En el mes de la memoria, entrevista a Mariana Zaffaroni
Por Juan Andrés Pardo
Con motivo de considerarse en Uruguay a mayo como el “mes de la memoria”, TV Ciudad está difundiendo por estos días una serie de películas y documentales relacionados con la temática. Por este motivo, hace unas semanas me enteré de la existencia de “Por esos ojos”[1], una película que relata la búsqueda realizada por María Esther Gatti (1918-2010) para encontrar a su nieta, secuestrada por la dictadura militar en Buenos Aires, en 1976. Una niña que tenía entonces dieciocho meses y que fue secuestrada junto con sus padres, Jorge y María Emilia (hoy aún desaparecidos) y que hasta su adolescencia se llamó Romina. Esa niña era en realidad Mariana y hoy presentamos su testimonio a través de una entrevista exclusiva con la cual queremos reafirmar desde este espacio nuestro compromiso firme para decir: por esos ojos, por los de todas “las y los Mariana” y por los chiquitos que vienen… NUNCA MÁS.
-¿Cómo te sentís hoy al hablar o recordar los acontecimientos que te tocaron vivir a lo largo de tu vida?
Es casi parte de lo cotidiano. Últimamente, he tenido que hablar bastante ya que, en el marco de la presentación del libro que escribimos con Analía Argento titulado “Los nietos te cuentan cómo fue” (ver recuadro) surge a menudo el tema en charlas y entrevistas. Y no lo esquivo. En años anteriores, oscilaba entre épocas en las que daba entrevistas habitualmente y épocas en las que prefería no hablar y exponerme tanto.
-¿Cuándo recordás fue el momento exacto en el qué comenzaste a tomar conciencia de tú situación?
De la situación de quién era, tuve la primera confirmación cuando un amigo de la familia que me crió me dijo que no era hija de Adriana y Miguel (los padres que me criaron). A partir de ahí, sabía que los que conocía como padres, no lo eran, pero no sabía quién era yo. Tenía alguna sospecha, porque la búsqueda de mi familia y de las Abuelas de Plaza de Mayo había sido muy visible y pública desde el regreso de la democracia. Saber mi nombre y mi origen fue algo que confirmé cuando me hicieron los análisis genéticos a los 17 años y confirmaron que era Mariana Zaffaroni.
-¿Qué recuerdos tenés de cuando, siendo niña, tu foto comenzó a trascender a nivel internacional y particularmente de enterarte que tú familia biológica te estaba buscando?
Yo sabía que esa familia buscaba a esa niña de las fotos, pero no sabía que era yo. Lo que a mí me decían era que había un error y que esa nena que buscaban, no era yo. El recuerdo que tengo de cuando aparecieron las fotos en los carteles, los afiches, los diarios y la televisión, fue de miedo, me sentía perseguida. Como yo creía cuando me decían “esa nena no era yo”, no quería que me buscaran, que me encontraran o me separaran de los padres que conocía.
Los nietos te cuentan cómo fue
Hasta el día de hoy, aún se desconoce el número de desaparecidos por las dictaduras en el marco del Plan Cóndor. El año pasado, Mariana junto a la periodista Analía Argento presentaron el libro “Los nietos te cuentan cómo fue”, una obra que presenta los testimonios de 13 nietas y nietos que cuentan cómo fueron hallados y recuperaron su identidad. Fueron 133 los que volvieron a casa. La particularidad del libro es que está pensado para jóvenes lectores y el planteo se basa en las experiencias de personas que, como Mariana, relatan cómo fue el proceso de descubrir que su familia biológica en realidad no era la que la crió, qué hubo una familia que la buscó por años, qué su nombre en realidad no era el que ella conocía. Se puede conseguir en librerías de todo el país, incluyendo las de Paysandú.
-¿Cómo fueron tus sentimientos en torno a esa situación y en especial cómo fue el proceso y relacionamiento que tuviste con tu abuela y familia biológica?
