Escribe Hernán Scorofitz

hscorofitz@gmail.com

En el artículo central que publicamos en el Semanario este jueves titulado “¿Que te Pasa, hermano Paisito?” desarrollamos lo preocupante del aumento sostenido de la tasa de suicidios en el Uruguay (especialmente en la población masculina, de adolescentes, pero por sobre todas las cosas en los sectores de la tercera edad de los departamentos de mayor extensión rural). Ocurre que las medidas que desde hace años desde los gobiernos centrales y locales se vienen implementando, parecen necesarias, pero no suficientes (especialmente desde la inversión presupuestaria en el sistema público de salud mental).

También, desde hace más de una década viene funcionando la Comisión Nacional Honoraria para la Prevención del Suicidio en Uruguay, integrada por el Ministerio de Salud Pública (MSP) junto a la participación de los ministerios de Interior, Educación y Cultura, y Desarrollo Social, donde además colabora la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) y la Universidad de la República, a través de las Facultades de Psicología, Enfermería y Medicina, entre otras.

Gracias al trabajo que vienen realizando los equipos de la Comisión (integrado por investigadores y especialistas en la problemática del suicidio, de distintas disciplinas, psicólogos, médicos, psiquiatras, sociólogos, antropólogos, historiadores y hasta funcionarios policiales y sanitarios) se vienen verificando avances en el estudio de la problemática del suicidio en el país, pero evidentemente, si bien “más vale prevenir que curar”, hay algo que no alcanza con “prevenir”.

El último 17 de Julio, Día Nacional de la Prevención del Suicidio, las autoridades nacionales salientes del MSP informaron una leve baja de la tasa de suicidio general medido en el 2023 en relación con el año 2022: de 23.2 cada 100.000 habitantes (2022) a 21.4 (2023), o literalmente “en bruto”, la cantidad en un año bajó de 823 a 763 casos.

Sin embargo, si bien la merma todavía es muy tenue y -si nos damos una licencia humorística aún hablando de una tragedia y sin ánimo de banalizar el drama-, así como hay un refrán que dice “más vale que sosobre y no que fa-falte” (para el caso, mejor que baje y no que suba), en el análisis más pormenorizado, aparecen nuevos elementos que ameritan ser puestos en alerta.

La novedad en términos de distribución departamental, es la aparición del Departamento de Paysandú dentro del “podio” de los tres departamentos con mayor índice de suicidios: en los últimos años, se venía registrando una predominancia casi absoluta de la Región Este del Uruguay en las mayores tasas de suicidio (alternándose el primer lugar Treinta y Tres y Rocha, y luego Lavalleja).

Sin embargo, en el 2023 ingresa la Región Litoral Norte a través de “la Heroica” como tercer departamento con mayor índice de mortalidad por suicidios en el país: mientras que en el 2021 registró un 24.1 e inclusive en el 2022 bajó casi un punto a un 23.3 pero, en el 2023 saltó abruptamente a un 37.3 c/100.000 habitantes, dato que debería oficiar de alarma para las autoridades nacionales y -al menos- locales para detectar cuál fue el factor o las probables causas de semejante “salto”. Así, en el 2023, el Departamento de Rocha mantiene el primer puesto con 37.6 c/100.000 habitantes, seguido de Lavalleja con 36.0 y Paysandú, casi igual que Lavalleja, con 35.7 (quedando Treinta y Tres fuera del “podio” luego de integrarlo los últimos años).

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Si bien se amerita esperar el procesamiento de datos revelados en lo referente a la problemática de suicidio correspondientes al año 2024 para evaluar si se debió a un fenómeno “estacional” o es un síntoma local que marca una tendencia, el dato debería servir para alertar a las autoridades locales sanduceras: pesquisar en qué zonas departamentales se concentra la mayor cantidad, en qué franjas etarias, si es predominantemente en la población masculina o femenina, ocupada y activa o desocupada. Si se remite a una problemática social de carácter local y particular, o es parte de una “onda expansiva” general.

A la hora de contar con recursos humanos en el campo de la investigación para tal fin, no está de más destacar que Paysandú cuenta con el CENUR Litoral Norte de la Udelar (al igual que sus vecinos de Río Negro y Salto, donde preliminarmente podríamos afirmar que no se ha constatado semejante aumento en la tasa de suicidios del 2023), donde entre otras carreras universitarias se encuentra Psicología, Ciencias Sociales y Trabajo Social y respectivos equipos y unidades docentes de investigación y extensión universitaria que como potencia, de seguro podrían y mucho en un diagnóstico psicosocial del preocupante aumento de la tasa de suicidios en Paysandú.

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