En la Mesa de economía de la radio comunitaria Horizonte FM el Economista Pablo Borche y el Cr. Emiliano Molinari analizaron la economía uruguaya con el rigor que nos tienen acostumbrados, con Bruno Puglia como moderador.
Borche se refirió a que el crecimiento del 2023 en Uruguay fue magro, de 0,4%, aseverando que “no se puede mantener en el tiempo porque es casi un estancamiento”. Pero por otra parte manifestó que “la buena noticia es que las proyecciones para el 2024 son que el crecimiento ronde el 3% en la región y en Uruguay en particular”.
Recordó que “los índices más importantes para ver cómo está un país son el crecimiento, la pobreza, el desempleo y la inflación. Es lo que toca el bolsillo de todos, no es tanto el tipo de cambio, no es tanto el déficit fiscal que son objetivos secundarios”.
Por su parte el Contador Emiliano Molinari dijo que “en 2023 estuvo estancada, se debió a un conjunto de factores como el climático, o la sequía que fue un factor central que incidió en el desempeño de la producción agrícola, eso también incidió en la exportación de energía eléctrica”.
La sequía es un factor que explica de alguna forma también el magro crecimiento.
Otro aspecto importante que consideró Molinari “es la parada anual de combustibles y acá volvemos a traer un tema, si da lo mismo importar combustible o refinar en Uruguay, no hacer esto último incide en el PBI de Uruguay. La planta de la Teja incide en el producto bruto y eso implica el magro crecimiento de la economía uruguaya”.
En otro sentido agregó que “en la segunda parte del año 2023 la producción agrícola se nomalizó y eso contrarrestó la magra producción de la primera parte del año, la marcha de la refinería de La Teja en setiembre, o sea hubo indicadores positivos. El tercer factor que incide en el 2023 fue la puesta en marcha de la planta de celulosa. Esos factores no van a tener incidencia negativa en 2024”.
El 0,4 del 2023 estuvo impulsado por consumo interno dijo Borche.
Agregó que “en el litoral se ve bastante caído por la brecha de precios con Argentina. Afortunadamente el consumo en Paysandú ha empezado a mejorar, la brecha de precios comenzó a achicarse. En ese contexto Paysandú empezó a crecer, es una buena noticia”.
Molinari expresó que “luego de la pandemia no ha habido crecimiento importante, eso muestra que se sigue creciendo a tasas menguadas, las tasas promedio andan en menos de 2%. Para ser un país desarrollado se necesitan tasas de crecimiento más importantes. Ahora estamos en tiempo electoral, es una señal para prender alarmas”.
Coincidieron que hay que tener un promedio de crecimiento, no de un 2% anual sino de 7%.
Por otra parte fueron categóricos en afirmar los datos que preocupan y que surgen del BPS que revelan que 70% de los trabajadores formales tiene ingresos por debajo de los 30 mil pesos, que hay unas 6.700 personas desempleadas y que la informalidad es realmente preocupante, más de 25% que equivalen en Paysandú a unas 15 mil personas.
Hay 60 mil personas activas en el departamento.
“Solo 9 mil ganan por encima de los 30 mil pesos” consideró Molinari para quien empleo y salario golpean la economía en el departamento.
“En términos de trabajo y salario esto tiene que ver con el deterioro de la capacidad productiva de nuestro trabajo en términos de nuestro valor agregado. Se ha perdido el capital fabril que son los espacios donde se agrega valor y cuyas remuneraciones son mejores. Los trabajos que sustituyen esa mano de obra perdida han sido trabajando con salarios bastante magros. Un departamento que está perdiendo esa cohesión social, generan salarios medios, marca a las claras que la realidad económica de nuestro departamento es compleja”.
Concluyó que “el trabajo que hay no es bueno en términos generales” y que el comercio “ genera fuentes de trabajo no muy bien remuneradas”.