Algo se quebró

“No dan ganas de nada”, palabras más, palabras menos, ese era el espíritu que trasmitía un militante frentista de Guichón, desconcertado ante la falta de rumbo, conducción política y enfrentamientos internos que acechan a la fuerza de izquierda en Paysandú. El FA local debería salir del microclima y el enfrentamiento de facciones y tener en cuenta a donde condujeron, en Maldonado los mismos, entre las figuras más representativas del período pasado en aquellas tierras. Allá, el Partido Nacional (PN) renovó mandato y con el plus de mayoría calificada. El despilfarro, los acomodos de correligionarios, son una constante que se traduce, -la fiesta no es gratis-, en un monumental endeudamiento en el entorno de los 200 millones de dólares. Los problemas del FA local tienen sus orígenes: hay que remontarse a las postrimerías de la administración de Mario Díaz. Allí, los funcionarios partícipes de la administración, con sectores más afines a la misma, decidieron impulsar y acordar con el PN un fideicomiso (Paysandú II) por hasta 25 millones de dólares aproximadamente. La lectura que hacían era que el FA renovaría mandato. Los sectores discrepantes, que se sintieron avasallados, señalan episodio, sostienen que fueron ninguneados y recuerdan que, en su momento, presentaron un dossier impugnando el trabajo de la Dirección de Descentralización; incluso pidiendo remoción de la entonces directora; confirmada por el entonces intendente Guillermo Caraballo.

Los números electorales desnudaron la pobre performance electoral del FA en el interior departamental. “Y le dejamos a Olivera 25 millones de dólares” que maneja a sus anchas; discrecionalmente, recuerdan por lo bajo, algunos, y a viva voz, otros. Pero, ¿se puede seguir cargando con ese cuestionamiento?

Lo más visible, dentro de lo desalentador y bochornoso, tanto para la militancia como para la opinión pública en general, -descreída muchas veces de la actividad política institucional-, está en la Junta Departamental (JD). Aunque la Mesa Política, carente de liderazgos, aporta lo suyo.

Fruto de aquellos vientos, se ha perdido fraternidad, capacidad de debate, respeto, tolerancia entre compañeros y disciplina. Mientras la fuerza política habla y apoya políticas contra la violencia, -en el mundo de la virtualidad, la viralización y la instantaneidad- dos edilas casi se van a las manos a la salida de la sesión de la JD del pasado 28 de setiembre donde el intendente Olivera fue a solicitar anuencia para la creación de dos Municipios (Cerro Chato y El Eucalipto) y para la instalación del Memorial de la Huelga General; planteo de la Intersocial que el PN tenía cajoneado. El episodio, bochornoso en sí mismo, revela la falta de norte y la ausencia de perspectiva. Abundan, y todo Paysandú lo comenta, los insultos hacia compañeros, las descalificaciones, a veces a gente que pasó cosas muy embromadas, la desconfianza y la confrontación, como si se tratara de un adversario. Del asunto se sabe que una de las edilas fue apartada de su organización política y que se suceden los contactos al más alto nivel. Sin aspavientos; hay tejedores en acción.

Ya se venía del episodio de la anuencia para habilitar el préstamo tomado por la Intendencia con destino al financiamiento faltante a la UdelaR para levantar la sede Paysandú. Ahí hubo de todo: provocaciones, oportunismos, pérdida de fraternidad. Con estos strip tease que hace la oposición, el oficialismo encubre sus déficits democráticos y manejos.

El oficialismo saca entrada y, con estas actitudes, el FA se pega un tiro en los pies y el PN continúa apuntalando el interior departamental; en un departamento sacudido por la diferencia cambiaria con Argentina, el desempleo creciente (6.900 personas y miles de informales) y un gobierno nacional de espaldas. Si no pregúntenles a los trabajadores del puerto.

La atomización que presenta en la actualidad el FA local -cada quien quiere tener su kiosco y ser conductor, – y las escasas señales dadas desde la dirigencia nacional y los sectores involucrados parecen no contribuir a “barajar y dar de nuevo”; con grandeza. Después no vale preguntar, cuando no se atienden las preocupaciones de la gente, por qué aparecen los Manini Ríos, Bolsonaro, Milei.

La dirigencia local, tendría que preguntarse, si las actitudes de sus referentes, -trasmiten la idea para abajo que vale casi todo-, no son funcionales a los manejos discrecionales de la mayoría de la JD y el desplante de la Intendencia al no responder pedidos de informe.

Lamentablemente, parece no haber salida a esta eventual ruptura o desafección militante, sin la intervención de los organismos nacionales de la fuerza política.

A nuestro juicio, la carencia de rumbo, liderazgo y conducción prohíja comportamientos desdorosos, alejan a la gente de la política y dejan el camino expedito a una gestión que ofrece múltiples cachones.

¿Qué dice la oposición sobre el Vertedero?; ¿Sobre el proyecto de Paylana ninguneado por la actual administración? ¿Qué planteos tiene sobre la inseguridad en el tránsito que cobra vidas y deja lesionados? ¿No hay nada para decir sobre el funcionamiento del MIDES? Conducidos por una tríada que incluye dos ediles y piensan que hacen excelente gestión. La bronca campea entre la gente que ve como se le caen los escuálidos apoyos que da dicho Ministerio, en un departamento con 4 mil niños en la pobreza. Pero no se escucha a la oposición, -que quiere retomar el gobierno-, hablar y militar estos gravísimos problemas. Hay demasiada ansiedad por el próximo proceso electoral y las posibilidades de cada quien. Estas conductas eran patrimonio de la derecha, pero los vicios se contagian. Mientras esto sucede, los pobres van a los baluartes del diputado Moreno a levantar ropa. ¿Cuestión de solidaridad?

Queda la sensación que la oposición local, -metida en el barro-, no puede cumplir su rol, carece de liderazgo y cada quien se corta por la libre; mientras la realidad golpea duramente a los sectores más postergados. Situación impide exponer la gestión del intendente Olivera y asociarla a los retrocesos nacionales.

El ex intendente Caraballo, gravitante en la interna y que se posiciona de cara a los próximos comicios, entrevistado por 200nce, sobre la actuación del FA en la sesión que habilitó endeudamiento con destino a la UdelaR, comentaba: “acá si hubo diferencias, fueron circunstanciales, hay que recomponer y superar. Hay mucha tarea por delante”. El tema es saber si el quiebre es circunstancial y cuánto se hace para superarlo o profundizarlo. Tal vez sea hora de pensar más en la gente.

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