Escribe Diego Cardozo
Se lucía en plena década de los noventas como el amo y señor de la TV mexicana, incluso llegaba a decir que era más grande que Chespirito y Cantinflas. Bueno, su humor era lo que se tilda cómo humor negro y un tanto bizarro. Aunque su carrera artística hoy en día sigue siendo de referencia para los futuros animadores centro americanos, lo que causa hablar de él hoy, más que sus inicios en sí su cruento final.
Nace un tres de julio de 1942 en la ciudad de México, distrito federal. Su nombre era Francisco Jorge Stanley Albaitero pero su patria lo conocería como el Pacorro de México, su Paco Stanley.
Fueron los años ochenta que le darían a Stanley su primer roce dulce con el éxito, después de largos períodos de lucha laboral Televisa le abría sus puertas y así comenzó a trabajar como presentador en el programa cómico “La carabina de Ambrosio”.
Poseía una voz privilegiada, y las emisoras se disputaban sus servicios. La pantalla chica era su aliada. Sostenía que dentro de un estudio de TV podía ser él, donde su brillante accionar lo convertía en único. Cómo dijera en un principio fueron los noventas sus años dorados, fue en el 91 que el Tigre Azcárraga dueño de la cadena televisiva lo llamaría una tarde a su oficina y le comunicara.
-Stanley, ya no serás segundo, de ahora en más a la mañana tendrás tu propio programa.
Contaría años más tarde Paco que fue un llanto de emoción de inmediato de su parte la respuesta en agradecimiento. Pero el tigre se paró y lo echó de su oficina cerrando con un.
-Y no la embarrés ok.
Así fue que Stanley comenzaba una etapa de éxitos primero con su programa Pacatelas y luego de tres temporadas llegaría el ciclo de una tras otra.
Un dato para nada menor es que ahora él tenía lo que en la comedia se llama “Patiño”, término para el segundo del capo cómico y el acompañante de Paco era Mario Besares, para todos Mayito. Luces, aplausos y el hecho de que un día Azcárraga junior, hijo del tigre por problemas personales lo expulsara de Televisa. No desfilaba su pretensión de ser inmortal, y vaya que lo es.
Si es inmortal ¿a qué precio?
Un mediodía del 7 de junio del año 1999 Stanley almorzaba junto a varios de sus colaboradores en el restaurante “El charco de las ranas”.
Ahora sus chistes y todo su público estaban con la que años atrás era su competencia TV Azteca. De un momento a otro tras finalizar el almuerzo se dirige escoltado hasta su camioneta e ignorando las recomendaciones de sus guardaespaldas. Se ubica en el asiento del acompañante. De repente aparecen tres hombres armados que sin mediar palabras disparan al cuerpo de Stanley y más que nada a su rostro, ese rostro que horas atrás fue blanco de administración para aquellos sicarios era blanco de fuego y de fuego a morir.
Moría el Pacorro de México, claro estaba la inseguridad como causante de esa, semejante fatalidad. Pero lo que viene a continuación es digno tristemente de una película.
El gobierno de centro izquierda que se encontraba al mando en la ciudad de México recibía los ataques constantes de todos los medios. Stanley se estaba convirtiendo en un mártir del pueblo azteca. Hasta que de tanto bombardeo se cansaron los mandamases de turno y respondería con una verdad directo a los telespectadores.
Dos días después del entierro de Paco Stanley los investigadores del caso en conferencia de prensa mostraban lo requisado de las pertenencias del ya difunto conductor.
-Señores, voy a ser breve, lo que pudimos recoger fue dos bolsitas de cocaína y una herramienta que quienes consumen de estas sustancias saben cuál es su utilidad.
Esas palabras en tono sarcástico se dejaron escuchar de parte del jefe del grupo de investigación del distrito Federal (el DFE).
Bueno y ¿ahora? ¿Paco Stanley era un adicto?
Pero el dato que horas después la policía filtrará en los medios tornaba todo en descontrol moral para la sociedad. Se investiga el círculo más oscuro de Paco y se concluye que mantenía relaciones directas con varios carteles mexicanos y que incluso fue un diler, el encargado de vender cocaína para sus colegas.
La investigación da un giro inesperado, como modo de distracción se apunta a que los Azcarraga estaban vinculados a los movimientos ilegales de Pacorro, y que en modo de venganza por no obedecer sus órdenes no solo lo descartarían de su canal sino que también lo mandaron a matar.
-Señor Besares, ¿usted liberó datos para dar con un Francisco distraído no? Usted va a tener que conversar y decirnos la verdad.
Mayito, amigo y colaborador inseparable de Paco estaba contra las cuerdas. Además de él, Paola Durante, una joven chica edecán secretaria del conductor humorista.
Los noticieros no daban crédito, en ese momento que veían, por un lado el gran Paco muerto a manos de sicarios y del otro Mayito y la querida Paola detenidos. Por parte del encargado del Ministerio Público se da la siguiente acusación.
Besares y Durante, se contactaron con capos narcos enemigos del mundo Stanley y encargaron su muerte.
Mayito en el momento que asesinaron a su amigo estaba en el baño del restaurante y su coartada era que se demoraba en su movilidad por tener una pierna fracturada. Paola no se defendió en ningún momento, se encomendó a Dios y esperó dos años detenida en el reclusorio norte hasta el día del juicio.
Mientras la DEA se presenta en las investigaciones y con una minuciosa calma de apoco revelan quién era Paco Stanley fuera de los focos.
Zambada, uno de los mayores narcos mexicanos fue íntimo amigo de Stanley. Amado Carrillo Fuentes, alias el señor de los cielos también. Besares y Durante, ¿cómo continuaban en el ojo de la tormenta?
En los programas de Stanley se hacía muy peculiar un baile que llamaban el gallinaso y fue en uno de esos bailes que supuestamente a Mario se le caía en vivo una bolsa con cocaína. Pero repito, supuestamente.
Si a certezas vamos es que la DEA desestimó a Mayito y Paola de los malos pasos de Pacorro. De esta manera la justicia Mexicana a casi un año y medio del homicidio más resonante de México liberaría de cargos a Besares y Durante, pero hasta hoy cargan con el peso de una enorme marca que los margina por momentos de los medios.
¿Culpable intelectual? ¿Y material?
Parece mentira que hoy estamos a 24 años del deceso fatal de Francisco Stanley y no hay respuesta firme, si hay dudas y muchas.
Un país no lo olvida por sus grandes logros en los medios considerando su nombre como sinónimo de genialidad cómica, sus colegas aún se ponen de pie ante su imagen.
Alex Lora, líder compositor de la banda de rock mexicana “El tri” deja en claro todo tras su final con poesía que es lo más cercano a la realidad, en la canción ya no existen los héroes.
Ya no existen los héroes ya no los hacen como antes.
Son monigotes de barros inflados por campañas de publicidad.
¿De qué les sirve el dinero, la fama y tanta promoción?
Si terminan vendiéndole el alma al mejor postor.
Me atrevo a cerrar el informe con esas letras que un día me dieron a conocer este caso, el caso de Paco Stanley, quien dobló para un costado triste y fatal.