Caudillos, clientelismo, retrocesos

Escribe Darío Rodríguez

Cuando una familia del sector popular resuelve en tema del acceso (y permanencia) en la vivienda, como aconteció con la reciente inauguración de 61 viviendas en Guichón, es un gran paso de las políticas sociales y enorme alegría para la gente involucrada.  Si eso se hace, a través de programas consistentes y con participación de la gente organizada, es un motivo de orgullo nacional.

El Estado, a través del MVOT, tiene dos programas centrales en su oferta: el cooperativismo y el Movimiento de Erradicación de Vivienda Insalubre Rural (MEVIR) Este, persona pública no estatal surgida en 1967, de la mano e iniciativa del estanciero Luis Alberto Gallinal, está regulado por la ley por la ley 18.362.

Desde su página web indica que la misión pasa por  “trabajar para asegurar que la población pueda acceder a una vivienda de calidad, participando activamente en su proceso, con un adecuado uso de los recursos públicos y en el marco de políticas de desarrollo integral (productivo, social, ambiental y territorial) y la visión porposicionarnos como la institución nacional de referencia en vivienda, construcción y mejora del hábitat comunitario, en el marco de una búsqueda constante de calidad, eficiencia y eficacia en el uso de los recursos públicos”.

Históricamente, el funcionamiento fue bastante discrecional. De todas maneras, propicia cierta participación de los beneficiarios. El programa, dando cuenta de su valía, ya entregó unas 42 mil viviendas.

Valioso pero…

Durante las tres gestiones del FA se institucionalizó y profesionalizó su andar y se acotaron discrecionalidades y ciertas irregularidades. Se venía de experiencias y prácticas indeseables.

Ahora, los funcionarios manifiestan que aquel “proceso alcanzó su punto máximo entre 2015 y 2018, representando la primera actualización significativa de las formas de intervención de MEVIR en el territorio.”. Agregando que “la gestión de MEVIR es fundamental para el desarrollo de las comunidades rurales en Uruguay”.

El organigrama político institucional lo integran el arquitecto nacionalista Juan Pablo Delgado, en calidad de presidente, al que acompañan una Comisión Honoraria (CH) y una Mesa Coordinadora (MC) de la que participan la doctora Edith Richard y Enrique Gallinal.

La MC tiene un conjunto de atribuciones, entre otras, elaborar y someter a consideración de la Comisión los planes, programas y presupuesto de la institución; ejecutar los planes, programas y resoluciones aprobados por la Comisión; administrar los recursos, ordenar el seguimiento y la evolución de las actividades dando cuenta a la Comisión y proponer a la Comisión planes para el desarrollo de los recursos humanos”.

… sin embargo

Pero el actual funcionamiento está severamente cuestionado.  En su momento, dimos cuenta de la utilización de recursos del Movimiento para hacer campaña en las internas de junio.

Los trabajadores profesionales que se desempeñan en dicho programa hablan de “una serie de retrocesos”; uno de ellos intervenir en territorios donde la demanda es baja, caso concreto en Independencia, Florida. Para ello se ignoran “acumulados técnicos, investigaciones previas y dinámicas territoriales”. Se dio el caso de Cuaró (Artigas) donde se construyó habiendo viviendas del movimiento, vacías. Sin dudar, los profesionales atribuyen tal conducta a las “exigencias de caudillos partidarios locales (prácticas clientelares) o intereses particulares de las autoridades de MEVIR, más que a un análisis profesional y con visión a mediano plazo”.

La política de reclute de funcionarios técnicos se hace de manera clientelar, funcionando a full la recomendación y para incorporar obreros se despliega, en los diferentes territorios (generalmente con problemas de empleo) el dedo índice del caudillo local.

El desastre, a juicio de los funcionarios, es total.  Desaparecen estructuras y roles, se realizan costosas ejecuciones, notorios errores formales y desarrollo de dinámicas que “no respetan procedimientos técnicos sociales y arquitectónicos, desconociendo los tiempos de la ejecución real de los programas y tensionando el trabajo de todos los sectores”. Adentrándonos en una situación de asfixiante clima. La descripción que se hace refiere a disfuncionalidad operativa, indefiniciones, descoordinación, roles difusos y desarticulación del trabajo interdisciplinario. Esto adosado por una notoria precariedad laboral y desconocimiento de la organización sindical.

Otro punto que contrasta con la misión y visión es el trabajo con los beneficiarios. “La Población (es) atendida sin criterios de priorización, desatendiendo la pobreza, vulnerabilidad social y las infancias: el sorteo de los cupos invisibiliza y por tanto desconoce las diferentes necesidades habitacionales”.

A diferencia del pasado, se exige un ingreso mínimo de 20 mil pesos por familia, lo que deja afuera a enormes contingentes y ya no hay subsidio a la permanencia.

Por otra parte, en lo constructivo se aplican tecnologías “(bloques de hormigón celular, madera, CLT) sin evaluación de impacto, ni valoración técnica y económica de estos sistemas. Tampoco se elaboran estrategias sustentables en el tiempo para dar respuesta a las patologías que éstas ya han generado”.

Tinte electoral

En general, el gobierno compara su performance, con la del FA. En los últimos 5 años del FA se construyeron 2739 nuevas viviendas y se intervino en 2290; totalizando 5029. Cuatro años y medio después se ven 1652 viviendas nuevas y 1766 intervenciones.

Para estar en consonancia con el gobierno nacional, también en MEVIR las autoridades aplican el criterio del anuncio. Ese fue el caso del programa Pequeñas Grandes Obras Rurales, lanzado con bombos y platillos, resultando algo anodino; de escaso “impacto”.

Una nota aparte merece la ejecución de viviendas en madera; otro bombo mediático. MEVIR entregará 200, adquiridas mediante compra directa, “sin llamado público a interesados”, lo que se ha prestado a suspicacias.  Hay un costo de 4.5 millones de dólares solo en suministro y montaje, por lo que el presidente Juan Pablo Delgado, habló de un costo de 1.200 dólares el metro cuadrado. MEVIR construye viviendas por un valor inferior a los mil   dólares. Luego hay que tener en cuenta los costos por mantenimiento y educar a la gente en tales prácticas.

Los funcionarios técnicos de este programa creen que el Plan 8 de 24 viviendas en Tranqueras (Rivera), con tipología Good frame y el 9, con 36 y tecnología CLT, requiere unos 5 millones de dólares pues involucra enormes trabajos de vialidad y saneamiento. Estiman una inversión de 140 millones de dólares. Eso daría viviendas de 90 Mil dólares; lejísimo de los valores manejados.

Este largo, -y no exhaustivo-, rosario de desvíos, tiene su colofón. Los funcionarios invitan a comparar la desatención de la demanda generada en todo el país, con las “intervenciones en Canelones, de donde es oriundo el presidente de MEVIR y donde tiene el bastión electoral también su secretario personal”.  Esto no es campaña; nada nuevo bajo el sol multicolor.

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