El vínculo con mi familia biológica fue lento y difícil. Fundamentalmente, porque yo no tenía ganas de conocerlos, ni de vincularme con ellos ni con mi historia. Yo sentía que si hacía de cuenta que todo eso no existía, entonces podría seguir adelante con mi vida, con la vida que tenía hasta entonces. Mi familia me tuvo mucha paciencia y se bancó muchos desplantes; y muy de a poco, y con el paso del tiempo, las cosas se fueron destrabando y se fue generando ese vínculo, que hoy es excelente
-Supongo que todo tu proceso (como todo proceso personal) fue largo y complejo, en el sentido de asumir que “de la noche a la mañana te cambian el nombre” y de que “tu familia en realidad no era tu familia”. ¿En qué momento lograste hacer el clic respecto a esa situación?
No hay un único clic. Fueron muchos clics que se fueron dando a lo largo de muchos años. Primero fue que me cambiaran el documento y tener que manejarme con un nombre que no reconocía como el mío. De a poco, como dije, fue entablándose el vínculo con mi familia. Más adelante fue sacar la ciudadanía uruguaya. Después dejar de festejar mi cumpleaños en la fecha falsa y al año siguiente, festejarlo en la fecha real. Luego, empezar a reconocerme como Mariana y presentarme con ese nombre para que me llamen así. Después, vincularme con amigos y compañeros de mis padres para reconstruirlos como personas. Y sigue… es un proceso que nunca se cierra ni se completa del todo.
¿Con respecto a la familia que te secuestró? ¿Cómo viviste el proceso de caer en una realidad que desconocías y cómo fue y es tu vínculo en la actualidad con ellos?
El vínculo con ellos nunca se cortó del todo. Hubo idas y venidas, muchos reproches y cosas que se rompieron para siempre. Pero siempre quise sumar, no elegir. Mis dos padres de crianza fallecieron ya, pero con el resto de la familia, tengo algún vínculo. No cotidiano, pero lindo.
-En los últimos tiempos has participado en proyectos e instancias junto a otras personas que vivieron situaciones como la tuya; ¿estas participaciones las realizás con un sentido humano y/o militante?
Militante seguro que no. No tengo perfil de militante ni es una elección que haga para mi vida. Trato de moverme siempre por lo que me parece justo y humano. Desde ahí, y sin connotación política, trato de sumar en lo que puedo.
-¿Qué sentís hoy por tus padres/madres biológicos/as y por los que, en definitiva te criaron? ¿Qué huellas dejaron en vos?
Todos dejaron sus huellas. Buenas y malas. Ser quien soy y como soy hoy, es una sumatoria de todas esas huellas, con lo bueno y con lo malo.
-Si te pido una reflexión, pensando en las generaciones más jóvenes, sobre lo que has vivido a lo largo de tu vida por causa de la dictadura, ¿qué nos podrías decir?
Es importante comprender la historia. Entender que la Historia que se estudia, es en realidad algo que le pasó a personas que tienen una cara y un nombre. Si podemos comprender el sufrimiento de las personas, comprender que las derivas históricas tienen consecuencias, y comprender las causas que engendran esas derivas, entonces podemos evitar repetir errores del pasado y ahorrar sufrimientos innecesarios.
-Hoy a tus 49 años si te preguntan ¿Quién sos? ¿Cómo te definís y te sentís luego de haber vivido hechos tan fuertes en tu vida?
Hoy soy Mariana. Mamá de mis tres hijos, esposa, docente y escritora. Los sentimientos sobre los hechos de mi vida son contradictorios, como los de cada uno con la suya. A veces me arrepiento de cosas que hice o pensé, a veces me duelen cosas del pasado, y a veces, la mayoría, soy feliz con lo que tengo y con lo que soy.
[1] Por esos ojos (1997) es una película documental uruguaya-francesa dirigida por Gonzalo Arijón y Virginia Martínez y producida por France 2-Point du Jour (Tele Europe), en colaboración con TV Ciudad (Montevideo). Se encuentra disponible en Youtube.
