Escribe: Juan Andrés Pardo / Lic. en Ciencias Políticas egresado de UDELAR
El próximo domingo 30 se desarrollará la sexta elección interna en Uruguay. Una instancia que, desde que se implementó la reforma constitucional de 1997 entre otras cosas, separó las elecciones nacionales de las departamentales y habilitó el balotaje.
Quizás parezca un tanto sin sentido, pero lo cierto es que sigue habiendo mucha gente que desconoce el porqué de las mismas. Por lo tanto comenzaremos este artículo explicando el objetivo de esta primera instancia con la cual se inaugura el ciclo electoral 2024-2025.
¿Qué se vota?
Lo primero que hay que decir es que esta elección no tiene carácter obligatorio.
En las elecciones internas se votan dos cosas. La principal es la elección del candidato
presidencial por cada partido político, que luego competirá en octubre y en un eventual
balotaje en noviembre.
En esta instancia también se vota a los integrantes del Órgano Deliberativo Nacional y del Órgano Deliberativo Departamental de los partidos políticos. Esos órganos son los que formalmente aprueban quién será el candidato a vicepresidente, así como quienes serán los candidatos a intendente de cada uno de los departamentos. Por tanto, son órganos de vital relevancia para todos los partidos.
Por eso es que, en la mayoría de los casos, cada sublema suele contar con dos listas que, no necesariamente deben ir juntas sino que existe la posibilidad del voto cruzado (siempre bajo un mismo lema). Es decir, se puede votar por un/a candidato/a a Presidente votando a miembros para el Órgano Deliberativo Departamental que no sean del mismo sublema que el/la candidato/a a Presidente que se quiere votar.
Análisis de la evolución electoral en las Internas
Hay una cuestión que debe ser integrada a la hora de analizar los resultados históricos de esta contienda. Esto tiene que ver con el hecho de que el Frente Amplio no elige sus candidatos a los gobiernos departamentales a través de los miembros del Órgano Deliberativo Departamental que son electos en este acto, sino que lo hace a través del Plenario Departamental.
Para los blancos y los colorados, esta instancia entonces cobra mucho mayor relevancia ya que es aquí donde cada sector y candidatura apuesta fuerte para lograr conseguir los votos que les permitan la posibilidad de aspirar por el sillón municipal.
En los hechos, los frenteamplistas únicamente eligen su candidata o candidato para aspirar a la Presidencia de la República. Por tanto, en este caso, suele dar una ventaja a los partidos opositores ya que los Plenarios suelen desarrollarse sobre fin de año lo cual implica tener menos tiempo de campaña hacia las departamentales. Si bien este año en particular, el Frente Amplio realizará la elección de sus candidatos departamentales en septiembre (y no en diciembre como solía hacerlo), a priori, este mecanismo de elección más tardío sigue dando ventaja a los demás partidos.
A continuación se presenta un cuadro resumido con cifras a nivel nacional y de Paysandú, respecto a esta instancia. Como se puede observar, únicamente en 2004 el Frente Amplio logró ser primera fuerza, justamente ese fue el año que logró su primer triunfo a nivel nacional en octubre (por mayoría absoluta). El Partido Colorado logró el primer puesto en 1999, año en que por primera vez en la historia, el Presidente de los uruguayos fue electo en segunda vuelta (Jorge Batlle). En las restantes ediciones, el Partido Nacional logró ser primera fuerza, siempre votando en el entorno del 40 y 50%.
En lo que respecta a Paysandú, como ya fue señalado en este artículo, el Partido Nacional se ha hecho históricamente fuerte dado la relevancia que toma la instancia para sus sectores y candidaturas pero además con el plus de que, desde se implementó el actual sistema electoral -con elecciones departamentales separadas de las nacionales-, ha sido siempre protagonista triunfando y/o definiendo la elección para gobernar la Intendencia de Paysandú.
Historial – Elecciones Internas | ||
AÑO | Todo el país | Paysandú |
1999 | PC 37.93 %
FA 30.98 % PN 29.71 % Participación total: 53,8% |
PN 43,3%
PC 29,2% FA 26,6% |
2004 | FA 42.76 %
PN 41.59 % PC 14.98 % Participación total: 43.41 % |
PN 56,2%
FA 35,8% PC 7,9% |
2009 | PN 45.97 %
FA 41.22 % PC 12.01 % Participación total: 44.80 % |
PN 56,4%
FA 34,7% PC 8,1% |
2014 | PN 47.88 %
FA 34.57 % PC 16.04 % Participación total: 37.27 % |
PN 56%
FA 32,69% PC 10,46% |
2019 | PN 39.69 %
FA 22.62 % PC 12.84 % Participación total: 40.29 % |
PN 58,43%
FA 24,71% PC 12,81% CA 2,86% |
¿Son estas cifras un termómetro?
Sería muy apresurado y poco precavido decir que sí. Los resultados de esta instancia, en líneas generales, no se han relacionado con las votaciones que cada partido obtuvo en octubre.
El hecho de ser una elección no obligatoria conlleva naturalmente a que haya una participación mucho más baja y eventualmente definitoria que lo que pueda ocurrir en octubre o un balotaje, donde sí es obligatorio el voto.
Lo que sí puede señalarse es que esta primera elección, además de ser vitales para los partidos, sus resultados pueden significar un buen impulso para su militancia en el objetivo de aspirar a ganar el gobierno nacional. Todas las encuestas señalan, una vez más, que la definición será entre blancos y frenteamplistas. Pero con la lógica bipolar que el sistema político uruguayo cuenta desde hace varios años, para el Partido Nacional será fundamental la votación que logren colorados, cabildantes e independientes, eventuales aliados de la coalición multicolor. Por ende, la participación ciudadana en esta contienda puede sembrar mayor o menor entusiasmo para la militancia de cada partido de cara a sus objetivos en octubre, teniendo en cuenta también que allí es cuando se eligen representantes en el Parlamento.
En el próximo número de 20Once, previo a la veda, continuaremos analizando y compartiendo reflexiones de la Elección Interna que se viene. Particularmente nos referiremos a las expectativas y desafíos que los partidos pueden tener con respecto al inicio y desarrollo del ciclo electoral 2024-25 en Paysandú.