El 14 de setiembre del 2022, presentábamos una moción ante la Junta Departamental de Paysandú, con derivación a la Dirección del Hospital, al Director Departamental de Salud y por pedido de un Edil del oficialismo, se envió también a la Dirección de ASSE. Denunciábamos el pésimo estado de la entrada a la Policlínica de Salud Mental de ASSE, por calle Vizconde de Mauá.
Nada pasó…meses sin cambio, desde aquel 11 de julio.
En el mes de noviembre reiteramos la moción pero haciendo hincapié en la rampa de accesibilidad al área, que seguía bloqueada por troncos, ramaje, columnas caídas producto de aquel fenómeno natural.
Y lo hicimos porque es nuestro deber denunciar estos gestos de “desidia y desapego” hacia quienes allí concurren por sus tratamientos a quienes los espera un equipo profesional y humano, respetuoso de sus pacientes y con la sensibilidad de “sufrir” estas situaciones de desigualdad, de no reconocimiento al que necesita del servicio. Desde niños hasta ancianos.
Sorpresivamente lo que no hicieron en 4 meses lo hicieron en un día, dándonos la razón de que era simple falta de sensibilidad con la salud mental y que a veces se trabaja a demanda, no por deber del trabajador y derecho del usuario. Mejoró la entrada. Pero claro, la limpieza fue “por donde ve el ojo de la suegra”. Porque lo que sacaron del camino, ahora son troncos y ramazones contra el paredón de calle Vizconde de Mauá. Al arrastrarlos, el descuido dejó por el camino, troncos, piedras, columnas de hormigón partidas, montones de piñas que fueron perdiendo los pinos, ramas chicas etc. Eso quedó: lo pisas o lo esquivas, es a gusto del usuario. Carteles destruidos, que dan la peor de las imágenes de abandono, al entrar.
PERO LO INADMISIBLE ES QUE: los internos e internas de la Policlínica, entiéndase bien: quienes están internados/as en sala, desde el 11 de julio no tienen patio para hacer sus salidas y las actividades que hacían en el espacio verde. Porque “allí no ve el ojo de la suegra”, por lo tanto no se limpió y los árboles permanecen caídos. Pero sí lo sufren los/as pacientes sin poder salir al patio, privados de su canchita de fútbol, de sus bancos a la sombra de los árboles, de su espacio recreativo. Cercenado su derecho a la salud y a ser libres en un espacio que les corresponde usar y disfrutar, porque es parte de su proceso de recuperación.
Por eso hoy volvemos sobre el tema: porque hay que impedir que huya el horizonte de espera, hay que acercarlo al presente. Porque no se trata solo de planificar acciones en un papel, sino de gestionar acciones para concretarlas. La gestión debe articular prácticas para recuperar sentido y razón de ser de la gobernabilidad, del mejoramiento continuo de la calidad, la equidad y la pertinencia de la salud para todos y todas. Porque es un derecho.
Y como tal es tarea de todos y todas defenderlo.
Porque nadie está libre, porque los problemas de salud mental están atravesando la cotidianeidad de nuestra sociedad, aunque sea más fácil esconder cifras y mirar para el costado. Porque esa actitud sí es grave y deshumanizada.
Por eso seguiremos insistiendo…porque tenemos la esperanza de ser oídos y porque no vamos a permitirnos el desaliento.
Porque vamos por utopías que introduzcan dudas, desafíos y acciones que construyan una nueva realidad.
Mabel De Agostini Pinna
Edila FA/VA