El dirigente colorado respondió el cuestionario de 20Once. Aún es el Subsecretario de Industria, Energía y Minería desde marzo de 2020 pero renunciará pronto para dedicarse de lleno a la campaña política en su Paysandú natal. Para las elecciones internas apoya al ex Ministro de Turismo, Tabaré Viera.

-¿Qué balance hace del mismo?

El balance es muy positivo. Uno no puede desconocer que es hijo de sus circunstancias. Si nos hubiera tocado elegir un tiempo distinto para asumir, con menos dificultades, sin dudas que habríamos elegido otro momento.

No nos olvidemos que a los trece días de haber asumido hubo que decretar la emergencia sanitaria y con ello la semiparalización del Uruguay y obviamente del mundo con la afectación que eso tuvo en nuestros bienes exportables, en el sistema productivo y nuestro sector exportador. El mundo estaba paralizado y nosotros sufrimos las consecuencias.

Posteriormente la guerra en Ucrania que hizo que los precios de los combustibles treparan a valores históricos que se mantienen hasta ahora. Cuando asumimos, nadie podía esperar que el precio de las gasolinas se iría a duplicar. Además, como si eso fuera poco, tuvimos que enfrentar la peor sequía de la historia de nuestro país, donde prácticamente el área metropolitana estuvo al borde de quedar sin agua y hubo que tomar medidas extraordinarias.

Recibimos un país con 6 puntos de déficit fiscal, todo esto empeoró la situación fiscal, no hay dudas, fueron muchos millones de dólares que se necesitaron para afrontar estos eventos. Sin embargo hoy  podemos decir que la economía esta muchísimo mejor que como la recibimos en el 2020;  bajamos 2 puntos el déficit; la inflación llegó a su nivel más bajo de los últimos 15 años; batimos record de inversión extranjera y de reinversión de utilidades; batimos record de exportación; crecimos  y todo eso ha hecho posible que se recuperaran los  50.000 puestos perdidos durante el gobierno anterior  y  25.000 más, estamos hablando de arriba de setenta y cinco mil puestos de trabajo creados en solo 4 años y con todas esas dificultades; la tasa de ocupación está por encima de lo que estaba en 2019 y la desocupación por debajo de la esa fecha.

Se hicieron dos reformas trascendentes, una que no quisieron hacer los gobiernos anteriores porque tenía un costo político, nosotros asumimos ese costo político y nos pusimos al hombro una reforma de la Seguridad Social, que hoy está siendo cuestionada y que algunos candidatos del Frente Amplio, por oportunismo político, hasta han firmado para derogarla sin dar a cambio ninguna solución.  También hicimos la reforma educativa que era lo que todo el mundo pedía.  Por lo tanto, creo que el balance es muy positivo.

 

-¿Cómo cree que va a ser la campaña electoral de cara al próximo ciclo electoral?

Creo que va a ser una campaña muy dura donde realmente los enfrentamientos verbales van a estar a la orden del día, creo que hay dos modelos de país en contraposición, hay un Frente Amplio en oposición al gobierno que todo lo ve mal, actúa con mucha agresividad hacia todo lo que no sea su forma de pensar y creo que eso va a llevar a que la campaña también se radicalice y considero que va a ser una campaña fuerte en dialéctica y en intensidad, digamos así.

En definitiva, la actitud del Frente Amplio no es más que el reflejo de lo que se ha convertido, una fuerza política de extrema izquierda, donde desaparecieron los líderes y los grupos moderados, predominando ampliamente los más radicales. Eso se refleja en el discurso.

Pero bueno, no rehuimos a las batallas y estoy convencido de que la coalición llegó para quedarse y va a ganar esta nueva elección.

-Con relación a los desafíos de desarrollo que tiene el país, son altos y creo que las discusiones que se dan a nivel político no tienen calidad que deberían. ¿coincide?

Bueno en realidad no sé si coincido, creo que cada uno lo evalúa desde su percepción. Es muy subjetivo decir una cosa así.  Lo que parece claro es que la dialéctica política tiene dos aspectos, unos que ofrecemos soluciones desde el gobierno y podemos mostrar logros y miramos al porvenir con optimismo apostando por la libertad y el desarrollo y otra que solo sabe criticar y poner palos en la rueda, perjudicando al país y su gente.

-La pobreza infantil, que está en un 22 %, es una deuda pendiente? ¿Debería ser una prioridad para el próximo gobierno?

Sin duda que la pobreza infantil es algo que nos preocupa y ocupa; es una prioridad siempre, no solo para este gobierno o para el próximo. Nuestros niveles de pobreza infantil se sitúan en 20 %, lo que lo ubica en los primeros lugares de América Latina, pero sin embargo no podemos estar conformes, primero porque ha crecido y eso ya de por si es muy preocupante, está costando bajarla. Segundo porque tenemos la sociedad más igualitaria de la región, el mayor ingreso per cápita, la mejor distribución de la riqueza, no tenemos pobreza extrema, por eso duele mucho esta cifra.

Hay que seguir trabajando en las oportunidades en la primera infancia, expandir aún más la oferta de los CAIF y seguir mejorando en la calidad de los mismos. Preocupa y mucho esta realidad.

-El narcotráfico penetra en todo el tejido social con mucha violencia. La respuesta debe ser más cárceles y punición.

No creo que la solución sea más cárcel y más punición. Creo que la solución pasa por desestimular el tráfico de droga en el país y con menos oferta bajar el consumo.

Creo que hemos tomado caminos muy malos como legalizar alguna. Por otro lado, creo que está claro que con más cárcel no estamos resolviendo los problemas, entonces me parece que tenemos que tener una discusión más por lo alto. Esta lucha contra el narcotráfico debe ser una política de estado, esto no se arregla con uno solo mirada, se arregla con acuerdos entre los partidos y me parece que lo que está faltando.

Entre las cosas que creo ayudarían es blindar nuestras fronteras, darle más herramientas a los militares para que custodien nuestras tres fronteras, el río,  la aérea y  la terrestre y con eso estaríamos evitando que ingrese droga a nuestro territorio y por lo tanto estaríamos disminuyendo la cantidad de puestos de boca de venta en el país y también el consumo obviamente y seguramente bajemos los índices de violencia en la sociedad;  que sin duda alguna están asociados fuertemente al tráfico y  consumo de droga.

Por lo tanto, no considero que más cárcel y más punción sino más y mejores herramientas efectivas en el control de las fronteras para evitar el ingreso de la droga para cerrarle el paso a desarrollar el negocio en nuestro territorio. Pero repito, esto requiere un gran acuerdo nacional.

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