Tres días el gobierno al garete
Escribe Darío Rodríguez
Durante tres días, -desde la comparecencia judicial de Carolina Ache el 1° hasta la llegada de Lacalle Pou el pasado sábado-, el país estuvo al garete. Ni Álvaro Delgado, (¿Tal vez en Paysandú?) ni Beatriz Argimón, ni Laura Raffo, ni los parlamentarios más beligerantes aparecían.
La penetración que logra el narcotráfico en las estructuras del Estado y en corromper a distintos agentes (operadores judiciales, abogados, políticos) es un dato de la realidad que, en Uruguay, se lo pretende minimizar. El episodio Marset (entrega de pasaporte en forma express) encendió todas las alarmas en este apacible país donde todo llega pero más tarde. América Latina es pródiga en señalar la enorme capacidad e incidencia que tiene el narcotráfico de permear estructuras y dinamitar institucionalidades. Hay países que se los cataloga de narcoestados.
La expedición express del citado pasaporte al narcotraficante detenido por entonces en Dubai, tras ingresar con documento falso paraguayo, puso en aprietos al gobierno, (que lidiaba con el escándalo del jefe de la custodia presidencial, Alejandro “Fibra” Astesiano que, siendo de máxima confianza del presidente y de su familia, desde el 4º. piso de Torre Ejecutiva, delinquía) generando una interpelación de la oposición a los ministros Luis Alberto Heber Fontana y Francisco Bustillo el 22 de agosto del año pasado y la subsiguiente actuación de oficio de la Fiscalía.
En aquella oportunidad, la línea argumental, acordada con Roberto Lafluf, una especie de monje gris y de extrema confianza del inquilino de Torre Ejecutiva, fue abonar la teoría que no se sabía quién era Sebastián Marset y que se actuaba conforme a derecho; por lo tanto, no se debían mencionar conversaciones de WhatSapp entre algunas autoridades que tenían pleno conocimiento de quien era la persona a la que le extenderían el documento. Días antes, la ex cónsul en Emiratos Árabes, Fiorella Prado, había pedido, al menos, un par de veces tomarse más tiempo, según crónica de El Observador, para darle el pasaporte a Marset.
LEER NOTA COMPLETA EN EDICIÓN PAPEL.
