Darío Rodríguez

La fabricación y suministro de vacunas se ha constituido en un formidable negocio de laboratorios y multinacionales. Muchos se preguntan, y es parte de la desconfianza hacia las mismas, el tiempo récord en que se han creado. Hoy se sabe que los Estados, siempre vilipendiados, han puesto cifras siderales para las investigaciones y que ya existían bases y científicos para acometer tal tarea. El otro debate, es más hondo y tiene infinidad de matices: desde negar pandemia hasta sostener la existencia de una plandemia. Un plan mundial tenebroso.

El gobierno uruguayo que se pretendía colar entre los  grandes (es más sencillo rascarle la cola a un tigre) se durmió en las negociaciones y quedó en la estacada. Vemos que en la región, con más o menos intensidad, han comenzado la vacunación de los cuerpos sanitarios (los que están en la primera línea) y personas de riesgos. Lo vemos en Argentina, Chile, Brasil, Perú, Ecuador, por nombrar algunos. Se anunciaron negociaciones con proveedores, -para conseguir “las más seguras”-, se habló de la existencia de un plan de vacunación, que la población desconoce, más allá de cuestiones generales y hasta se está inscribiendo a los primeros vacunables. Es toda una discusión si se inocula vacunas con ARN mensajero o las producidas tradicionalmente; es un debate que escapa a ésta crónica y excede el tema de su eficacia (riesgo-beneficios) Aunque no está planteada la opción por una u otra vacuna: será con las que consiga el gobierno.

Todo ello requiere insumos complementarios, logística,  infraestructura y vasto personal. Uruguay tiene memoria institucional en campañas de vacunación y personal idóneo. Tal vez, con suerte, la población uruguaya llegue a su primera dosis avanzado el año. El gobierno perdió de vista que las vacunas eran muy demandadas, las condiciones “leoninas de los laboratorios”, la poca capacidad de incidencia del país y que se debió actuar de conjunto y en articulación con otros.  No es menor lo marcado en el informe “ Situación de la pandemia del Covi 19 en Uruguay y recomendaciones”del GACH del 7 de febrero pasado. Los asesores concluyen, siguiendo parámetros de la OMS, que “la epidemia se encuentra en nivel de trasmisión comunitaria de alta incidencia de casos muy dispersos contraídos localmente en los últimos 14 días (TC 3), siendo TC 4 el nivel más severo”. Plantean la “regionalización de las medidas propuestas con el triple objetivo de 1) involucrar a las autoridades locales en la gestión; 2) producir una mayor  razonabilidad y equilibrio en los esfuerzos sociales necesarios para el control efectivo de la pandemia, 3) aumentar la adherencia a las medidas, elemento clave en el éxito de la gestión”.

El blindaje mediático al gobierno, que tendrá su correlato en legislación ajustada a los grandes medios y otras canonjías lo explican. Sin que se supiera demasiado, el gobierno aplazó, por dos años, el pago de licencias (canon) a los titulares de TV para abonados. 2.1 de UI por abonado por mes; totalizando unos 1.7 millones de dólares. Un directo apoyo a Cablevisión (Clarín); TCC; Nuevo Siglo; Montecable Video y Equital. Todo ello con el noble propósito de mitigar el impacto de la pandemia. En el primer semestre del pasado año tuvieron ingresos en el entorno de los 130 millones de dólares y a la hora de despedir gente no andan con vuelta. Un gobierno rápido con unos y lentísimo con otros.

Así las cosas sería interesante saber, dado que todo se cubre bajo la sábana de la confidencialidad, que da opacidad, de las negociaciones impuestas por los fabricantes, -revelando quién decide las cosas-, cuándo llegará la primera partida y en qué cantidades,  de qué laboratorio y qué tipo de vacunas. Algún día se sabrá de las condiciones que nos pusieron. Hay cierta desconfianza, desmentida por la inmensa mayoría de la comunidad científica, de que algunas de ellas “puedan” alterar el ADN. Según el biólogo celular y molecular universitario, radicado en Salto (Cenur Litoral Norte, y coordinador de la comisión coordinador del interior de la UdelaR, Rodney Colina, “hay una situación de pandemia crítica” y llevará “mucho tiempo para que el virus deje de estar”,“el no vacunarse no tiene una consecuencia neutra, es un decisión seria vacunarse  por el impacto que esto puede tener a mediano y largo plazo. La vacunación es una estrategia que tiene nuestra especia de salir adelante”; señalando“las enormes secuelas”que está dejando. Lo dijo en Tertulia, Radio Mundo, junto a otros colegas de la ciencia hace unos días. Hay secuelas que exceden lo económico y social, con ser grave, y pasan, por ejemplo, por la postergada atención en otras áreas de la salud que se verificaron durante estos tiempos. El consuelo es haber diseñado un sistema integrado de salud aunado al enorme compromiso de miles de trabajadores de la salud que no han tenido incrementos salariales. Les tiraron iniciales aplausos. Pero hay que cuidad rabiosamente el déficit fiscal dicen los militantes de la ortodoxia económica.  No da para “regocijos”.

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