Scanavino, la máquina de obtener títulos y medallas. La historia del campeonísimo. La casa, el barrio
Los Scanavino eran una familia de origen humilde; Juan Scanavino trabajaba en una imprenta como tipógrafo y la mamá, Cecilia, era ama de casa. El hogar se completaba con Edgardo, el hermano mayor de Carlos que supo ser asistente de entrenadores.
¡Cómo olvidar las empanadas de copetín que hacía Cecilia! Más conocida como “Yola”. Cuentan que empezó a hacer empanadas para los beneficios del club para los viajes y luego resultó en un emprendimiento propio, después de que Carlos se fuera a Maldonado.
Las empanadas tuvieron buena fama y gran calidad y muchos sanduceros iban a comprar a la casa familiar.
En la calle que hoy lleva el nombre Zelmar Michelini (ex México) y Colón, a no más de 20 cuadras del club, vivía la familia. A mitad de camino entre la casa y el club, por avenida Brasil quedaba la vieja escuela 1 y 3 (1 para la mañana y 3 para la tarde) que después se mudara a dónde está hoy, Michelini y Uruguay.
Facilidad para los deportes
De chico Carlitos hizo fútbol, atletismo, a propósito nos cuenta que “jugué en Cebollitas en una selección barrial, en baby no estuve por la exigencia de la natación, además no se llevan fútbol con natación” cuenta el campeonísimo en un reportaje que le hiciéramos en marzo de 2022 junto a la cámara de Juan Stevenson.
“Fui campeón departamental de atletismo en 800 llanos”; pero no pudo concurrir al torneo nacional porque coincidía ese mismo fin de semana con un torneo de natación.
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