Aumentan delitos
Escribe Darío Rodríguez
Paysandú luce particular. La celebrada expansión universitaria convive con alarmantes problemas de salud mental en la población, accidentes de tránsito y una creciente (in) seguridad ciudadana. Una muestra más de un gobierno de espaldas al interior.
La (in) seguridad es un problema irresoluto en el país. Uruguay, en la materia, se ha latinoamericanizado. El fenómeno del narcotráfico hace estragos, actúa con inusitada violencia, y penetra a todos los niveles de la sociedad, incluidos gobiernos, impactando en la creciente (in) seguridad. Mientras Europa y EE.UU. ponen los consumidores de drogas, y dan cátedra de lo que hay que hacer, nuestros países ponen los muertos; generalmente jóvenes y pobres.
Pese a la demagogia gubernamental que, a tambor batiente, decía -en gran apuesta mediática-, que resolver el problema era una cuestión casi de trámite. El asunto resulta más complejo.
A la par que el delito se ha sofisticado y la (in)seguridad es un botín electoral, se hace extremadamente dificultoso resolverlo sin una amplia participación política, ciudadana, académica y mayores niveles de coordinación regionales. De alguna manera, la política tiene un gran debe.
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