En la clásica sección de “Pancho” Debali Calles de mi ciudad de esta semana se refiere a la calle Rambla Costera Cont. 1. Básicamente se refiere a la institución y a sus orígenes y lo compartimos.
Cerramos el comentario anterior, mencionando la estrecha vinculación entre Club de Pescadores y Yacht Club.
Se cuenta que sucedió lo siguiente; el 16 de febrero de 1945, se reunieron los socios del Pescadores, Juan Bertoni, Pedro Demichelis, Manuel Cosio, Juan Oneto, Rogelio Sarroca, Decio Cora, Roberto Quintana, Agustín Fagetti, José Barnes, y Juan Paulino Vial, interesados en practicar navegación a vela, entendiendo que había que formar una institución con ese fin, y además enseñar su práctica, nombrándose presidente provisorio a Don Juan Bertoni. Para concretar la idea, efectuaron una convocatoria pública y abierta, la que se cumplió en el Centro Comercial.
La convocatoria encontró eco y la concurrencia harto numerosa, en asamblea, resolvió: a) dejar de llamarse Agrupación de Yates para ser Yacht Paysandú; b) elegir la Comisión Directiva para la conducción de la misma. Los asambleístas fueron contestes, que dos entidades vinculadas al río como Club Remeros y Club de Pescadores, debían tener delegados en la misma. En esos momentos los de la idea de formación del club, y la mayoría de los participantes de dicha reunión eran asociados a las mencionadas organizaciones.
Se sucedieron varias reuniones, que con alternancias se desarrollaban en la sede del Pescadores, o en el astillero Neptunia. Precisamente, en una reunión cumplida en el astillero el 14 de julio de 1946, se le dio la forma definitiva a la Institución, encomendándose a la Directiva a trabajar para lograr sede propia. Dicha aspiración se pudo concretar, cuando la Intendencia en 1948 le donó la bahía y terreno que hoy tiene.
Desde entonces, las distintas comisiones han venido trabajando en procura de mejoras, contando con el apoyo de organismos oficiales, privados, socios y amigos.
Dos años pasaron, y en 1950, recordándose el centenario de la muerte de Artigas en el ostracismo, la Institución organizó una regata, que si bien contó con la participación de solamente cuatro yates, se entiende que fue el puntapié inicial, de lo que hoy se conoce como la decana de las regatas velerísticas, la del trayecto Meseta de Artigas-Paysandú. La misma como se sabe, anualmente se disputa coincidiendo con la Semana Santa.
Más o menos por los años 50, se concretó la sede en la punta de la bahía, la que sirve para reuniones, funcionamiento de la secretaría, depósito, etc. La propia bahía sirve de resguardo a decenas de embarcaciones, y la parte costera que la rodea, al construirse parrilleros, permite reuniones sociales al aire libre, y en un sector, también para guardar embarcaciones en tierra firme. Ya que mencionamos tierra firme, precisamente sobre la Avenida que estamos recorriendo, el Club tiene un amplio salón con cantina, servicios HH, y canchas, donde socios, familiares, simpatizantes y público en general, tiene otro lugar para solaz, con una magnífica vista a la bahía y al río.
Aquella idea original de los fundadores de enseñar el velerismo caló hondo, y todo el que pasea por la costa puede observar cantidad de velitas de pequeñas embarcaciones y no tanto que pululan en el agua, son los alumnos de la escuela de vela de la entidad, cuyo número se estima en 20, entre niños de 8, hasta 15 años.
Orgullosamente la gente del Yacht Club, refieren a la figura de Dolores Moreira Fraschini, “Lola”, que la vieron nacer deportivamente, y hoy es una figura de renombre mundial.
En la actualidad cuenta con una masa social de alrededor de medio millar, entre socios cotizantes y vitalicios. Otro capital importante que tiene la Institución es la embarcación Sacra, la que permite disfrutar en sus paseos o excursiones, de nuestro hermoso Río Uruguay.