Este marzo se cumplen cuatro años del gobierno presidido por Luis Lacalle Pou, restándole solo uno para culminar el mandato. Preguntamos a referentes locales..
1- ¿Qué balance puede hacer del mismo?
2- ¿Cómo cree que va a ser la campaña electoral de cara al próximo ciclo electoral?
3- Germán Deagosto, director de la carrera de Economía de la Universidad Católica dijo recientemente en el semanario Crónicas que “Los desafíos de desarrollo que tiene el país son altos y creo que las discusiones que se dan a nivel político no tienen la calidad que deberían”. ¿Coincide?
4-La pobreza infantil, que está en un 22% es una de las deudas pendientes. ¿Debería ser una prioridad para el próximo gobierno?
5-El narcotráfico penetra en todo el tejido social con mucha violencia. ¿La respuesta debe ser más cárceles y punición?
Cecilia Bottino: “Enorme fracaso”
1-A cuatro años del actual gobierno nacional, el balance no puede ser otro que el de un enorme fracaso y falta de respeto a la ciudadanía. Se prometió y asumió un “Compromiso con el País” que no se cumplió. Además de no dar cumplimiento a las propuestas que incluye su plan de gobierno, ha sido el período de gobierno en democracia, de mayor caudal de corrupción económica, social, moral, institucional. Los cambios permanentes de Ministros, funcionarios de alta jerarquía y el involucramiento de éstos en casos absolutamente graves de vinculación con narcotraficantes y empresarios de muy dudosa trayectoria, han significado que el país perdiera su imagen y realidad de un lugar donde se respetaban las instituciones, regía la ley y garantizaba la seguridad jurídica. Los derechos adquiridos por trabajadoras y trabajadores no se respetaron, fueron cuestionados constantemente, salarios y jubilaciones sufrieron un deterioro imposible de recuperar con respecto a la inflación. La asistencia social, imprescindible para dar contención y respaldo a tanta gente que estaba en la línea de pobreza y en estos cuatro años aumentó considerablemente en número por debajo de esa línea e indigencia; no ha estado presente al eliminarse varios Programas instituidos por el MIDES durante los gobiernos progresistas. Sin inversiones en los cientos y cientos de liceos prometidos y no cumplidos, en las 50.000 viviendas que nunca se edificaron en el territorio. La educación deteriorada con un pretendido cambio y reestructura que tiene como buque insignia eliminar horas docentes, quitar materias de los programas educativos y locales escolares y liceales sin mantenimiento. La inseguridad pública, de la que tanto se decía en campaña electoral que llegaban a terminar con ella “porque estaban preparados”, ha crecido en forma alarmante alcanzando cifras de delitos como hurtos y homicidios por semana en diferentes zonas de la capital y del país. La salud enferma por la falta de política que atienda y realice las inversiones para brindar la asistencia que el usuario merece. Han sido tantos los recortes desde el Ministerio de Economía, con la anuencia del Presidente que el “Compromiso con el País” se volvió lo que siempre fue, un librito de cuentos. Y en estos cuatro años, la única excusa y razón que han esgrimido ante el fracaso de su gestión, ha sido que es culpa de la herencia recibida del gobierno anterior.
2-Hay que diferenciar las dos campañas electorales. En las internas de junio cada partido político presenta sus precandidatos para que los ciudadanos determinen cuál será el que se transforme en candidato a Presidente para la elección nacional de octubre. Para la elección de octubre, la campaña debería transcurrir de un modo tal que los votantes reciban una y mil veces, propuestas claras y sinceras sobre qué se podrá llevar adelante y qué no. Seguramente quienes hoy ejercen el gobierno, ante la imposible muestra de logros de su gestión, se esfuercen en distraer, culpando al anterior gobierno frenteamplista y no en proponer medidas de interés para la gente. No será una campaña fácil. Tal vez lo parezca ante la necesidad de cambios que sufre el país. Pero también hay que considerar el volumen de proposiciones que pueden realizarse al votante cuando se debe estimar el estado en que el actual gobierno va a entregar al país. El Frente Amplio tiene su Programa Único de Gobierno, establecido por miles de hombres y mujeres de todo el país para hacer frente al desafío que es transformar todo lo que no se hizo y edificar lo destruido. No será sencillo, pero habrá que responder al agravio o la mentira, con propuestas posibles para que la gente logre una vida más digna. Ojalá se diera una lucha de ideas, no de insultos, entonces quedarían establecidos los dos modelos de Uruguay. El productivo, humanista, de los derechos de todos, el de brindar posibilidades de trabajo, educación, salud, vivienda en un ámbito más seguro y de desarrollo nacional volviendo a insertarse en el ámbito internacional, volviendo a ser un país respetado y reconocido. O el otro país, el de beneficiar a unos pocos llamados “malla oro”, el de discriminar, no respetar derechos, no inversión, donde el ideal que se persiga sea el balance económico positivo a costa de los que menos tienen y manteniendo la entrega de soberanía como ocurrió con el puerto de Montevideo.
3- Para que existan discusiones políticas de nivel superior a las actuales, tiene que haber posturas políticas basadas en ideas, pensamientos y programas de desarrollo. Cuando desde quienes gestionan el actual período esas posturas no están presentes, es muy difícil mantener un nivel de discusión adecuado a ese desarrollo elevado que sin dudas se necesita para el país.
4- La pobreza infantil debe ser, siempre, prioridad para cualquier gobierno. En esta oportunidad, cuando quien deja el gobierno también registra una cifra increíble de niños en situación de pobreza, es lógico que el próximo gobierno debe considerarlo como un urgente tema a resolver. No es sencillo, pero los gobiernos frenteamplistas lograron reducir sustantivamente ese porcentaje y fue implementando programas sociales adecuados que atendían diferentes problemáticas del entorno de esos menores cuyas familias estaban en niveles de pobreza e indigencia.
5- La influencia y la creciente presencia del narcotráfico en Uruguay no es casualidad. Y no lo es porque desde el Poder Ejecutivo no se ha mantenido una política unificada con la Secretaría Nacional de Drogas, ni se ha hecho un verdadero control fronterizo, ni se ha dado el lugar que corresponde a la Comisión Coordinadora del Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo, entre otras decisiones que se tomaron, como permitir transacciones hasta U$U 100.000 en efectivo y debilitar todos los controles del lavado de activos. No es con más cárceles ni mayores condenas al microtráfico (como se estableció en la LUC) que se combate al narcotráfico. Se necesita un verdadero plan que establezca criterios fundamentados de cómo proceder ante esta situación. Realidad que afecta a toda la población, y cada vez más presente en lugares donde antes no estaba. El tema es complejo y abarca varias áreas que deben ser consideradas por diferentes funciones de gobierno que, sumando gestiones pueden hacer frente a una situación grave y que en este período se muestra cada vez más violenta.
Foto Agencia Xinhua.