¿Vacunación si, vacunación no?[1] Según la teoría de juegos
Ec. Pablo Borche
Ya desde la primera mitad del siglo pasado que las decisiones a políticas gubernamentales y otras, se basan en incentivos, para aplicarla se utiliza entre otros instrumentos la “Teoría de Juegos”, esto consiste (muy simplificado) en establecer de antemano que sucedería con las decisiones de los agentes particulares, mediante la racionalidad, con el equilibrio que llegaría la economía en el futuro, esto se llama el equilibrio de mercado, que se logra con las decisiones individuales de cada agente (personas). La teoría clásica sostiene que, si cada individuo resuelve sus decisiones individuales de lograr lo “mejor” para sí, se llega a un equilibrio “óptimo” (no hay posibilidad de estar mejor) para todos en su conjunto, o sea para toda la sociedad, ¡Justamente Nash, encontró que no siempre es así![2][3]Por suerte.
Ahora sí, vayamos a nuestro problema de Vacunas si, Vacuna no; en primer lugar, pondremos los costos teóricos de vacunarnos => tiempo en agenda del celular más 17´en el HEL, dolor en el brazo, fiebre quizás, etc., etc. En segundo lugar, los beneficios de vacunarnos=> es muy claro estadísticamente que cae significativamente la probabilidad de contagio, CTI y defunción. Con esta información, el beneficio es superior al costo de vacunarme.
Pero, aquí entra la teoría de juegos, si sabemos que los demás se van a vacunar, lo mas beneficioso en forma particular, es que todos o gran proporción de la población menos yo[4](arriba del 70% o superior “inmunidad de rebaño”), aquí tendría el beneficio de baja probabilidad de contagio ya que una gran cantidad está inoculada y la enfermedad no circula y no tengo ningún costo, por más bajo que sea (tiempo y dolor al pincharme). Si todos los agentes(personas) jugaríamos de esta manera, nadie se vacunaría…
No es todo tan malo, si existe colaboración entre los individuos en el juego y se ponen de acuerdo en no “jugar a la personal” el beneficio para el Uruguay y Paysandú sería superior en conjunto (ocurre con un montón de actividades, en algún caso es tan claro que existe la coacción para colaborar), es decir, si todos nos “ponemos” de acuerdo en vacunarse y solo una porción muy pequeña no lo hace (debidamente justificada), el resultado es óptimo.
Si bien no se llegó a la obligatoriedad de la vacunación, si se hizo una gran campaña de persuasión para lograr la mayor inoculación posible, además de que en varias actividades se exige certificado de vacunación (casamientos, espectáculos públicos, etc.)
Concluimos que, si bien la vacunación no es obligatoria, se debe seguir enfatizando en vacunarse, en lograr hacer entender que el beneficio general se logra con solidaridad, si aplicamos el egoísmo personal y la maximización de beneficio particular llegamos a un mal escenario, en otras palabras, hay que seguir vacunándose, si no, estamos en el horno. Seria bueno entender que no solo en este ejemplo la economía funciona de esta manera.
[1] Enfermedades contagiosas a través de seres humanos.
[2] J.F. Nash premio Nobel de Economía 1994.
[3] Película “Una mente brillante” (2001).
[4] En lo personal tengo 3 dosis.