Narrativa de Mario Benedetti, “el poeta del fútbol”
(A 15 años de su fallecimiento, 17-5-2009 – 17-5-2024), así lo recordamos.
También escritor de cuentos y novelas, no sólo brilló por cuestionar las dictaduras militares sudamericanas o por escribir historias de amor, sino también por dedicar su prosa y narrativa al fútbol.
Como uruguayo, creció con las hazañas de los héroes que le dieron gloria al fútbol de Uruguay a nivel de Selección Nacional, al conquistar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 1924 y Amsterdam 1928, y en los Mundiales de Uruguay 1930 y Brasil 1950.
“Gracias al fútbol, los uruguayos nos hicimos conocidos en el mundo. La gente de otros lados no entendía cómo un país tan pequeño, que casi no sale en el mapa, era campeón. El fútbol le hizo bien a Uruguay. Le dio importancia y personalidad”, decía Benedetti sobre la trascendencia de Uruguay en el fútbol.
Además, fue un seguidor apasionado del Club Nacional de Fútbol de Uruguay.
Toda esa locura por el fútbol, la quería volcar practicando con sus amigos de la calle, pero el tiempo le enseñó que su destino estaba en la escritura.
“Me convertí en portero cuando tenía 12 años, un tipo, con una pata dura terrible, me dio un pelotazo en el estómago y me mandó adentro del arco. Ahí me desmayé.”
“Alguna vez tuve sueños de fútbol, para qué voy a negarlo. Pero en realidad yo soñaba más con mujeres que con goles”, decía.
En su juventud, al empezar a escribir, pudo seguir ligado al fútbol como periodista deportivo.
“Allá por los años ’40, fui cronista de un diario de Montevideo. Iba todos los fines de semana al estadio a ver partidos de Nacional y Peñarol; después regresaba a la redacción y hacía crónicas humorísticas sobre los encuentros”.
Como todo aficionado de la primera mitad del siglo 20, se quedó arraigado con el fútbol de aquellos tiempos en los cuales los futbolistas y entrenadores no estaban envueltos por la mercadotecnia.
“A mí me gusta el juego de antes: era más lento, más creativo. No me gusta para nada el negocio que rodea al fútbol, el de la FIFA, las millonadas que se pagan por los pases en España, por ejemplo, con toda la miseria que existe. Me parece un absurdo. Igual sigo viendo fútbol. Eso sí, por televisión, a mis años no me veo bajando a los saltos por la escalera de una cancha. Mi amor no llega a tanto”, manifestaba Mario acerca de la evolución del juego.
Su gusto por el mismo, lo plasmó en algunos de sus cuentos como “El césped”, el cual también incluyó el ex futbolista Jorge Valdano en su recopilación “Cuentos de futbol I.”
Ahí, Benedetti rinde su homenaje a los héroes de su infancia con el personaje del futbolista ficticio Benjamín Ferrés, quien sueña en grande.
“Sueño que estoy en la cancha, pero no con mis compañeros de hoy. Estoy con Nazassi, Obdulio, Atilio García, Piendibeni, Gambetta, el Vasco Cea, Schiaffino, Petrone, Luis Ernesto Castro, Abbadie y gente así, de distintas épocas, todo entreverado. Pero Benja, ¿vos no los viste jugar? No, pero he oído hablar tanto de todos ellos, para mi padre y mis tíos siguen siendo ídolos y ellos me han hecho relatos tan vivos de sus jugadas más célebres, que es casi como si los hubiera visto. Y fíjate que no sueño con los de ahora, Ruben Sosa, Francéscoli, De León, Ruben Paz, Perdomo, Seré, a los que admiro y he visto jugar, sino con aquellos veteranos”, consigna una parte del cuento.
Otro cuento memorable de Mario Benedetti en el que deja constancia de su fascinación por el fútbol es “Puntero izquierdo”, y en el que manifiesta la ilusión de un grupo de jóvenes por dejar los potreros y pasar al fútbol de paga.
“Lo que yo digo es que así no podemos seguir. O somos amateur o somos profesionales. Acá no es un estadio, con protección policial (…).
Un lugar común, es que a los escritores no les interesa el fútbol, y a mí me ha gustado mucho desde siempre…concluía sobre el estereotipo que se les ha encasillado a los mismos, y que el rompió por siempre.
Nota extraída del archivo del periodista deportivo, Omar Fares ( Guadalajara, México). Colaboración de Sandra Navadián.