede apreciar su exitosa carrera.

-¿En qué club comenzaste a jugar al básquetbol?

En Centro Pelotaris con Nicolás T. Viana y debuté en Primera División cuando tenía 15 años y medía 1.90 con el entrenador de ese momento, Gonzalo Loaces.

-¿Jugaste en las selecciones de Paysandú?

-Sí, desde la categoría Mini hasta mayores y ganamos varios títulos de campeones del Litoral y del Interior. Recuerdo que en el año 1996 se jugó el último Campeonato Nacional de selecciones en Salto y le ganamos la final del Interior a Río Negro. En ese plantel tuve como compañeros a Diego Castrillón, Cato Letamendía, José Verri, Jorge Cabrera, Fernando Garrasino, Mariano Mazzoni, Ramiro Aldecosea, entre otros.

-¿Ganaste muchos Torneos de Honor?

Sí, con Centro Pelotaris fui campeón de Honor y del Litoral varios años. Con Allavena logré también los mismos títulos más el Torneo del Interior junto a Ramiro Parodi, Ismael Rodríguez y un grupo joven vaticano. También fui campeón del Torneo de Honor defendiendo a Wanderers y Vice campeón del Litoral. Jugué en el Club Remeros y llegamos a la final contra Touring en una final que se jugó en el Estadio Abierto repleto de gente, nos ganó Touring a lo último pero teníamos un muy buen equipo.

-¿Alguna vez jugaste en un club de Montevideo o selección uruguaya?

No se me dio. Hace años trabajo en una fábrica local y le di a mi tarea laboral proridad. En el año 1999 con Paysandú Seniors jugamos el Campeonato Mundial como Uruguay B en Montevideo y salimos cuartos.

-¿Hay algo que te hizo sentir muy bien en el básquetbol?

Sí, muchas cosas pero algo que me emocionó fue haber podido jugar en Primera División junto a mi hijo Maximiliano en Wanderers hasta que me retiré como jugador y fui entrenador.

-¿Qué equipos dirigiste?

Trabajé en inferiores de Wanderers y Pay CaP y también fui ayudante técnico en mayores y Coordinador de Wanderers.

-¿Por qué te retiraste del básquetbol?

Me retiré del básquetbol porque entendí que cumplí un ciclo. Me quitaba mucho tiempo fuera de mi hogar y afectos con el agregado de trabajar 8 horas en una empresa.

Sandro Damico se cansó de ganar títulos, fue un muy buen entrenador y le destacamos una vez más su persona de bien y humildad.

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