Nancy Núñez lanzó precandidatura a la Intendencia con “un deseo profundo de servir la comunidad en la que crecí”. Así rezaba el título de la nota publicada en El Telégrafo. Unos días antes un aviso de media página anunciaba el evento.
Núñez iba a ser la secretaria general de la Intendencia pero no aceptó el cargo y su promesa de acompañar a Olivera se esfumó como agua entre los dedos.
“Nada de trabajo” con un fideicomiso
Aun cuando la administración departamental y nacional actualmente está en manos de su colectividad política, el Partido Nacional, marcó diferencias con la misma al preguntarse “¿cómo puede ser que teniendo 25 millones de dólares de un fideicomiso Paysandú esté como está, muchas calles, pero nada de trabajo? Muchas promesas, muchos proyectos carísimos y a largo plazo pero no damos oportunidades a los inversores, y no hablo solo de los inversores extranjeros, también hay emprendimientos e inversores locales que ni siquiera son atendidos o tenidos en cuenta. Nuestro compromiso es claro: haremos todo lo que esté a nuestro alcance para generar empleo. Pero no cualquier tipo de empleo, sino aquel que ofrezca seguridad, dignidad y una oportunidad de crecimiento para cada sanducero”.
La distancia con el actual Ejecutivo Departamental también quedó marcada cuando expresó que “no me interesan las grandes obras para trascender en la historia de mi departamento, me preocupan y me ocupan los problemas cotidianos de los sanduceros, de las madres pensando en el futuro de sus hijos, de sus familias. Lamentablemente no hemos podido ponernos de pie, erramos el camino. ¡Pero lo lograremos! No debería haber una sola madre que derrame una lágrima porque sus hijos están sin trabajo, porque después de estudiar por años se cansan de entregar currículos y no llega el llamado por esa oportunidad. Una Intendencia debe tener las puertas abiertas a los inversores, a la llegada de capitales. Debe exigir al gobierno nacional facilidades para su gente y no andar cacareando por un lado y negociando en secreto por el otro en beneficio propio”.
Poniendo los pesos
Plantada de alguna forma como opositora a su propio gobierno, “terminar con esa división entre sanduceros de primera, los que vivimos en la ciudad capital y de segunda porque viven en el interior”. Asimismo, se comprometió a “poner a los municipios en el lugar de horizontalidad que merecen. Si la Intendencia no libera recursos necesarios y que corresponden a los municipios difícilmente podamos decir que los respetamos”.
A un año de las internas de los partidos, la diputada quiere ganar tiempo para posicionarse. Su estrategia no deja de ser llamativa. Se complementa con más de 30 muros pintados en la ciudad y un cartel de dimensiones importantes en un cruce de avenidas. También se sumó la entrega de volantes en casas de familia en los últimos días. La billetera no parece un impedimento para desplegar un arsenal publicitario en pos del posicionamiento que, a poco de comenzar el gobierno departamental encabezado por el Intendente departamental de Paysandú, se desmarcó rápidamente. Tal vez una premonición.
La dinámica de los partidos tradicionales, menos orgánica, dista bastante de la del Frente Amplio, permite a los candidatos jugarse por su cuenta y de alguna forma ganar tiempo para poder ser conocidos, tema nada menor en la política.
Pero la apuesta de Núñez es ambiciosa, no anuncia que va por la reelección de su banca en Diputados sino que quiere pelearle palmo a palmo a Olivera el sillón de Zorrilla de San Martín.
En Paysandú es difícil la reelección y el último que pudo ser reelecto fue Jorge Larrañaga en 1994. Pero más allá de esta situación que siguiendo la misma línea le traería dificultades a Olivera para repetir el período, lo cierto es que cuando pierde el oficialismo, el candidato más votado es el titular de la comuna. Por lo tanto a Núñez le aguarda un desafío mayúsculo.
Nuñez presentó la lista 64, asociada a Alianza Nacional, en un acto en el que participaron, entre otros, el senador Carlos Daniel Camy, presidente de la agrupación nacional, Jorge Larrañaga Vidal, secretario general de Alianza Nacional y Mario Ayala, presidente de la Comisión Administradora del Río Uruguay.
Soy todo
Nancy Núñez se presentó en un gran abanico: “mujer, madre, esposa y amiga, como ustedes, dispuesta a defender a este gobierno nacional del que formamos parte y estamos tan orgullosos de haber votado”.
En un discurso muy pensado también dijo que “llegué a este cargo (el de diputada) casi sin pensarlo, solamente movida por el espíritu de servicio que me condujo siempre. Y aún contra opiniones contrarias a mi permanencia allí, seguí firme, por momentos con lentitud, por momentos con entusiasmo, pero segura que había hecho lo correcto”.
Sostuvo que su entrada a la política “no es el resultado de un anhelo de poder, sino de un deseo profundo de servir a la comunidad en la que crecí y a la que quiero con todo mi corazón. Si bien reconozco que mi camino no ha sido el tradicional, estoy convencida de que la experiencia recogida en la gestión pública en este y otro departamento es mi capital acumulado que puedo exhibir con orgullo”.
Aseguró estar “preparada para enfrentar los desafíos, para superar las barreras y para demostrar que una mujer puede liderar con eficacia y sobre todo, con corazón”, aun cuando sabe que “el camino de una mujer en la política a menudo viene con desafíos únicos. No es ningún secreto que a las mujeres se nos juzga de manera diferente, que se nos exige más. Y se nos subestima. Grave error. Estoy preparada para enfrentar esos desafíos, para superar las barreras y para demostrar que una mujer puede liderar con eficacia y sobre todo, con corazón”.
Ahora, no por madrugar se llega más temprano.
