Nota gentileza de El Rionegrense de Fray Bentos
Hijo de detenido desaparecido, Sebastián recuerda a su padre como un militante social, tenía 15 años cuando lo dejó de ver. Todavía mantiene la esperanza de encontrarlo.
Félix Sebastián Ortiz tenía 45 años, cuando desapareció. En el momento de su detención era el responsable del Partido Comunista en Montevideo. Félix había nacido en Sarandí de Navarro, una pequeña localidad de Río Negro, al momento de dejar el departamento tenía una familia numerosa, siete hermanos.
Su familia, poco sabe de su detención, y de lo que paso después. Según la información que recibió la Comisión para la Paz, su cuerpo fue cremado y sus cenizas esparcidas en el río de la Plata. Para su hijo, Sebastián Ortiz es una historia, que no termina de creer.
Félix Ortiz es uno de los cuatro detenidos desaparecidos nacidos en Río Negro junto con, Luis Eduardo “Chiqui” González, nacido en Young, Blanca Margarita Rodríguez, nacida en Nuevo Berlín y Juan Guillermo Fernández Amarillo que nació en Fray Bentos.
Ellos, fueron recordados en la media hora previa de la Cámara de Diputados, el año pasado, por la diputada Sylvia Ibarguren, el hijo de Félix, Sebastián es diputado suplente y se sorprendió al escuchar que Ibarguren nombraba a su padre, y allí generaron el vínculo.
“Esta es una herida abierta, que está ahí. Que no tiene respuesta, que no tiene absolutamente nada. Lo único que cierra esto es impunidad”, dijo Sebastián a El Rionegrense en un nuevo 20 de Mayo.
“Es uno de los últimos desaparecidos, es en la última ola represiva que da la dictadura. La dictadura se instala en el 73, empiezan muchas olas represivas contra dirigentes sindicales, gremiales, mi padre era uno de ellos, mi padre era dirigente del Partido Comunista. Mucha gente que cae presa, que se exilia, y en una de esas olas, después del plebiscito del 80, es detenido y desaparece”, contó.
“Vengo de una familia donde tanto mi padre, como mi madre eran representantes gremiales, militantes políticos y el tema no cayó de golpe en mi casa”, agregó.
Ortiz relató que después que su papá estaba en la clandestinidad, el temor de que pasara algo siempre estaba presente. En ese sentido, dijo que una vez que su papá pasó a la clandestinidad lo veía en circunstancias puntuales y particulares. “Por ejemplo, en el cumpleaños de 15 de mi prima, mi prima salía a sacarse fotos y mi padre estaba en la esquina. Le dábamos un beso y volvíamos. Tengo recuerdos de mis tíos llevándome a las canchas de futbol a verlo. Eran situaciones de muy corto plazo y que no se mantenían en el tiempo”, relató.
Sebastián asegura que nunca cuestionó el accionar de su padre, ni él, ni su hermana. “Mamamos desde muy chicos que ellos eran luchadores sociales y que estaban luchando por una sociedad más justa, y entre esa sociedad más justa estaba mi hermana y estaba yo. Pensaba y luchaba por una sociedad más igualitaria”, afirmó.
Sobre convivir con el temor dijo, “el temor siempre estaba, ellos lograron instalar el temor. Ellos instalaron el miedo. El miedo estuvo presente siempre, latente”.
Ortiz contó que después de la detención del padre, de recorrer de los cuarteles, y con el paso del tiempo se dieron cuenta que no iba a volver. “A él lo detienen en la calle San Cono en Piedras Blancas. Cuando nos llegó el contacto, nos avisaron que había sido detenido”, contó.
Él está convencido que los restos de su padre están enterrados como otros en algún predio militar. “La luz de esperanza está siempre ahí, en todos los familiares”, afirmó. De todas maneras, asegura que el llegar a un predio, cada vez que aparece un nuevo cuerpo, siempre mira hacia un costado y ve a las madres que aún buscan a sus hijos, con sus 90 años, y siempre desea que sea el familiar de ellas.
“El tema es que el pacto de silencio, acá hay muchos pactos de silencio que vienen desde hace 40 años atrás. Pero hay mucha información, la verdad sigue secuestrada y es un hecho. Hay mucha gente que sabe. Esto es como estar tanteando a ciegas”, manifestó.
“El presidente es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y ahí tienen que empezar a hacer valer eso. Exigir muchas más respuestas y eso no se logró. La impunidad esta y sigue latente. Hay que buscar los mecanismos para exigir más verdad y que fue lo que pasó”, afirmó.
Sobre la exigencia de archivos que no se han encontrado, considera que existen, por el tipo de funcionamiento militar. “Nosotros los familiares pensamos que hay, hay mucho material más, el tema es que no sabemos dónde están y quien los tiene”, indicó.
Sebastián cuenta que como familia habían manejado la posibilidad de que se exiliara, “él iba a asumiendo responsabilidades, y sentía que si se iba, le fallaba a los compañeros”.
Actualmente Sebastián es diputado suplente del Partido Comunista y milita en ese partido desde muy joven.
Félix Sebastián Ortiz desaparece el 16 de setiembre de 1981, en Montevideo, con 45 años. Era militante del Partido Comunista. Tenía 2 hijos. Según datos de la Comisión para la Paz, sus restos fueron exhumados, incinerados y tirados al Río de la Plata.