El próximo domingo a las 19 horas se jugará el partido de ida de las semifinales entre Paysandú y Lavalleja en el estadio Artigas. A propósito de la selección de Paysandú que buscará su título 8 del interior, dialogamos, a 96 horas del partido ante el actual campeón del interior, con el entrenador Carlos Cabillón.
-Se ganó en cuartos de final con un global de 6-0 con muchos puntos altos del equipo, ¿Cómo se trabaja en la interna luego de una victoria tan abultada?
Nosotros tenemos que seguir con la humildad de siempre. Falta poco sí pero no debemos creernos el cuento de que ahora somos rubios y de ojos azules. Tenemos que seguir en el día a día, corrigiendo cosas, mejorando. En realidad este ha sido un equipo que ha ido mejorando. Los márgenes de error cada vez se achican más y tenemos que estar preparados para esta semifinal ante el vigente campeón. Se trabaja como siempre, normal, somos conscientes que tenemos un grupo que sabe de las virtudes que tenemos y que hay que seguir corrigiendo. Además en este tipo de definiciones no hay mañana.
-¿Qué sabés del próximo rival? Una de las mejores generaciones que dio Lavalleja en la historia deportiva.
Es el vigente campeón, tiene un equipo muy competitivo, lo he repasado en los distintos partidos que ha jugado. Tiene un estilo de juego que lo ha llevado a ganar, no es un equipo con mucha tenencia de pelota, juega directo, hay muchos duelos individuales en sus partidos. Tiene jugadores con mucha jerarquía, con mucho trayecto.
-¿Por qué se elige jugar primero como local?
Entendemos que jugar de local y tener un resultado positivo le traslada el nerviosismo al rival. Eso es una percepción que tengo que aprendí de Colzada (Carlos) cuando era jugador y que la mayoría de las veces nos ha salido bien. No es que tengamos la bola de cristal, esto no asegura nada. Va a depender del rendimiento nuestro en la cancha. La gente en Paysandú aunque vaya en cantidad no te hace sentir muy locatario al equipo más allá de aplaudir una jugada o de gritar un gol porque después es silencio. Son condicionantes y por eso el cuerpo técnico con los jugadores hayamos decidido jugar primero en casa.
-¿Cuántas cosas cambiaron luego de aquel primer partido y única derrota hasta el momento ante Salto, en enero?
Desde el día del debut y más allá que han cambiado algunos futbolistas, ya hay 10 partidos encima. Uno no arranca el torneo con todo el potencial ni el funcionamiento que quiere. Acá termina tarde el campeonato, hay jugadores que vienen cansados, otros que se toman algunos días libres. En el primer partido nos faltaron jugadores lesionados y otros que tenían sanciones pendientes, caso Silvera, Perg, Andrada y González (estos últimos entraron en el segundo tiempo). Fue el único partido perdido hasta el momento.
–¿Qué similitudes y diferencias con aquel equipo campeón en 2019 que logró un título esquivo por 30 años?
Es difícil comparar, no hay dos equipos iguales. El del 2019 tal vez tenía un poco más de velocidad por afuera con Duarte y Sabaño, este tiene más fútbol cuando ocupamos las bandas con González y Rossi. Ahora tenemos más juego interno con Machado y Lafourcada y la permanencia de Andrioli. Tenemos más solidez defensiva hoy con el triángulo final. Las similitudes son que somos un equipo compacto, que tiene sentido de pertenencia, que quiere darle alegría a la gente y que hace posible eso.