El ataque dejó expuestas las debilidades de la IDP
El pasado 24 de julio, tras ser advertida por usuarios, la Intendencia de Paysandú (IDP) comprobó que había sufrido un grave ataque informático. En conferencia de prensa el mismísimo intendente Nicolas Javier Olivera había manifestado que “la Intendencia sufrió un ataque furibundo en materia informática. No tenemos casi ningún tipo de servicio habilitado”.
La llave y la parálisis
La IDP sufrió, técnicamente hablando, un ransomware; los atacantes se apropiaron de la información, luego la encriptaron (encapsularon) en las computadoras de la Intendencia, se quedaron con la llave y, posteriormente, pidieron 650 mil dólares para desencriptarla.
La sanducera, ingeniera en informática y master en innovación, Rosina Ordoqui, especialista en seguridad informática, ratificó que la IDP sufrió un ataque de “un sofware malicioso. Es un código que se desarrolla para generar algún daño” en alguna Institución u organización. Explicó que el ransomware “bloquea, encripta la información a la que accede, la encapsula y la deja cerrada con una llave que se llevan los atacantes” pidiendo rescate como fue en el caso de la IDP; rechazado por sus autoridades.
La analista programadora de la IDP Andrea Innella, dijo en El Observador que “a pesar de contar con tres niveles de respaldo, los atacantes lograron infiltrarse en todos ellos, lo que sin capacidad de recuperación. Por más que quisiéramos, no podíamos recuperar”.
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